REPERTORIO AMERICANO 243 LA SOCIEDAD PROTECTORA DE ANIMALES Si en la ciudad de Panamá quiere usted una suscrición a esta revista, pídala a MAURICIO VERBEL Envío de en San José de Costa Rica. Acerca del autor, escribe la escritora colgaron por los pies y se le paralizaron los griega Melpo Axioti: brazos, pero, una vez más, recordó.
En el campo de Chaidri, en los alrededoThemos Kornaros, nacido a principios de res de Atenas, el coumbaros quedó detenido siglo en una pequeña aldea de Creta, al sur hasta la víspera de la liberación. En la puerde Grecia, se enamoró, siendo joven pobre, de ta, los resistentes colgaron un cartel: Se aluna muchacha rica, bella como el amor. quila.
que lo rechazó por desheredado. Se lanzó en En Grecia, la liberación no duró más que tonces a recorrer los grandes caminos del mun cincuenta y dos días: del doce de octubre al do. Fué vendedor de cigarrillos en los puer tres de diciembre de 1944. Durante esos potos, minero, impresor y marino. Fué hasta las cos días Themos tuvo tiempo para escribir Indias. Un día supo que la mujer a quien ama el libro que su memoria le recordaba, de sus ba estaba gravemente enferma, recluída en experiencias propias: El campo de Chaidri, liSpinolanga. Fué a verla y no la reconoció: bro muy importante en estos tiempos históestaba desfigurada por la lepra. Entonces es ricos. Se había convertido en uno de los mecribió un libro, Los Leprosos de Spinolanga, jores y más populares escritores de su país.
bella obra que conturbó a muchos y a otros Ahora, en el nuevo campo de concentradió esperanzas. Porque todo el mundo tiene ción cerca de la bahía de Faleres, el coumbaderecho a enfermarse, pero no a que lo traten tos estaba vigilado por los ingleses, ametrallatan horriblemente como en Spinolanga. Es dora en mano. Hasta una manta le negaron, una pequeña roca árida, aislada en medio de para acostarse en el suelo. Luego lo entregalas olas, donde no crece ni una pequeña ra ron a la gendarmería griega, que lo tuvo siete ma verde.
meses en prisión. Después fué liberado.
Themos, en su inquietud, fué a ver a los Su pluma no tenía más que transcribir los monjes del monte Athos. Cuando descendió documentos de su existencia bajo el peso de del monasterio, escribió otro libro: Los Mon la ocupación. Escribió un folleto sobre un jes del Monte Athos. Esta vez el libro causó obispo griego. En pocas páginas, justificaba conmoción porque todos los hombres son li los documentos que presentó al tribunal conbres de profesar la religión que quieran, pero tra el colaborador. Se le formó proceso en el es una acción muy grave crear en los conven otoño de 1946. el coumbaros fué condetos lugares de opresión y oprobio. La Iglesia nado a dos años y un día de prisión. Duranprohibió el libro.
te algunos meses podría encontrársele en la En 1936 la dictadura fascista se instaló en prisión de Missolonghi, esa misma ciudad cuGrecia. Entre los millares de presos se encon yos habitantes, en 1821 emprendieron el histraba Themos. No se le permitía escribir en tórico éxodo y se mataron hasta el último las celdas, pero él recordó.
antes que soportar el yugo de la ocupación En 1941, los extranjeros fascistas se ins musulmana. Después en la prisión Pyrges, en talaron en Grecia. Themos escribió entonces en el Peloponeso. En estos momentos no se sala prensa clandestina. juntaba armas, que be donde se encontrará. Puede que tú no tenpasaba a los maquís de Atenas. como tenía gas la menor idea de la rara historia de este la verba y el humor de un cretense, siempre joven luchador, que no hayas visto sus manos saludaba así a sus camaradas: Salud, coumba paralizadas ni oído esa voz que desde el fonros (que quiere decir compadre. Los re do de los calabozos te llama compadre.
sistentes le conocieron desde entonces por ese Aquí tienes, por lo menos su última carta nombre. Después fué denunciado.
de hombre y de escritor.
En los calabozos de la calle Merlin lo todos estos hombres, si están en capacidad de declarar libremente, si lo que dicen es falso o verdadero Porque, mirándolos, tengo la opinión con traria, pero carezco de la competencia requerida. Lo que yo veo? Cuerpos quemados con petróleo, ojos de fuego, caras tumefactas, frentes abatidas, pies tan hinchados que no se les distinguen los tobillos y, lo peor, cerebros extinguidos, aullidos desgarradores durante las noches. Estas heridas no han sido inferidas en combate. Son las heridas fabricadas, causadas durante el paso al buró de instrucción que llaman, en el lenguaje de los prisioneros. El calabozo de las torturas.
Así han estado aquí durante quince días, sin la menor atención médica. Se ha esperado que recobraran una figura siquiera un poco humana para transferirlos a la prisión.
Hay que interrogar a los jueces, a los juristas, a los psiquiatras, a los psicólogos, para que digan cuándo un hombre es capaz de hacer una declaración que exprese la verdad: cuando disfruta de sus miembros y está en buena salud, o bien en los momentos en que ha sufrido los dolores más atroces, y su cuerpo no es más que un cadáver.
Pretendo que no hay que esperar la curación de las heridas para averiguar la verdad, si es ésta verdaderamente la que nos interesa, y no otra cosa.
Creo que ustedes pueden, si quieren, participar en el establecimiento de la verdad, respecto a esos veinticuatro apacibles cadáveres que deliran.
Desde la prisión Por Themos Kornaros.
Prisión de Missolongbi, ustedes leerán más tarde estas cosas y sobre la diciembre de 1946.
base de estos testimonios escritos. escribirán Al Santo Sínodo, la historia. Así, sin quererlo y sin saberlo, van a la Academia de Atenas, ustedes a falsificar la verdadera historia de esa la Asociación de Periodistas, tos tiempos.
a la Unión de Escritores Griegos, Así, pues, he aquí el testimonio de mis a las Asociaciones de Médicos y Abogados, ojos. Lo que puedo informarles de este grupo.
a la Sociedad Protectora de Animales.
Todos han sido arrestados en sus domicilios. Sólo después de su arresto se han confecSeñores: cionado las pruebas de actividades del grupo, La prisión en que me encuentro encarce su jefe, el campo de batalla y el botín indislado se encuentra en una región sometida a pensable. Estas serán las pruebas que trasmi medidas excepcionales.
tirán muy pronto a la corte marcial para que Aunque no fuese más que por obligación constate la veracidad y proceda al juicio. Porprofesional, creo mi deber hacer reconocer to que. no considera todo tribunal la prueba codo lo que yo mismo he podido constatar, a mo el criterio de la verdad? La seguridad del los representantes espirituales de mi país, los Estado se ha empleado en producir ante el únicos habilitados ante la historia.
tribunal todas estas pruebas irrefutables. DuHoy han traído a un grupo de bandi rante quince días ha encerrado a los culpados. destinados al campo de concentración bles. ha conversado con ellos, no hacía falta de Missolonghi. Veintitrés hombres y una mu más para demostrar la verdad. Algunos jer, de los cuales publicarán mañana los pe bandidos. que tienen mejor memoria. hariódicos que la banda ha sido extermi brán contribuído.
nada; veinticuatro prisioneros que han confe Yo les pido que hagan lo necesario para sado esto, aquello, etcétera.
que el Estado envíe algunos médicos y psiLo que me preocupa sobre todo es que quiatras, que vengan a constatar cómo están Incluso creo necesario que eso se haga dentro de las veinticuatro horas, si se quieren ver a tiempo las marcas de nuestra civilización y algunas muestras de estos terribles bandidos. de los cuales tal vez mañana, conozcan ustedes la ejecución. Porque así habrán decidido cuáles son los verdaderos culpables de las desdichas de nuestro país. Ellos son los verdaderos culpables de las desdichas de nuestro país. Ellos han resuelto colonizar esta tierra con fieras rabiosas que saben como transformar en papilla el cuerpo humano para pisotear toda la verdad y la moral.
En cuanto a las pruebas de culpabilidad, hubiera podido confiarlas al juicio de un niño pequeño. Sería suficiente ver estos cadáveres que han hecho pretendidas confesiones.
Señores, os juro, en nombre de la civilización, a inclinaros sobre la vida de los ciudadanos que viven en el infierno de nuestro país.
Entrego a vuestra protección la existencia de este país que sumerge la selva.
Abandonad lo que os divide para cumplir vuestro deber para con la patria, la civilización, la humanidad y la verdad.
Debéis hacerlo.
Pero si no queréis escuchar nada, por lo menos alertad a la Sociedad Protectora de Animales. Puede ser que se interesara en el hombre por lo menos tanto como se interesa por un perro.
Porque yo, desde una prisión, no puedo hacer más. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica