DemocracyImperialism

296 REPERTORIO AMERICANO JOHN KEITH, o SAN JOSE, COSTA RICA Agentes y Representantes de Casas Extranjeras Cajas Registradoras NATIONAL (The National Cash Register Co. Máquinas de Escribir ROYAL (Royal Typewriter Co. Inc. Muebles de acero y equipos de oficina (Globe Wernicke Co. Implementos de Goma (United States Rubber Export Co. Máquinas de Calcular MONROE Refrigeradoras Eléctricas NORGE Refrigeradoras de Canfín SERVEL ELEC ROLUX Balanzas TOLEDO (Toledo Scael Co. Frasquería en general (Owens Illinois Glass Co. Conservas DEL MONTE (California Packing Corp. Equipos KARDEX (Remington Rand Inc. Pinturas y Barnices (The Sherwin Williams Co. JOHN KEITH, RAMON RAMIREZ Socio Gerente.
Socio Gerente.
este nuevo atropello al pueblo hondureño.
Nadie ignora cómo se amaña de bien la Bananera para hacer sus cosas: a los empleados subalternos les prohibe el ejercicio de sus deberes cívicos, pretextando que no quiere que sus empleados la comprometan en política; pero a sus filisteos, los respalda subrepticiamente para seguir dominando sin control alguno.
Decimos en los titulares que al imperialismo no conviene esta actitud tan descarada, porque así como en la contabilidad comercial se anotan hasta los centavos, en el débito de la cuestión social, se recuerdan los hechos por insignificantes que aparezcan, y se llega un día en que se saldan cuentas aunque no las cobren aquellos que las padecieron. La Bananera sabe de sobra que ningún gobierno de hombres cuerdos atentaría dentro del orden social en que vivimos, contra sus derechos: sería el caso de considerar si le conviene un régimen de justicia o un gobierno de proxenetas.
Héctor MEDINA PLANAS.
San José, Costa Rica, marzo de 1948.
signado en su instrumento el consabido párrafo de que la compañía podrá importar libremente los artículos destinados al uso, construcción, mantenimiento, desarrollo, administración, explotación o funcionamiento de los cultivos, ferrocarriles, muelles y dependencias, vapores, barcos o equipos flotantes, etc. etc. sin pago de impuesto, derecho, sobre impuesto, servicio, licencia, cargo, recargo, tasa, contribución, canon pago, CUALQUIERA QUE SEA EL NOMBRE DENOMINACION QUE SE LE PUDIERA DAR EN LO SUCESIVO, etc. etc. y significara un mínimo desembolso para la compañía y mediana compensación para el Estado.
Con estos papeles, los especuladores se presentan al mercado de valores y organizan las que fueron célebres compañías por acciones, embarcando en la empresa a cientos de personas honradas que jamás vuelven a saber de la intima estructura de la sociedad, ni de su manejo, ni de nada. Sólo saben que a veces recibieron algún dividendo; pero que la mayor parte de las especulaciones terminaron en escandalosos fraudes como ocurrió con el ferrocarril interoceánico de Honduras. Para detalles de los escándalos internacionales de esta indole ver Heckscher, Mercantilismo; Andrés Molina Enríquez, Revolución Agraria; Baldomero Sanín Cano, Revista de América NO 23, El Enemigo de la Democracia. Nuestros empresarios toman posesión de su feudo y da comienzo la labor agrícola y la construcción de muelles, ferrocarriles, etc. Acto continuo principian a funcionar los comisariatos de mercancías, que recogen ventajosamente el poco dinero regado entre los braceros, y salen las primeras remesas del oro verde, regresando los barcos atosigados de mercancías, y habiendo dejado las operaciones mercantiles allá en los bancos, las divisas con las cuales se hacen nuevas e impresionantes negociaciones.
Si la empresa es manejada con cautelosa prudencia y honestidad, como ha ocurrido con la Frutera, el capital crece como la espuma y se expande como los gases en ese maravilloso y simple mecanismo del giro o circulación de Dinero Mercancía Dinero hasta llegar a cifras astronómicas.
Dentro de poco tiempo los diez o cien mil dólares se convirtieron en veinte, cuarenta o cien millones. Preguntamos nosotros. Dónde está ese capital invertido, si comparado con el volumen subsiguiente resulta ridículamente minúsculo. Pues es obvio que no hay tal!
Es el país, es el sudor de la peonada, son las complacencias y complicidades de las autoridades, la ingenuidad e impotencia de nosotros lo que ha formado esas enormes concentraciones de capital, instrumento poderoso en manos de extranjeros, que nos oprime, explota y limita. En resumen y en puridad, no hay tal capital extranjero, sino capital netamente nacional, en manos ajenas al interés de la República.
Cuanto se ha dicho es la realidad, específicamente en la época en que el capital financiero empezaba a subrogar al capital industrial. dadas estas circunstancias sería, como reza el acápite introductorio, para nosotros una afrenta que un hombre que, como el Lic. Gálvez representa esos intereses y aboga por ellos, escalara la más alta dignidad de la Nación.
Para la misma Frutera es una actitud demasiado agresiva e imprudente llevar adelante CANTO IBERO AMERICA (En el Rep. Amer. Enrique González Martínez, poeta altísimo. ¡Ave, América Nuestra. Que tu aliento, hervor de un continente fuerte y joven, fecunde este himno de mi pensamiento y con sus notas de cristal se arroben la fronda, el agua, la barranca, el viento. Canté en el infortunio y mi contento bailó sin una lágrima en el baile de un deshoje otoñal; y en el convento recé de luz a luz como buen fraile, los ojos puestos en el firmamento.
Yo llegué a tus riberas cuando octubre promediaba en los mares. Una estela, que aún entre las aguas se descubre, iba dejando nuestra carabela bajo un cielo redondo como una ubre.
Si fui tozudo y terco, no te asombre: si rijoso y procaz, no te avergüence: traje en cambio conmigo mi buen nombre, la fe que salva y el amor que vence; y más que todo, América, he sido hombre.
Traía en mis arterias sangre hispana, sangre de héroes y santos y guerreros: modulaba en voz baja a la ventana madrigales de amor y en los oteros henchia con mi estruendo la mañana.
Me abracé a la aventura. Un hondo anhelo que nos hizo olvidar ciudad y monte; y tú nos saludaste con el vuelo del ave que onduló en el horizonte sus dos alas al sol como un pañuelo. Buen hermano del Cid, mi invicta lanza fué en el campo enemigo duro azote; y alegre o melancólico, erf mi andanza alababa ante Dios a Don Quijote y ante el Diablo admiraba a Sancho Panza.
Aquí encontré las majestuosas huellas de una vasta y excelsa teogonía; y en tus tierras, más fértiles que aquellas que tras de la aventura dejé un día, otras almas y, en lo alto, otras estrellas.
Defendí nuestra fe como el más fiero; y con las damas que encontré a mi paso, fui gentil y galante y lisonjero: pero nunca engañé y en ningún caso antepuse el jayán al caballero.
Fui a tus glaucas montañas, donde acampa la nieve que jamás desaparece; en raudos potros recorri la pampa Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica