REPERTORIO AMERICANO 153 Una poetisa venezolana en Costa Rica (En el Diario de Costa Rica del 29 de abril de 1947. Estos poemitas de Olga KOCHEN (Señalados en Sol en la Peña. Detente vida!
Queden suspensas las horas y que no haya más rudo que el de mi propio corazón atormentado.
Hágase ya el milagro y quedemos siempre unidas, en una sola sombra, mi soledad y yo.
Déjanos. oh tiempo!
libres ya Ha sido en San José donde personalmente be conocido y tratado amistosamente a una joven y prometedora poetisa de mi Patria. Hace meses que Olga Kochen de Velutini frágil figura femenina, modales reposados, voz pausada, caminar lento pero firme; y sobre todo una gran modestia para hablar acerca de sí misma vive en San José. Al lado de su esposo, un distinguido caballer venezolano, y de sus hijos. Olga tiene en sus hijos un cincuenta por ciento de su poesía la poetisa habita una confortable casa de los bajos del Barrio de Amón. Adelante, a la entrada, unas palmeras indias, empenachadas de verdes como indios guajiros, sombrean esta residencia acogedora y cálida. En las páginas de un diario caraqueño había leído hace meses unos poemas de Olga de Velutini. Pero ha sido ahora, durante esta breve permanencia mía en San José, cuando he conocido mejor y con más reposo los poemas de Olga. Su poesía es mística. Ella busca y siente la presencia de Dios en las cosas cotidianas y en la marcha maravillosa de la Naturaleza. Su poesía es sencilla; puede leerla hasta un niño porque no existen en sus versos complicaciones ni erotismos, sobre todo esto último, a que son tan sumisas la mayoría de las mujeres que escriben poesía. La Ibarbourou, Alfonsina y otras grandes mujeres poetas de América han hecho un camino; mejor, han ideado moldes por donde se encauzan los sentimientos y expresiones poéticas de la mayoría de nuestras poetisas latinoamericanas. Pero Olga Velutini dice su poesía sin afanes de altura, sin sensualismo; la dice llanamente, sencilla como una hoja y fácil, como mirar un crepúsculo.
Uno de sus más acabados poemas (sin nombre, porque ella sólo los distingue por núme1o) el numerado 2, es de una belleza que realmente deleita. La poetisa busca a Dios, al Ser Supremo porque lo ha sentido total y espléndido en el vuelo majestuoso del gavilán o en el regreso de la brisa que mece los tallos. Pero Dios es grande e impalpable, y ella sólo siente su plenitud en esas cosas misteriosas y poéticas de la Creación Divina. La poetisa venezolana diceme que su primer libro lo publicará en Costa Rica, país en donde según sus propias palabras, ha encontrado para disolvernos por siempre en la nada sublime del espacio. Hoy estás esparcido por todo Olga Kochen en un derroche de luz. Estás en cada fruto del duraznero, en cada vellón de nube.
Te vas en el vuelo majestuoso del gavilán y regresas en la brisa que mece los tallos. una vida apacible, sencilla y acogedora y en donde la Naturaleza nos invade y nos borra gratamente con sus verdes maravillosos el pesado afán de las grandes ciudades. Su libro tiene por título Sol en la peña, y yo me complazco en saludar en Costa Rica a esta poetisa de nuestra Venezuela tradicionalmente poética, que ha venido a poner muy alto el nombre cultural de nuestra Patria en las tierras maravillosas de esta nación hermana de la nuestra, con su poesía tan hermosa como sencilla, que nos hace evocar la de Tagore y Juan Ramón Jiménez.
Aquiles CERTAD. San José, Costa Rica, abril de 1947. Eres verdor en las hojas del maizal y reflejo de sol en las del platanero.
Eres luz en el agua sombra en los caminos.
Yo corro por ellos para alcanzarte, pero te haces impalpable.
Tienes fiesta de color en la vida y no dejas que mi vida te posea.
Estás tan multiplicado que, de verte en todas partes me enloqueces y te pierdo.
un giro nacido en Castilla no tiene más ra se tira de la cuerda para todos, o para ninzón que prevalecer que un giro nacido en guno. Quiso olvidar don Miguel, en este pasaCundinamarca, o en Corrientes, o en Chi je tan citado por críticos y bibliógrafos, que huahua.
Guadalajara se escribe con jota en el original Las referencias a México son notables. Di y que, por lo tanto, escribirlo con equis ya no ce que aunque apenas habrá mexicano que no sería celo indigenista, sino falta de ortogralleve sangre indígena en sus venas, la tradición fía.
de cultura es española, ya que a nadie se le También nos encontramos en este ensayo ocurre allí dar de comer al sol. quién sabe. con una preciosa cita de don Justo Siera. ExA lo mejor sí. Más adelante cae en la puerili presa que don Justo es orgullo de México; dad de la ortografía, pues no pudo concebit lo llama benemérito y afirma que la obra que escribamos México con equis para pro México: su evolución social (1901. es prenunciarlo con jota. Si han de escribir Mé ciosísima.
xico porque en la lengua de donde esta voz El resto de la obra es abundante en refeprocede sonaba como la ch francesa, escriban rencias americanas. Despotricando contra los Gadalaxara, con equis, por la misma razón. señoritos ignorantes, los niños góticos, los ricachones empedernidos, la poesía desquiciada y abracadabrante (Julio Herrera. el cientifismo, que admite desde el culto a la locomotora hasta la astronomía. la prensa amarillista (toros, lotería y crimen, gran lectura para millones y millones de españoles. despotricando contra esto y aquello, don Miguel de Unamuno dejó en estos escritos buena parte de su labor social, con los ojos puestos en América, pero sin olvidar a España, Eres átomo Si eres tierra y eres cielo, Yo lo soy también, pero no puedo abrazarte. Dónde hallar tu plenitud?
Si eres tierra y eres cielo. cómo abarcar cielo y tierra. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica