202 REPERTORIO AMERICANO alma de un pueblo; pero riesgosa su situación en el campo político. Algunos de sus admiradores decían de él lo que un ex alumno exclamaba de José Vasconcelos: Que lo prefería en su sitial de conductor sereno de juventudes, que no en el terreno apasionado de la politica. Masferrer hacía patria, y patria perdurable, en la tribuna, en la cátedra, en el libro, en el folleto, en el periódico.
Llano y complejo canto del amor ya en el agua lustral que es pozo vivo, o sobre el viento eólico errabundo que al fuego inflama en lenguas colosales purificando lacras de la tierra, la única Madre y entre todas, única, para la Humanidad por su hecatombe.
Bajo el plafón de los supremos astros geometriza el poeta. cálculo pitagorico infinito, las Osas giran y siguen los Dioscuros, Antares, Escorpión, las Pléyades (En el Rep. Amer. Yo que soy un microcosmo humano, confundido en el sencillo mecanismo etéreo. Yo paso, pero en la eternidad de Dios soy inmortal.
Armando OCON MURILLO.
Managua, Nicaragua.
24 de noviembre de 1947.
Historicismo o Metafísica (En el Rep. Amer. III Porque el amor me atormento, te adoro yo. Cuándo te conocí. No sé. Senti, algo en mi corazón, y eso fué. Otras mujeres amé yo. Si. si yo las amé. adónde están. Ellas han muerto. las recuerdo yo. Sí.
Brillan en los bosques solares, altas, radiosas, esplendentes, y lloran sus pesares.
Son mis novias lejanas: son como Annabel Lee del mar en la ribera de turquí; como Ulalume en el lago de Auber tan misterioso, y como Ligeia, bella, imponderable: poenianas, extáticas, profundas; o como la Djenana de Loti allá en el Bósforo; como Mireya de Mistral allá en Provenza, y como la francis jammesca Clarita Ellebeuse, y la dulce Rosario que en el verso rasgó su vida por Polimnia el canto, Mas yo amo el polen vital de lo que existe en la corola que perfuma al viento; en la mujer la forma, la caricia, el sentimiento alado. voz de seda y el arrullo en celo de los pájaros que encienden su plumaje entre los grandes bosques de maraña salvaje y la bestia relincha ahita del vigor de sus entrañas.
Además de todo esto, en mi organismo palpita la Belleza y siento a Dios en mis corpúsculos integrando mi ser, como lo está en la hormiga y en la lumbre del sol del Universo que rota eternamente en lo infinito, como un átomo, como una monada imperceptible.
Porque también me agita en cólera la mísera justicia de los hombres y Temis llora de dolor, mas no vencida, porque a su diestra tiene el rayo de Júpiter y Némesis vengadora hecha de fuego, fulmina. por esto yo amo, y por esto yo canto esta salmodia helénica y sublime que esculpiría Fidias en el mármol, en las columnas jónicas y en el pórtico del Parthenon.
Grande es Homero, Sófocles, Esquilo, y mi gran padre Platón que captó el verbo de Sócrates hasta el momento en que bebió cicuta.
Yo prosigo, yo soy el mismo verbo que en los siglos canta, el ritmo, la armonía, la palabra y el color que centuplica el prisma en la paleta del Renacimiento que fué magia en Leonardo y habló en el Moisés de Buonarrotti y en el lienzo de Rafael de Urbino.
Yo soy el vate, el inconsciente y digo frases que estremecen, hondas como el océano y altas como el cielo, porque siento la lírica pindárica, Tasso en Jerusalem, Camoens en Las Lusiadas, Homero en La Odisea y además La Iliada que estremeció la Itaca; vibro en el Ramayana milenario y en el Bhagavad Gita, cántica de las criaturas; y en la mística de Avila, sus Moradas; en La Ciudad de Dios de aquel que un día apostato contra los maniqueos; en el Paraiso Perdido de Milton y en la Biblia inmortal.
Porque oigo la música divina de las sinfonías de Chopin y en los Nibelungos de Ricardo Wagner.
Es el Arte, clasificado por los hombres. los iconoclastasinsatisfechos de las formas, el Universo, que és el Proteo mágico y abscóndito, el ansia que renueva, y como Atlas lleva en sus hombros el peso de la Tierra sobre el dorso.
Adelante, yo voy solo por el mundo en la cumbre mayor que marca Cronos.
Sólo falta Beatriz, la imponderable, o tú, que eres el Trino, para seguir mi ruta desalado sobre el misterio de los elementos, En el campo de la realidad social y en el terreno mismo de los conocimientos teóricos, dos acciones se destacan: la humana y la técnica. De ellas emergen sendas experiencias. Interrogado Unamuno acerca de la objetividad, respondía: Usted será un objeto. Yo soy un sujeto! Por ello, por nuestra condición de su jetos, el humanismo no puede ni debe ser rechazado en nombre de la llamada seguridad científica. la cual merece considerarse, en el ámbito de una experiencia histórica ya dilatada, como la seguridad de prestarles, a las hipótesis, las categorías que corresponden a los valores universales.
En las esferas de las ciencias sociales contemporáneas, las geniales construcciones de Dilthey y de Weber, dispútanse ahora la supremacía. Este último, en sus densos estudios, con apoyo en procesos de causalidad alcanzó la teoría de los tipos ideales. tesis que el mencionado autor mantiene en un marco de respeto escrupuloso a las sucesiones y coexistencias propias del acontecer humano, con lo que logra conservar cierta afinidad con el criterio de Kant. Pero, Dilthey, ve y va más allá: a él le preocupa, fundamentalmente, el curso creador humano. pretende abarcar ese curso, partiendo de la vida misma. De la vida histórica, desde luego; vida que le presta a la experiencia humana, el grado máximo de certidumbre.
De acuerdo con la tesis de Weber, lo nuevo apenas se determina en el valor que asignamos a las cosas. Un mero cálculo de interés explicaría así los hechos por él analizados en su sociología comprensiva. Como si tuviesen procesos genéticos análogos a los de las cosas naturales, los productos de la personalidad conviértense en simples fenómenos humanos. Dilthey nos eleva, en cambio, a alcanzar no sólo el conocimiento de los nexos efectivos en el Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica