206 REPERTORIO AMERICANO sebase de los derechos públicos a la libertad, a cicio de un poder de naturaleza análoga, en Cada uno de los actos cotidianos requiere la defensa propia y a la aplicación de las san el fondo y en la forma.
un tiempo muy superior al que debería inverciones penales solamente a los encausados cu Quedan, por desgracia, organizaciones de tirse normalmente. En las oficinas públicas ya culpabilidad quede demostrada por los me tipo similar que en vano intentan disimular se hace un lío con la más pequeña diligencia: dios comúnmente admitidos en el procedi su índole con designaciones engañosas. Las pagar un impuesto, por ejemplo, o comprarse miento judicial.
naciones de occidente de Europa y la poderosa una estampilla. Los altos funcionarios se han Alegar que la vara alzada ante el presun república del norte, resisten a su expansión ingeniado para establecer métodos y sistemas to delincuente ha de caer sobre él aun en ca imperialista. Pero sería un modo de ceder al que confluyen en arrebatarles el tiempo a los so de duda, es dar paso a las más crueles in influjo de sus tendencias admitir en su ciudadanos. Para pagar un apartado de correo, justicias y aceptar, a la vez, la monstruosa no, si siquiera por excepción momentánea, na por ejemplo, es preciso visitar tres o cuatro conclusión de que la acción fiscal se dirige da que se parezca a las normas propias de oficinas, comprar estampillas en una parte, ciegamente, no a averiguar la verdad, sino a una dictadura, pues por ahí se incia el ca hacer colas en otras, volver a otra oficina porofrecer de cualquier modo un responsable apa mino de su dominación sin límites.
que se olvidó una firma, y gastar así nuestro rente del hecho delictuoso o que se supone El autor de la correspondencia que se ocu tiempo. Los empleados reciben al público con que lo sea.
pa del asunto recuerda cierto pasaje de un ar ejemplar displicencia: mientras usted espera, No puede existir razón alguna de Estado tículo aparecido en The Times, de Londres, ansioso, el funcionario suele irse a tomar tinque obligue a admitir tesis semejante. El úni hace más de un siglo, y que recobra actuali to, o se pone a relatar anécdotas con el vecico fin aceptable del Estado es el de servir a dad en presencia de este y otros peligros que no o deja vagar la imaginación por los esla sociedad, velar por su tranquilidad y bien infunden explicable inquietud. nosotros, pacios de su preocupación interior. Esto es estar y por el respeto debido a cada uno de como a dicho escritor, también nos parece en todos los ministerios. El más humilde de los hombres y mujeres que forman parte de que vale la pena trascribiro y meditar sobre los funcionarios, es dichoso si le puede decir ella. Durante la reciente contienda, los pue su contenido.
a alguien que vuelva al siguiente día, porque blos democráticamente constituídos hicieron Las más grandes tiranías. decía The con ello, demuestra su importancia. Podría de esos principios el objetivo esencial de la Times tienen los más pequeños comienzos. hacer en seguida lo que el público necesita; lucha en que se empeñaron y de la que sa De los precedentes desdeñados; de las súplicas pero la fórmula de vuelva mañana los venlieron victoriosos. Iban a tratar de imponer en despreciadas, de las quejas tratadas con des ga de su propia insignificancia y de las huel mundo esos conceptos de gobierno en opo dén; de los hombres impotentes oprimidos millaciones que han padecido.
sición al tiránico y retrógrado sistema que con impunidad y de los hombres despóticos El ciudadano tiene que cumplir sus debeconcluyó por denominarse totalitario, como tolerados con complacencia, surgen los usos ti res con el Estado; pero el Estado complica expresiva manera de caracterizar su espíritu de ránicos que generaciones de hombres prudentes tanto las cosas más sencillas, que esta obligadominación absoluta; de mando ejercido sin y buenos pueden más adelante percibir, lamen ción se hace odiosa, por los procedimientos.
obligación de dar cuenta a nadie de sus ac tar y resistir en vano. En la actualidad, las Oficinas relacionadas entre sí, entre las cuatos, ni de responsabilizarse por sus consecuen inteligencias comunes ya no ven una tiranía les hay que correr dos o tres veces, están sicias, que le permite proceder según el exclu agobiadora en la trivial injusticia o en la des tuadas a gran distancia. En cada una de ellas sivo discernimiento del dictador prescindiendo enfadada indignidad, así como el ojo, sin la hay que dejar dos o tres firmas, suministrar de la opinión del pueblo y de las salvaguar guía de la razón, no puede discernr el roble una serie de informes y hacer otras confesiodias protectoras del interés individual en cual en la bellota ni la desolación del invierno en nes. Empleados indolentes cuando no ásperos pier sentido.
los primeros fríos del otoño. De aquí la ne reciben calmosamente al público. Mientras tanSería alarmante para los destinos de la cesidad de denunciar con incansable y hasta to, atienden otras cosas, responden a otras prehumanidad que después de sacrificio de millo con molesta perseverancia un simple acto de guntas de los compañeros, que no saben lo que nes de seres por salvarla de la arbitrariedad opresión. Toléreselo, y quedará como cons deben hacer, y se equivocan, por lo cual tiedespótica, aparecieran en alguno de los pai. tancia. El país lo ha permitido y cuando, por nen que llenar otros formularios y romper ses comprometidos a impedir su nefasto reina fin, se vea provocado a una tardía indignación, los que estaban haciendo. El papeleo impera do, entidades legislativas, administrativas o se encontrará amordazado con la constancia majestuosamente en todos los actos oficiales, judiciales investidas de atribuciones que im de su propia indebida tolerancia.
y los empleados son felices llevando cuaderportaran, en la práctica, acordarles el ejernos, escribiendo notas inútiles, pidiendo firmas y preguntando datos.
Cuando, el otro día, me puse a llevar la estadística de un lapso de diez horas en un día cualquiera, me sentí lleno de desesperación y angustia. Sólo una mínima parte de mi vida puede ser aprovechada y eso en un Por OSORIO LIZARAZO sentido que a mí me parece inútil y que, po(En El Tiempo.
siblemente, a otros les parecería idiota: pero Bogota, 25 de enero de 1947)
me guiaría por mi propio criterio. El resto se habrá de desperdiciar en actos inútiles, baCada uno de los actos humanos tiene que davía muchas cosas: estudiar sin descanso, leer, ladies o absurdos, provocados, la mayor pardesarrollarse dentro del tiempo y estar some exaltar nuestras facultades intelectuales, perte, por la irresponsabilidad con que toda la gentido a él. el tiempo es el más relativo de feccionar y concluir nuestra obra. No todos te mira el tiempo ajeno. He aquí la estadístitodos los valores, y el más efímero. Algún ca de diez horas de un día: lo sienten asi: y hay gente que vive dentro filósofo pragmático estableció la tesis de que del tiempo sin saberlo, lo mismo que el pez Esperando vehículos para trasladarme de el tiempo es dinero, y el pueblo más práctico dentro del agua: sin darse cuenta de sus mo mi casa, en un barrio apartado al cende la tierra incorporó el axioma dentro de su vimientos ondulatorios ni del medio vital. tro y viceversa, cuatro veces (12 micódigo de procedimientos. Para los pueblos Nosotros, ni los unos ni los otros, hemos nutos, 21 minutos, minutos y 18 latinos, que somos más idealistas, el tiempo valorizado justamente el significado de nues minutos respectivamente)
58 no es sólo dinero, es oportunidad de mejorar tro tiempo: lo menospreciamos, somos pródi Esperando ascensores en diversas dilinuestra condición mental, de afianzar y puli gos con él, lo invertimos de manera absurda, gencias 27 mentar nuestra personalidad, de cultivar amo no lo sujetamos a un plan determinado, por Haciendo antesalas para hablar con cuarosamente nuestro romanticismo, de servir a que debemos estar pendientes de incontables tro personas diferentes, dos de ellas una causa común o de consagrar en el ara circunstancias externas. Esta malversación del empleados públicos 112 recóndita del egoísmo nuestra propia estima tiempo es una de las causas por las cuales el Esperando en el teléfono que me pidan ción.
bogotano será siempre un pueblo desordenado. el número para seis llamadas 23 Pero pragmática o románticamente, de Todos carecemos del sentido de responsabili Esperando que me comuniquen 12 tiempo estamos hechos. Cuando medimos el dad no sólo respecto de nuestro tiempo, sino Dos veces me dieron el número equivoque nos queda, sentimos ramalazos de angus del ajeno. Los funcionarios públicos, los em cado tia: es tan reducido, aun cuando se prolongue pleados del transporte, los de las comunicacio Esperando que mi presunto interlocupor encima de los años y de los lustros! nes, todos ostentan una indiferencia magnífica tor pase al teléfono (un momentico, dentro de esa pequeñez tenemos que hacer to9 ante la inquietud por el tiempo ajeno.
señor, voy a llamarlo)
El tesoro perdido MENOS PRECIO DEL TIEMPO Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica