REPERTORIO AMERICANO 157 CENTENARIO DE JAIME BALMES 1810 1848 (En el Rep. Amer. BAXENCH Jaime Balmes APUNTES HISTORICOS Hace 38 años se celebraba una fiesta centenaria en honor de Jaime Balmes; conmemorábase entonces su nacimiento; hoy todo el mundo se afana en la celebración de un nuevo centenario para honrar a nuestro historiografiado: el de su muerte. Apenas vivió 38 años.
Balmes fué, a la vez que gran filósofo, apologista político y sociólogo, como también un gran santo terciario franciscano.
Jaime Balmes nació en la ciudad de Vich, el día 28 de agosto del año 1810. De padres humildes pero de acrisolada piedad, supieron inculcar con amor todas sus virtudes en su corazón desde su más tierna infancia. La situación económica de aquella humilde familia agravose con la pronta muerte del padre, pero el carácter firme y trabajador de la madre de nuestro filósofo permitió que Jaime pudiese terminar sus estudios en el Seminario de Vich, pues fué para ella la honra y gozo mayores el que su hijo es consagrase enteramente al servicio del Señor.
La historia nos recuerda algo grande de esta piadosa mujer. Siempre trató a su hijo Jaime con cierta dureza y austeridad y no permitió que su carácter fuese nada muelle, regateándole muchas veces hasta las caricias y los besos y acostumbrándolo en todo tiempo a madrugar, sacrificio del que jamás le dispensó para que todos los días la acompañase a la Santa Misa. Cuando muchas veces llegó el muchacho radiante por los triunfos escolares y cuando más ansioso aguardaba las alabanzas de su madre, ésta, que había sabido hurtarse aun a sus delicadezas de madre, limitábase a responderle. Cómo puedo felicitarte si sólo has cumplido con tu deber? De este modo, más duro para la misma madre que para el hijo, la buena mujer iba formando un carácter.
Tan sólo momentos antes de morir pronunció unas palabras de alabanza para su hijo Jaime en las que reconoció todo lo que va lía y recomendándolo a los demás hermanos, profetizó a éstos que el mundo hablaría de él.
Por otra parte, cuando Jaime gozo del aplauso y los honores del mundo, reconoció humilde y agradecido, como otro San Agustín, que todo lo debía a la gracia de Dios y a su buena madre.
Terminados sus estudios filosóficos en Vich fuese a completarlos en la Universidad de Cervera, después le haber conseguido para ello una beca. Cervera era la única Universidad catalana a la sazón pues el rey de España Felipe V, un siglo antes, había suprimido las demás ocho existentes. Cervera era simplemente un pueblo rural, pero a pesar de hallarse esta Universidad en un lugar poco asequible, siendo además su creación puramente artificial, su actividad intelectual no fué tan lánguida como podría presumirse, aun en aquellos tiempos tan calamitosos. Balmes estudió en aquella Universidad durante nueve años.
Fué ordenado sacerdote en Vich y poco después, menospreciando todos los honores, ocupó una oscura cátedra en el seminario de su ciudad natal. Esto nos explica aquel orden casi matemático que siguió después en su filosofía, como asimismo que creyese en la ayuda de las matemáticas para la formación de un verdadero filósofo.
Sin duda hubiera seguido gustoso su vida silenciosa y retirada y al mismo tiempo aplicada al estudio si un suceso inesperado no lo hubiese echado de repente al oleaje de otra vida más activa: en el año de 1838 ganó con aplauso y admiración general un concurso gracias a un trabajo intitulado El celibato en el Clero en el que como dice Klimke, púsose de relieve a sí mismo.
Más tarde ganó otro concurso con el trabajo que llevaba por título Las observaciones sociales, políticas y económicas sobre los bienes del Clero con el que puso de relieve sus grandes dotes ante el mundo intelectual de España. partir de este triunfo (año 1840) la vida de Balmes no tuvo un momento de sosiego. Fundó tres revistas: La Civilización, La Sociedad y El Pensamiento de la Nación. Escribió un sin fin de obras filosóficas, apologéticas, sociales y políticas. Influyó poderosamente en la política española y fue nombrado miembro de la Real Academia Española y de la Academia de Buenas Letras de Barcelona.
Esta actividad intensísima que apenas le permitía un necesario descanso, y la enconada lucha con toda clase de adversarios, llevaron al sepulcro, o mejor dicho, al cielo, aquella vida que tan sólo había empezado.
El día de julio del año de 1848, plácidamente, entregaba su alma a Dios Jaime Balmes, descansando en la paz eterna, poco antes de cumplir los 38 años de su edad en la vida.
mo al filósofo Balmes, o mejor aún, al Filósofo Vicense y nos gozamos ya con la esperanza de que dentro de poco podremos honrarlo como al Santo Filósofo Vicense, pues hase ya introducido su causa de beatificación.
Sus publicaciones filosóficas fueron escritas durante el corto período de tres años, si bien éstos fueron los más duros de su vida.
Estas obras son: El Criterio, Filosofía Fundamental y la Filosofía Elemental. Sería imposible describir en pocas líneas la obra tan completa de nuestro filósofo.
El amor a la verdad que por aquel entonces hallábase escondida debido a las revoluciones y otros males, fué lo que impulsó a Balmes a dedicarse al estudio y publicación de sus obras científico religiosas.
La gloria de Balmes, lo que caracteriza su gran personalidad es, según palabras del filósofo alemán Klimke, confirmada por otros filósofos e historiadores, el haberse conquistado el título de restaurador de la filosofía cristiana en España y aun más allá de sus fronteras, especialmente en Alemania, en donde rápidamente fueron traducidas y divulgadas todas sus obras.
No es difícil comprender cuanto decimos puesto que no podemos olvidarnos de la decadencia de la filosofía cristiana en los principios de esta edad moderna. La filosofía cristiana, particularmente la escolástica, durante la edad media, su época de oro, parecía firme para resistir toda doctrina contraria, sin embargo la escasez de hombres que pudiesen proseguir con redoblado entusiasmo la titánica lucha contra la múltiple y vigorosa aparición de las falsas doctrinas que invadían el mundo intelectual, como asimismo la excesiva sutileza de las interminables discusiones entre los mismos escolásticos, motivaron que su filosofía estuviese ya en franca decadencia a fines de la edad media.
La Filosofía de la edad moderna se caracteriza por la lucha del pensamiento moderno ante la Filosofía cristiana, lucha en la que los mismos católicos se esforzaron no sólo paconservar la antigua filosofía escolástica, sino en hallar un nuevo camino en ella misma y además reformar la filosofía cimentada en los nuevos avances científicos. También el protestantismo obligó a nuestros sabios a prepararse preferentemente a la defensa de la verdad en el campo teológico.
Esta grave situación se agudizo aun más a fines del siglo XVIII, debido a la Revolución francesa y a la extinción de la Compañía de Jesús; además todos los intentos de reconciliación hechos por los mismos cristianos fundamentados ya en el tradicionalismo o en el ontologismo, fracasaron.
Palpábanse las funestas consecuencias de la falta de hombres geniales ante el empuje constante de la filosofía pagana. En este momento crucial de la Filosofía, aparece Balmes, el paladín de la filosofia cristiana, el que con valentía tremola la antorcha luminosa de la verdad, restaura la filosofia cristiana y es el precursor de la neoescolástica.
Lo más relevante de toda su obra fué, pues, haberse atrevido a ponerse frente a un enemigo más fuerte que él, envuelto en un ra BALMES FILOSOFO despecho de vivir tan pocos años, las obras que nos lego tienen un valor inmenso.
En todas ellas sobresale el filósofo y aun cuando escribe política o apologética siempre hace filosofía, por eso la historia nos lo recuerda no como el político o apologeta, sino co Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica