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Back Bay Boston, Mas.
marla revolución verdadera, la revolución integral.
Hemos preferido muchas veces, sin embargo, no tildarnos de revolucionarios, ya que de esta palabra se han adueñado los pseudo revolucionarios y se ha convertido bien lo dice Maritain en el más confirmista de los lugares comunes. Nos interesa, más que nada, ser revolucionarios.
Las palabras Acción Social están inscritas en nuestras banderas desde que hace apenas cuatro años se plasmó el movimiento de los universitarios católicos. Se ha despertado entre la juventud inquietud por las cuestiones sociales despertando la inclinación sentimental hacia las clases desheredadas en cuanto a bienes materiales, se ha sentado que la actitud primaria es la del amor. Amando al pueblo nos preocupamos de conocerlo y confrontar sus necesidades. La solución surgirá por añadidura. Hemos hecho comprender a lo menos que no podíamos desconocer la realidad circundante, que el aislamiento candoroso o la ignorancia voluntaria era terror, egoísmo, traición a la misión histórica de nuestra generación.
El movimiento universitario católico en América ha cobrado vigor y conciencia de su papel como generación llamada a cumplir una misión histórica. Precisamente hoy en varios países de nuestro joven Continente juventudes en masa comulgan con la misma fe y entusiasmo que los que en estos momentos nos solidarizan.
La misión de los católicos, lo ha dicho el Sumo Pontifice, es procurar que las relaciones interamericanas se realicen con espíritu sinceramente cristiano. que busque la justicia anteponiendo la caridad.
Carlos FERNANDEZ SESSAREGO.
Universidad Mayor de San Marcos de Lima, julio de 1946.
MITOS DEL VIEJO EGIPTO Por Juan MARIN (En el Rep. Amer. faceta sustentada por la filosofía de la plenitud, que no es un sistema más, sino la filosofía normal del entendimiento humano. Hay una profesión universal que es la del hombre. ha dicho Guyau. La Universidad debe otorgar este título profesional de hombre.
Frente a la actual situación universitaria, la Unión Nacional de Estudiantes Católicos del Perú será elemento coadyuvante centinela de la recta aplicación del Estatuto. Contribuirá a llenar las fórmulas legales con el auténtico espíritu universitario que debe vivir debajo de la letra. La democracia, la comprensión y la tolerancia son los postulados del estudiantado católico en la convivencia universitaria. La Unión Nacional de Estudiantes Católicos estará siempre, decididamente, en el campo de la Verdad y la Justicia.
Punto capital del movimiento de universitarios católicos y al cual otorgamos preferente atención y sacrificados esfuerzos es el problema social.
La doctrina social de la Iglesia es la solución integral y única del problema. Los cristianos tenemos en nuestras manos la acertada solución. Por desgracia en nuestro ambiente son sumamente escasos los católicos que se dediquen, inflamados de caridad cristiana, al estudio, y sobre todo, a la aplicación de estas normas salvadoras. Los más frente al problema sólo tienen palabras de admiración, de simple elogio, por la doctrina y en actitud de suficiencia poco cristiana se contentan con remitir a ella a los que esperanzados o desesperados se acercan en busca de la solución adecuada.
Nuestra generación cristiana en su pensar, sentir y actuar, ha comprendido la trascendencia del problema que la Providencia ha depositado en sus manos.
La generación del 50 cree con el gran Tomás de Aquino que para llevar una vida mo: ral, para desarrollarse en la vida de las virtudes, el hombre tiene necesidad de un cierto número de bienestares y de seguridad social.
El católico en cuanto hombre está en el devenir y siente las angustias y los desgarramientos de la época que vivimos. Sabe también que la misión del católico es afirmar e irradiar la verdad en todos los campos fluctuantes del devenir. Es por eso que nos hemos impuesto, como indeclinable deber el análisis del problema social en su más descarnada realidad, el estudio de la verdad católica en este terreno, y tiene el firme propósito de realizar la obra que se espera de nosotros: la aplicación por los cristianos del programa social de la Iglesia Tenemos fe profunda en los principios, la seguridad que proporciona el saberse poseedor de la verdad. Pero tampoco perseguimos la justicia social desvinculada o sobreponiéndola a la renovación espiritual y moral. Queremos y ansiamos el bien exterior no por el bien mismo sino para el mejor y más libre desarrollo del espíritu.
Poro todo esto nuestra generación trae un mensaje nuevo, revolucionario, afirmativo.
No desatendemos la cuestión social con el frío egoísmo del individualismo decadente ni coreamos la sola revolución de la materia como lo hacen los materialistas. Esta es en realidad una pseudo revolución. Propugnamos cambios substanciales y no meras reformas superficiales.
Voceamos y sostenemos la verdadera e integral revolución que es revolución del espíritu y la materia. Podemos justamente llaAl estudiar la mitología del Egipto fa en nuestro reciente libro Mesa de Mah jong raónico es imposible no percibir las curiosas y (Editorial Emecé. Buenos Aires. Se trata extrañas analogías que hay entre los mitos de de un mito de aquellos llamados de destructodos los pueblos antiguos. La capacidad mi ción de la humanidad. En el Libro de los togénica de la conciencia humana primitiva Muertos cuyo texto decora las paredes de muparece haber trabajado siguiendo aproximada chas tumbas del Viejo Imperio egipcio, cuénmente las mismas reglas y ciñéndose a un cur tase que el gran dios Rá, sintiéndose viejo y so casi siempre análogo y homólogo también. débil y viendo al mismo tiempo que los homEn varios de nuestros artículos hemos hecho bres se tornaban cada vez más audaces y amnotar, de paso, similitudes y aproximaciones biciosos, aspirando acaso también a transformuy cercanas existentes entre mitos y leyen marse un día en dioses, decidió destruir a la das de China, India, América pre colombina humanidad. Pero no queriendo tomar esta y el Egipto faraónico. Hace muy poco, nos grave determinación por sí solo, se presentó encontramos en una de nuestras lecturas con ante Nu, el Padre de todos los dioses y le la curiosa aunque inhumana práctica del pidió reunir un consejo de dioses para delisacrificio anual de una doncella, llamada la berar sobre su idea. La respuesta de los dioDoncella del Nilo. al dios del magno río de ses fué afirmativa y Rá envió entonces a la Egipto para asegurar los beneficios de una diosa Hathor, acompañada por la diosa Sekhbuena crecida y una fructífera inundación. met (diosa con cabeza de gata o de tigresa)
Esta leyenda ostenta las más extraordinarias para realizar el baño de sangre en el seno semejanzas con aquella que hemos descrito de la humanidad. Pero, en este caso, como en crónicas enviadas hace algunos años desde en el de la leyenda china, los emisarios del Centroamérica, sobre el sacrificio de una mu dios han ido más lejos de lo que él ha quechacha virgen en el Pozo Sagrado de Chi rido y llega entonces un momento en que el chen Itza durante el Imperio Maya. Es un dios desea poner atajo a la carnicería y calrito que encontramos en todos aquellos paí mar a las potencias destructoras que han sases en los cuales la vida humana, con su ritmo lido fuera de control. El dios Rá, compadeagrícola y económico, depende del agua: tan cido de la suerte de los hombres y arrepentito en el Egipto antiguo como en el Imperio do de su crimen, envía a Thot a buscar toMaya y como en ciertas regiones de China, das las plantas de mandrágora existentes sola vida y por ende la civilización misma esta bre la Tierra y le pide hacer con ellas un eliban condicionadas por la abundancia o la ca xir, el que mezcla o diluye en 000 fudres rencia del agua y en todas estas partes la clase de sangre humana que corría en arroyos sodirigente, sea sacerdotal, autárquica o simple bre la Tierra. Cuando la sádica y sedienta mente la élite filosófica, creó mitos de divi Sekhmet viene a beber aquella sangre, absornidades acuáticas para las cuales se inventa be el zumo de la mandrágora y cae en proron también ritos semejantes y entre éstos, el fundo sueño. Con lo cual Rá evita la extindel sacrificio de una virgen según ya hemos ción total de la Humanidad que él mismo dicho.
había decretado. Los hombres sobrevivientes Queremos hablar en esta crónica de otro le expresaron su arrepentimiento por los crímito faraónico que tiene las más extraordina menes de orgullo desmedido y de ambiciones rias analogías con uno descrito por nosotros bastardas que habían alimentado y Rá deci Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica