Nazism

298 REPERTORIO AMERICANO y cartas de José Enrique Rodó y José María Eguren. Hijo de don Manuel González Prada, sintió sobre sí desde muy joven la altísima responsabilidad del legado paterno.
Este libro reune las mejores páginas de Alfredo González Prada; reviste importancia para las letras peruanas y americanas.
Atención de la casa editora. RADIUS Calle del Variedades TELEFONO 4692 Esta primera edición de la novela Enrique Abril, héroe. Por Jorge Felices. San Juan, Puerto Rico. 1947.
Una novela que está siendo muy bien acogida por la crítica panameña y americana: Rogelio Sinan: Plenilunio. Panamá. 1947.
Atención del autor. Con esta novela y su autor volveremos en uno de los cuadernos posteriores. Entre las novelas de Panamá. la más fuerte, la más hecha. la más dentro de las tendencias del género en la actualidad. Espejos de todas las clases Cuadros Marcos Objetos tallados Souvenirs Oleos y Acuarelas Vidrios para sobre de muebles y para Automóviles SERIEDAD RAPIDEZ EFICIENCIA RESEÑA DE LIBROS (Colaboraciones)
Arévalo y el retorno a Bolívar Pedro Alvarez Elizondo ha escrito un li del político, ya que toda su acción es el resulbro intitulado El Presidente Arévalo y el re tado directo de las ideas contenidas en sus obras torno a Bolivar. Es un libro de cordial estima intelectuales. De un libro de tan puro ideación y de simpatía por la obra del joven Pre lismo con Evasión y Retorno se desprenden sidente de Guatemala; es, como lo dice el au enseñanzas vitales, fuerzas que trasmutadas en tor mismo, un libro que habla de un hombre acción nos explican lo que el Presidente de que por sobre el amor a su patria, encauza su Guatemala está haciendo en su país. El pensaproyección más íntima y querida a la recons dor es el padre del político y esto, que paretrucción de la Federación de Centroamérica, ce un lugar común, debería ser profundamencomo un primer paso para la América unida te meditado por esos caudillejos hispanoamey fuerte que soñara Bolívar.
ricanos que gobiernan con ametralladoras y El tema es interesante en sus varios aspec con empréstitos norteamericanos.
tos, y Alvarez Elizondo lo desarrolla con agi La publicación de este libro es oportuna; lidad y conocimiento de causa. La personali se estaba haciendo un gran silencio de conspidad del Dr. Juan José Arévalo se destaca en ración alrededor de la gran obra social del Prela obra en un cuadro de legítimo realismo, sidente Arévalo y ya era hora de que las jucon nítidas perspectivas y ajustada profundi ventudes de América se dieran cuenta de cómo dad. El autor pudo haber dicho mucho más un verdadero Maestro trabaja la realidad polídel hombre pero prefirió dejarlo en un esbozo tica en nuestro continente. Es oportuno tamsuave de intima amistad que el lector encon bién por razones de orden más práctico: es netrará en el capítulo inicial del libro.
cesario que los idealistas de América sepan que El interés del autor va a la obra política todavía queda en este hemisferio un país en de Arévalo. Señala la noble lección de demo donde los hombres libres pueden hablar, opicracia que el Presidente ha dado a América en nar y discutir con entera libertad.
su lucha contra la dictadura y el nazismo; en su denuncia de los tiranuelos antillanos y cenArturo TORRES RIOSECO.
troamericanos; en su defensa de la integridad territorial del continente; en su apoyo a traBerkeley, California. Febrero de 1948.
bajadores y campesinos. Uno de los puntos esenciales del programa político del doctor De su nuevo libro.
Arévalo es el de la Federación de los países del istmo. Alvarez Elizondo expone la materia Bon Repos, con suma claridad basándose en los discursos Playa de Puntarenas, Costa Rica.
del mandatario. Nos habla por fin del sentiEnero de 1948.
do moral del estadista guatemalteco con estas palabras: Ha dado a los juristas una nueva Señor Ingeniero interpretación de soberanía y del concepto de don Vicente Echeverría del Prado.
golpe de Estado; ha exigido desinterés y heMéxico.
roísmo en la función pública; y todo eso lo resume Arévalo en una sola frase, golpeando Mi buen amigo: a las puertas de nuestra molicie cívica y gri Estaba, de nuevo, en deuda con usted.
tándonos desde Guatemala. Hay que volver Hace tiempo que quería acusarle recibo de su a Bolívar!
amable carta y de su nuevo libro Perfiles InAlvarez Elizondo no ha creído oportuno violados, pero como que no soy de los que el comentario de la labor pedagógica y filosóacostumbran corresponder con tarjetitas con fica de Juan José Arévalo, lo que para mí expresiones insubstanciales, sino de los que leen constituye una falta grave en la apreciación lo que les regalan, esperé a tener una ocasión para poder dedicarle un tiempo largo y, ya ha llegado.
Frente al mar que no se cansa de contarme sus cosas milenarias, inundado de sol y de silencio, he leído con unción su libro, porque sabía que con unción sagrada había sido pensado.
La dedicatoria a su hijo es una página bellísima que todo padre debiera tener enmarcada en oro, a la cabecera de su cama, para leerla cada día después del Padre Nuestro. Qué cosas más bellas le dice usted! Apasionate, hijo mío, apasionate. En estas palabras hay todo un programa integral: sin pasión. qué puede haber? Lo de ahora: todo lo negativo aflorando a la superficie de lo más negativo: la ciudad. en su epistola, continúa diciéndole: El mundo hará cuanto pueda por vendarte con su negrura y con su impotencia de milagro. Tratará de incrustarte continuamente en los ojos y en los oídos las formas de apretujamiento gregario con las que se juzgan salvados de su personal responsabilidad.
Si de ti has de responder frente al Altísimo, responde, también, de ti ante los hombres. Jamás persigas el oro como fin; el que lo hace, arrostra la caída sobre los surcos de opacidad en los que el sueño se engusana. Un minuto de la realidad del sueño, vale por todos los siglos del sueño de la realidad. Los hombres no podrán entenderte, en medio de sus fangosas interpretaciones, y serás una isla de destilamiento de fina angustia y de cado.
Con sólo esta dedicatoria su libro sería un libro; pero el contenido delicado y sutil como el de los otros suyos, lo acredita de óptimo entre lo bueno. siempre con ese doble decir de las cosas sutiles e intocables.
gozo deli Padre, me diste todo, pues me diste, con tu suave mirar, de azul risueño, el ámbito de ser para el ensueño, el ensueño en que el ámbito consiste.
Padre mio, tus labios me citaron cuando se abrieron trémulos al verso donde las prosas del saber me hallaron, y estoy humedeciendo el terso añil donde tus ojos se secaron pretendiendo mojar el universo En Sonetos para un retrato imposible, los ojos del alma hacen decir. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica