124 REPERTORIO AMERICANO Algunos poemas ROMANCE DE LA CIUDAD CORONADA de Claudia LARS (Envío de la autora, en San Salvador, El Salvador. Son parte del poema de Ciudad bajo mi voz.
Invocación y tres Estampas, laureado y premiado en el concurso poético que motivó el IV Centenario de la Ciudad de San Salvador. La poesia moderna viene siendo hasta nuestros días la historia del gran problema que al poeta plantean estos dos imperativos, en cierto modo contradictorios: Esencialidad y Temporalidad. Antonio Machado.
Mi llanto que te abraza como un río tiene oscuros lamentos vegetales.
Mi lengua, en tu cumpleaños melodioso, trae la primavera y su mensaje.
La Villa errante, la Villa siempre alerta y siempre en lucha; la que Don Diego fundara por no decir ieso nunca. La Villa que fué creciendo sobre ruedas y pezuñas y apenas, para un descanso, se detuvo en la Bermuda.
Al fin olvida su viaje; al fin entierra su angustia; bajo palmas cariñosas tranquilas horas endulza; mide espacio de promesas, cuenta su gente sanuda, y en Valle, verde y fecundo, encuentra mejor postura.
El volcán, mudo y taimado, muestra las viejas arrugas, y está sobre el horizonte mordiendo su calentura; pero el Valle adormecido, es tan suave en cada curva que la Villa se reclina y allí encuentra lo que busca.
Para jardines de humildad fecunda entrego las semillas a mi alcance.
Para el tiempo que buscas y persigues el mundo de la paz, y sus señales.
INVOCACION EN SOMBRA SOL Estoy aquí, ciudad estremecida. alzada de tu aliento y de tu sangrecontra tu corazón de amargos fuegos y tu nombre cubierto de cadáveres. crezco, desde el lino de la cuna, en vuelos libres y ascuas delirantes. Qué verde paraíso el de tus sueños. Qué áspero sitio el de tus formas reales!
Raíces dolorosas me apresuran, alas de ayer me llaman por el aire, y subo en el asombro de las cosas vestida de impaciencia, por mirarte.
Refugiada en tu mapa de suspiros, con puertos de esperanza y de quién sabe. voy construyendo en un espacio invicto las líneas dulces de tu nueva imagen.
Con tu ciego destino, con tu vértigo, con el trágico nudo de tus hambres; buscando siempre la verdad de siempre, y todo lo que sufre y lo que arde.
Fiel a tu sueño, por tu amor activa, resuelta en el silencio y el lenguaje; con la bandera desgarrada y sola que nadie mira, y que sostiene un ángel.
Lejos de la criatura subyugada, movida por el pulso de la calle, besando huellas, socavando muros y sintiendo tu grito y tus imanes.
Así. vieja ciudad adolescente. amada en cada pecho y tan amanteen este dia de campanas puras recojo tu ceniza y tu vinagre.
Aire tierno la acaricia, barro alzado la dibuja, lirios de aroma la visten, la bañan lirios de lluvia; en campanas obedientes suelta su claro aleluya y un temblor de colibríes la ciñe por la cintura.
Mazorcas de flor de pelo leves harinas maduran y si azúcar tiene el césped crece panal en la fruta.
La mano que enciende el horno también maneja la aguja, y las doncellas le piden azahares a la luna.
El eco de la muerte en mis oídos, itu muerte amiga en todas las edades!
y esta palabra que se pierde en humo; y esta vigilia y los despiertos canes.
RETRATO DE DON PEDRO DE ALVARADO Bajo tus vientos y tu noche antigua, en sales crudas de perenne oleaje; indiferente al dardo de la luna y a la perpetua rosa del instante.
Por la cautiva playa marinera centauro casi, casi profecíasobre una resonante jerarquía alzaba su esperanza aventurera.
Mi rechazo de garfios y cadenas tocando cautelosas iniciales; la gracia de tu luz en mis espejos y en ellos la tristeza de mí carne.
De sangre era la cruz, no de madera; de hierro la palabra y la osadía; y en el color de la mirada fría iba el peligro de su llama entera.
Ya se compra y ya se vende; ya se abren las nuevas rutas; en iniciables jardines flores de España se juntan; se dice que los arcones días de abundancia ocultan, y que en la iglesia no caben agradecidas criaturas.
Encima del clamor y. de la muerte, con el seguro paso del más fuerte, volviendo imponderable su figura.
Tus poetas de antaño, resurrectos. laboriosos en mí, y en mi punzantesy sus borrados rumbos, con jilgueros, y el peso de sus altos estandartes.
El muslo roto le encendió las iras, y entre caballos, flechas y mentiras, se hundió en la almendra. de la tierra pura. Mensajeros, mensajeros. los que fueron por la espumahasta el Rey y Emperador con la repetida súplica! al regresar a la tierra de los fuegos y las junglas habéis de traer, sin falta, la palabra y escritura que cambie tan rica Villa en Ciudad de más fortuna.
Leve sobre tu agobio, y sin embargo casi como una vena de metales; y, más que el huevo o la bellota urgida, rompiéndote la entraña vacilante.
RETRATO DEL NUEVO ATLACATL Al pie de tus laureles definidos, dueña gozosa de los días suaves, y en el yunque de fuerzas juveniles probando los ardores que se baten.
Descendiendo del tiempo y del olvido. mudo señor de espacios enlutadossobre nuevas criaturas y pecados levanta el arco débil del gemido.
Tiene los ojos fríos, congelados; el pecho de recóndito alarido; y casi por azar, semidormido, busca en la sangre días esperados.
Cambiando la torcaz por la serpiente, con huella de esmeraldas en la frente, príncipe siempre, en su miseria larga.
Lejos del Capitán, cojo y triunfante, desentraña su biel perseverante, y vive sin morir su vida amarga. Por qué cantan las campanas con voces de plata pura. Por qué el palomar despliega una blanquísima fuga. Por qué hay salvas en la plaza, se obsequian mil confituras, y las mujeres se han puesto soguillas sobre la blusa?
Si tu abundancia yergue mi alegría tu oscuro afán me arrastra por los ayes.
Si tu clara mañana me da niños, debo vencer dragones en la tarde, Recogida te llevo en el camino y eres conmigo La Ciudad Errante.
Detrás del pensamiento y la sonrisa el que sabe mirar puede encontrarte.
Más que domingo este día será de canto y de música. Día mayor en las fiestas. Día de juegos y justas. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica