168 REPERTORIO AMERICANO Manuel de la Cruz González y la pintura Hace años, dejando el camino real del academicismo, se lanzaron por las veredas de la investigación y el estudio de las escuelas (En el Rep. Amer. pictóricas modernas, libre la imaginación creadora un grupo de jóvenes pintores dio, su deseo de superación es manifiesto; a costarricenses; entre ellos tomó lugar prepon pesar de la indiferencia, su poder creativo no derante Manuel de la Cruz González.
sufre mengua, y esto queda plenamente deA Manuel de la Cruz se le reconocen mumostrado frente a su obra pictórica, rica en chas cualidades, todas ellas emanadas de su al originalidad.
to espíritu estético. La savia de su persoLa libertad en la obra de arte es un reflenalidad pictórica es su propia vida en angusjo de la intima libertad del individuo, puesto tiosa superación, colmada por los misterios que sin ésta, no es posible la creación. No es de la poesía y la maldición del atormentado la simple copia del paisaje o de la figura lo en lucha continua con el arte y con el meque hace la obra de arte, sino la interpretadio ambiente, casi siempre sórdido y mezción densa de esos elementos. El artista poquino para dar campo al preocupado por ne en ellos su ser, su vida, su personalidad otras cosas que no sea el bisbiseo aldeano o integra, enhiesto ante su angustia y su emola alabanza al éxito económico o político.
ción.
El paisaje en Manuel de la Cruz es armoEl artista exige a la obra, y la obra, en nioso, equilibrado, con valores y caracteres reciprocidad, exige al artista y ambas exigenpropios, de ricas gamas de color que reflecias despiertan en el espectador la sensibilijan, en el fondo, la tristeza de nuestras camdad, la ira, o le llevan suavemente a la conpiñas, verdes con monotonía en las épocas de templación.
lluvia; o doradas como espigas caídas, bajo Nos decía Manuel de la Cruz que el arte los soles del verano, tan fugaz en el trópico.
moderno es un despertador de reacciones vioEl paisaje es húmedo como la misma tierra lentas que, o llevan al hombre a la admiranuestra. El pintor lo siente y lo expresa con ción, o a la más impetuosa reacción de cólera.
originales trazos cuyo efecto es de magia y En el arte moderno, es decir, clásico, como Manuel de la Cruz González de vigor, no de anemia intelectual o de visión en la vida misma, el choque de la sensibiliextraña.
dad no la sensiblería con el medio, es de la vida y no a la orilla del mundo. Vive Tratándose de la figura humana, Manuel definitivo; no se produce a medias tintas, si plenamente su tragedia de artista: cumple, hasde la Cruz, la boceta sensual, de acentuados no de una manera cabal, casi con brutalidad. ta más allá de lo que el ambiente le permite, rasgos, de fuertes pinceladas que revelan su así el artista es o no es; lo mediocre, lo su misión de línea, de luz y de color.
ser, su sangre. La línea mórbida del lápiz insulso, lo vacuo, tienen en el arte lo que pueHoy Manuel de la Cruz está en Cuba y que las forma, es profunda y reveladora de da tener de vida el humo arrebatado por el bajo ese sol antillano y el calor hospitalario grandes misterios, de abismos tenebrosos que viento.
de ese pueblo que vibra con una emoción prireflejan el carácter del hombre o de la muManuel de la Cruz en su pintura sugiere mitiva y clara, su pasión artística se plasmará jer que movió la sensibilidad del artista. estas observaciones sobre el problema del arte en poesía de colores.
ha llegado a un conocimiento valioso de la y la creación. es a juicio nuestro este pinAtturo ECHEVERRIA LORIA.
técnica, que su mano docilmente la condu tor un creador de positiva conciencia dentro San José, Costa Rica, setiembre de 1948.
ce por la obra de arte, un problema siempre cuya solución busca dolorosamente, alcanzanLa fiesta del maíz do armonioso equilibrio entre el ritmo, la emoción, dibujo y color. El complejo eter(Una tradición folklórica)
no del hombre creador es la angustia fren(En El Tiempo. Bogotá, te a la vida, frente a la tela o el bloque de de agosto de 1948. granito o el papel, donde dejará impresa su obra, en la que se representa, tan desnuda Nunca estarán lejanos aquellos tiempos su fiesta, para alimentar a un pueblo, como mente como el primer hombre sobre la tie misteriosos de la niñez. luminosos, porque el maná con que Dios salvó al de Moisés.
fra ante la simbólica manzana del paraíso y aún se levantaba el humo del hogar que pre La roza era y es parte misma del holos desnudos senos de la mujer; comparables sidía el culto de los padres y el gran amor gar, con aquel suave susurro de égloga virgisu belleza a las líneas del dibujo, a las con que ellos vigilaban nuestras vidas. liana, adonde se acudía en los momentos más gerencias en el paisaje; en fin el problema Qué grato es recordar aquellas audaces alegres de la niñez, para robar las granadas siempre renovándose de la creación, tratando huídas al campo, para seguir la faena de los mazorcas que luego con la complicidad de la de sacar de la nada la eterna e imperecedera sembradores, rota la tierra que recibía los gra cocina y de su dueña, reventaban en pequeño belleza de la obra de arte.
nos, adivinar el proceso de la germinación, y tiroteo, porque tal era la misteriosa virtud del Manuel de la Cruz no complace a los que ver un día que aquellos granos se convertían chócolo robado.
evitan herir sus almas o angustiarse ante los en pequeñas hojas y ver alzarse la caña arro En la montaña el maíz es la voz de la tieproblemas humanos. Cada creación suya es gante, de donde se desprendían las mazorcas rra, el prodigio que brota hasta volverse oro, un abismo a los ojos del observador inteli grávidas de maíz, el que cantó en inmortal el oro de los granos amarillos, que maduran gente, y sugiere infinidad de cosas y de pe poema Gutiérrez González, y cuya fiesta tra en la propia caña y que ofrecen al hombre queños detalles que directamente tocan las dicional celebra cada año desde este día la ciu cuanto éste puede apetecer.
cuerdas más finas de la emoción. No un com dad de Sonsón, que nos vió nacer.
Por eso Gutiérrez González siguió paso placiente ni un complacido, sino una fuer Maduras, blandas y lechosas, las mazorcas, a paso la faena, desde ir buscando en donde za que se busca a sí misma en un delirio de los chócolos, se ponían sobre las brazas del comenzar la roza. los menesteres del beneficreación que conoce la agonía unamunesca de fogón, y asadas colmaban los bolsillos del tra cio, después de la cogienda, el riego de las seser hombre y artista.
je escolar, para irlas consumiendo entre una menteras, la quema, la defensa del sembrado, Dice Emerson, y aquí recuerdo al pintor pesada lección de aritmética o una pedante ditodo cuanto cada año se copia en Sonsón con Max Jiménez, que ningún cambio de cir sertación de gramática.
los trajes típicos, siguiendo la costumbre de cunstancias tiene acción sobre el caracter. y En la mesa el maíz era la arepa, el pan los peones que van cantando: esto es cierto; el artista en todas las circuns de una raza, todavía con las huellas del asaMi mama se llama arepa, tancias de la vida responde como tal, no im dor, tostaditas por de fuera y blandas como y mi taita maiz tostao porta el medio ni el ambiente en que traba el algodón por de dentro, humeantes, de grato y un hermanito que tengo je, ni el silencio que aveces es la peor de las sabor, para acompañar las sencillas viandas. se llama plátano asao.
maldiciones que puede caer sobre su obra o era la taza de mazamorra, de claro. más Los dioses tutelares defiendan la ciudad sobre su vida de trabajo, moneda con que se refrescante que licor ninguno y de esponjamaterna y den a sus campos el eterno prodipagan los desvelos y el esfuerzo de toda crea dos granos que se endulzaban con dulce de gio del rico sabroso grano.
ción.
caña.
En Manuel de la Cruz, a pesar del me Milagros hacia el maíz como hoy que es Rafael JARAMILLO ARANGO.
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