REPERTORIO AMERICANO CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA Tomo XLIII San José, Costa Rica 1948 Sábado 17 de Enero No. 15 Año XXVIII No. 1042 IBERO AMERICA Por Manuel Rugeles (De El Nacional. Caracas, 12 de octubre de 1947. Venient annis secula seris Quibus Oceanus vincula rerum Laxet, et ingens pateat tellus Tethysqué novos detegat orbes, Nec sit terris ultima Thule. Séneca.
viajan aquellos hombres. las tres Carabelas, con sus tres capitanes y sus blancos velámenes, cortando van el viento el agua tenebrosa del Atlántico. Se abren el camino a Occidente!
Para seguir la ruta de azar de los océanos, con el alma de proa sobre un velero al viento, y llevar en la órbita azul de las pupilas la brújula del sueño que afirma la esperanza, con el cuerpo desnudo recogiendo las sales marinas y los aires del norte y los del sur, que en el ámbito marcan indescifrables rumbos, se habló de una lejana tierra desconocida. Qué ritmo innumerable de olas y de olas. qué cielo impasible de mil constelaciones, y de albas azules y de rojos crepúsculos, y de sombras que anuncian el derrumbe del día!
En el siglo de Cristo regó su profecía el poeta latino. Habrán de venit siglos, después de muchos años, en que los viejos mares rompan las ataduras de las cosas, y entonces surgirá una gran tierra. Navegantes audaces hallarán nuevos mundos y no será ya Thule la última tierra descubierta.
ANNO Bajo el fuego encendido de trémulas antorchas, fúndense el grito, el rezo, la angustia y la vigilia con la sorda protesta de rudos tripulantes, de torvos marineros. son bocas sedientas y pupilas que exploran y voces que blasfeman y manos que se crispan y rostros sudorosos. Ya no queda un retazo de verde en las pupilas. Ni una palabra nueva con sabor de manzana. Se ha dormido la copla con olor de claveles en el vientre moreno de quemantes guitarras. Desnudos van los mástiles de gavias y de albatros y las viejas maderas de las tres naves crujen!
La criba del tiempo fué cerniendo su polvo de diamantes y de estrellas. Su polvo de hojas y de frutos.
Su polvo de moluscos y de peces. Su polvo de huesos y de sangre. el humo de todas las edades fué perdiéndose en otros horizontes más vastos que los cuatro horizontes fijos en la mirada primitiva del hombre!
Hasta que una mañana de jubiloso viento, de innumerables pájaros y de sol en las jarcias de las tres carabelas, se hace patente el grito de Rodrigo de Triana frente al milagro vivo que advirtieran sus ojos. Tierra!
Quince siglos más tarde, Cristoforo Colombo, con noventa marinos, prestos a la aventura, zarpó, naciendo el alba, desde un puerto de España. así nació la ruta primera del Atlántico que fué abriendo la quilla de la Santa María. Tierra de América. Tierra del nuevo mundo, del áureo continente, donde la verde palma y el río luminoso ofrecieron la sombra y el agua fraternales a las primeras gentes venidas de Castilla que dilataron luego su gesta y su aventura, su fábula y su historia sobre los litorales, los valles y los llanos y las altas montañas! navegar salieron. descubrir las islas remotas las del mito más allá de los mares. La Atlántida, Cipango o la florida Antilla, o las Siete Ciudades o la Casa de Glauco!
Guiados por el instinto y la aguja que gira sobre la rosa náutica, salieron bajo el signo de los antiguos astros y la gran voz profética del extraño argonauta que anunció los contornos de un mundo alucinante, nacido de la espuma, con su ronda de pájaros y la luz de sus minas, con su aroma de especias y su canto de seluas. Dibujo de Martin Luis Durbán)
Tierra! Tierra de América. Ornada con la espuma de los mares. De algas y de flores vestida. Con su ronda de pájaros y la luz de sus minas. Con su aroma de especias y su canto de selvas. su raza aborigen. La del soberbio azteca, con los signos de sangre de su piedra del sol, Hacia lo inesperado, contra las tempestades. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica