158 REPERTORIO AMERICANO ambiente de completa frialdad y sin contar con ninguna ayuda, puesto que no podemos olvidar su precaria situación económica las continuas luchas políticas y anti religiosas que hacían estragos en el suelo hispánico.
SU ORIGINALIDAD Uno de los aspectos más sorprendentes que nos ofrece nuestro filósofo al estudiarlo es su originalidad. No usará las ideas de los otros filósofos sino hasta habérselas hecho propias totalmente. Tal como modelo su carácter, supo como ningun otro, modelar sus doctrinas y sus ideas, darles un soplo de vida huyendo del espíritu enciclopédico y bibliográfico, nota característica en tantos otros filósofos y esto a pesar de poseer una memoria nada común. En toda la filosofía se percibe el esfuerzo de su trabajo sacrificado y pro.
pio. No fué según palabras de un filósofo catalán un libro o una biblioteca, sino una inteligencia.
Por eso no quiso resignarse a ser un mero satélite de ningún filósofo ni de ninguna escuela, ni aun de las más cristianas, sino en pos de la verdad que tanto amaba, supo escoger de cada una, lo que de bueno tenía.
De su madre había heredado la firmeza de carácter el amor a los sacrificios; por eso jamás se arredró ante ningún obstáculo ni ante ningún dolor. Cuando dió a luz pública su obra Pio IX aun preveyendo que sería mal recibida debido al espíritu liberal y antireligioso reinantes en España y que con ello se manifestaba contrario al pensar de muchos y por tanto que se granjeaba muchos enemigos, no cejó en su intento. Fué él, entusiasta luchador quien sostuvo la publicación del periódico Pensamiento de la Nación, Por aquel entonces llevado por la generosa caridad de su gran corazón, su deseo veheera conciliar a isabelinos y carlistas, que durante tantos años con sus luchas intestinas arrastraban al país a la miseria, concertando un enlace matrimonial entre la reina y un hijo del pretendiente. Rehusó el gobierno este enlace prohibiéndose además su modo de hablar, demasiado vivo y claro que sin duda cedía en perjuicio de sus egoístas intereses; por tal motivo escribe: Ya que no me dejan hablar de lo que a mi entender es lo más importante, para nada sirve el periódico; por consiguiente desde hoy cesa su publicación.
Esta lucha sacrificada en bien de la verdad fué lo que elevó a Balmes a las más altas posiciones en la historia.
Si su filosofía corrió pareja con su personalidad y no se adhirió a la de ninguna escuela, supo, haciendo gala de una nobleza sin igual, respetarlas sin proferir jamás burlas con tra ellas, vicio bastante común por desgracia, en muchos filósofos contemporáneos, que en la ceguedad de su orgullo que hace que se crean dioses, parecen decir al mundo: La filosofía empieza conmigo. Balmes rechazo todo servilismo pero tuvo la humildad suficiente para buscar y seguir a guías que le ayudasen en la investigación de la verdad. Oigamos como nos lo dice él mismo en el capítulo 18 de su obra El Criterio. El hombre necesita guías y este servicio se los prestarán las obras magistrales. Más no se crea que deba entenderse condenado al ciego servilismo y no haya de atreverse a discordar nunca en la autoridad de sus maestros; en la milicia científica no es tan severa la disciplina que no sea lícito al soldado dirigir algunas observaciones al jefe. Si a causa de la debilidad de nuestras luces estamos precisados a valernos de las ajenas, no las recibamos tampoco con innoble sumisión; no abdiquemos el derecho de examinar las cosas por nosotros mismos; no consintamos que nuestro entusiasmo por cualquier hombre llegue a tal punto que, sin advertirlo, le reconozcamos como oráculo infalible. No atribuyamos a la criatura lo que es propio del Creador.
El angélico Doctor Santo Tomás fué su filósofo predilecto, su guía más fiel, del que más se sirvió y la Suma de dicho Santo fué durante muchos años su libro de texto. Sin embargo estudió también a todos los otros filósofos modernos, llegando a un pleno conocimiento de sus doctrinas, particularmente las de aquellos que con más tenaz resistencia luchaban contra la filosofia cristiana. También amplió sus conocimientos estudiando a los filósofos alemanes, si bien por desconocer esta lengua tuvo que valerse de las traducciones francesas.
Otro de los que se sirvió en sus estudios fué el mallorquino Raimundo Lulio, con el que nuestro filósofo vicense se familiarizó gra.
cias a su profesor de la Universidad de Cervera, Luis Vives, amante hasta el grado sumo de las doctrinas de Lulio. También de los escoceses, especialmente de Reid y Hamilton, ya que las doctrinas de la filosofía escocesa hallaban a la sazón un favorable ambiente en la Universidad cerverina. Balmes asimilo mucho de estas doctrinas, pues Reid y particularmente sus discípulos, nos hablan del instinto ciego y él del instinto intelectual.
Dos tendencias reinaban entonces, aun seguidas por los cristianos como reacción ante el escepticismo, sensualismo y escuela lokiniana: El Tradicionalismo, que negaba demasiado a la razón y su polo opuesto, el Racionalismo, que concedía a la razón demasiado.
El Tradicionalismo a que nos referimos no es el de Lamennais y otros, rígido y extremado, que tuvo poca expansión y pocos adeptos en España, sino el tradicionalismo más moderado tipo Bautain Bonetti.
El racionalismo fué el que capitaneó Fichte, más que el de Kant, pues Fichte, desgraciadamente lo hemos de reconocer, penetró más en el campo católico que en el mismo protestante.
No consignamos el Ontologismo, pues aunque de pertenecer a la misma época, no se difundió ni por Escocia ni por España, sino que naciendo en Francia vino a tener su sede en Italia (Rosmini y Gioberti. Entre estas dos tendencias levantose la escuela escocesa, no la de los siglos XIII y XIV, que tan estrecha relación guarda con el franciscanismo, sino la del siglo XVIII, formada por Reid y seguida por otros muchos entre los cuales cuéntase a Hamilton.
La Universidad de Cervera en su afán de hallar una posición media entre el Tradicionalismo y el Racionalismo sin degenerar en el escepticismo, siguió la escuela escocesa aunque creemos que fué más por coincidencia que por filiación.
NEOSCOLATICISMO Otro de los hechos más importantes de Balmes fué ser el precursor de la neoscolástica, aunque seguramente sin él intentarlo plenamente. Ya antes hablábamos de la originalidad de Balmes y como esta debía entenderse, porque el mismo Balmes en su Filosofía Fundamental afirmó que no quería innovar. No me lisonjo de fundar la filosofía.
Mucho se ba discutido en cuanto a determinar si Balmes fué escolástico, o sea, si siguió la filosofia cristiana tradicional. Nosotros creemos que más que escolástico fué el precursor de la nueva escolástica; escuela que aprovechando todos los avances científicos los explica principalmente por medio de los principios filosóficos escolásticos. Siendo así que nuestro filósofo vicense conocía perfectamente al escolástico Doctor Santo Tomás, además de todos los avances científicos de que se lison jeaban los filósofos paganos, en su obra constructiva con toda claridad, comprendió la posibilidad de explicar todo este avance por medio de los principios básicos verdaderos.
Seguramente que ni él mismo se dió perfecta cuenta que era el precursor de un gran movimiento. Todo su ideal era restaurar la filosofía cristiana y para ello encontró los fundamentos en la escolástica. Lo más sorprendente es que en los tiempos de Balmes, sus mismos profesores reíanse de la escolástica, llegando en su burla mordaz a publicar folle tos como La oración fúnebre pronunciada en las exequias del ente Razón y La oración fúnebre pronunciada en las exequias de la materia prima, publicada por el Bachiller don Francisco Burlón.
Sin embargo, en Balmes no tuvieron ninguna influencia los precursores del renacimiento escolástico italiano, contemporáneos de su tiempo, pero que fueron totalmente desconocidos por él.
CARACTER HUMANO SU NATURAL DISPOSICION LA FILOSOFIA Aspecto interesantísimo también de la filosofía balmesiana en contraposición absoluta a todas aquellas filosofías modernas que sólo han oscurecido esta ciencia y han querido, en su egoísmo incomprensible, que ella fuese como cosa únicamente propia a una casta de escogidos y que al pedirseles esclarecimientos a sus patentes contradicciones, con orgullo y menosprecio responden que no son muchos hombres, capaces de comprender los grandes misterios filosóficos.
Balmes, al contrario, quiso darnos una filosofía altamente humana. En el capítulo 34 de su Filosofía Fundamental, leemos: Si no puedo ser filósofo sin dejar de ser hombre, renuncio a la filosofía y me quedo con la humanidad.
Esta sinceridad valióle al gran sabio la burla de muchos que se atrevieron a decir que su filosofía era sólo apta para los niños.
APROVECHAMIMENTO DE LA FILOSOFIA BALMESIANA Debido a la nitidez de sus escritos en los que se ve en todos, como sello inconfundible, su amor a la verdad, aun en nuestros días podemos sacar gran provecho de la filosofía balmesiana. Todavía hoy permanece en pie su forma sólida y aguda de refutar los errores. Sin embargo, forzoso es decirlo, no podemos afirmar que todas sus teorías sean acertadas y por tanto que debamos adaptarnos exclusivamente a su ideología puesto que muchas de sus doctrinas han sido ya superadas y perfeccionadas.
Repitamos que la gloria mayor de Balmes fué ser el primero y más valeroso iniciador de la filosofia cristiana y a él podemos decir que se debe todo el esplendor de que actualmente goza.
Una de las teorías más características y provechosas para nosotros, que nos legó el maestro. fué la del conocimiento que si siempre fué cuestión fundamental en la filosofia, mumente 11 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica