REPERTORIO AMERICANO SELECTA como SOCH COOREMA La Cerveza del Hogar SELECT EXQUISITA SUPERIOR y tal sentido sólo es capaz de proporcionarlo la trascendencia espiritual. La historia de la cultura muestra las tres grandes formas posibles de trascendencia espiritual. Estas formas ban encarnado en la Cultura India, la Cultura China y la Cultura Occidental.
En la Cultura India la experiencia capital es la de la totalidad metafísica o cósmica. es en esta realidad que se cifra toda existencia y todo valor. Frente a la misma el individuo ente particular y transitorio se juzga desvalorizado y casi inexistente. Considerando su existencia, como la de todo lo temporal, como mera apariencia. La exigencia espiritual, la aspiración al ser y al valer se manifiestan en él como autonegación, como anhelo de reintegrarse al ser cabal y único que encarna la existencia verdadera, la real validez.
En cuanto a la Cultura China, el fundamento último es doble; por un lado el Taoísmo con su anhelo de compenetración con el sentido cósmico y su obediencia ciega a él, que si no llega a ser como en la India sí le sigue los pasos. Por el otro lado la familia se erige en una estructura suprema y ejemplar, que se amplía espacialmente en el Estado y la sociedad entera, constituídos sobre su modelo y temporalmente por el culto de los antepasados, con todas sus consecuencias religiosas y mágicas y sus vinculaciones con los poderes sobrenaturales. Aquí el individuo vive la expeliencia de la totalidad comunal sintiéndose un miembro inseparable de la realidad social. Se liga, así, a Tao o se sume en la totalidad social, o bien combinando ambas actitudes, que son indudablemente maneras de la trascendencia.
Por lo que se refiere a la Cultura Occidental la trascendencia se ofrece en una forma opuestamente distinta. Contra la actitud unificante y reintegradora del asiático, proclama su propio ser individual frente a cuanto no sea él. Para el oriental el conocimiento no es sino una vía para sumirse en el objeto; mientras que para el occidental el conocimiento es un traer el objeto a su mente en imágenes y conceptos adecuados. El primero se enajena, renuncia y aniquila; el segundo se robustece enriqueciendo su interioridad dentro de la cual alberga todo lo conocido. El oriental ve la perfección en el no obrar, el occidental en la acción.
El occidental trasciende así de otra manera. Descubre en sí el foco espiritual, y le otorga dignidad soberana; se siente, en cuanto persona, un infinito. Pero al mismo tiempo que descubre dentro de si este principio espiritual se da cuenta de su propia debilidad como ente espiritual, lo cual le conduce al firme propósito de realizar este espíritu partiendo de la convicción de que éste es la más alta forma de realidad. El espíritu en el hombre es para algo irrenunciable, y asume la doble forma de una realidad y de una obligación, de una presencia y de una meta. El destino del occidental es afirmar el espíritu en su forma individual, esto es, la persona.
El trascender del hombre occidental no se cumple así en un acto de resignación, como en el oriental, sino en diversos actos de tensión. Afirma el foco espiritual que hay en él en los diversos actos parciales de la actividad cognoscitiva, ética, estética, religiosa, etc. Pero además lo que en él hay de espíritu, la realidad espiritual incompleta y a menudo claudicante que se da en él, tiende toda ella hacia la plenitud espiritual, hacia la instauración y triunfo total del espíritu. De aquí que cada función espiritual no quede nunca satisfecha a las de Occidente, allí no habría historia versino que siempre se esté proyectando indefini dadera, y en el Occidente sí la hay, porque allí, damente hacia un más allá, concebido como en Asia, los actos de dar sentido a la existenla perfección ideal de la correspondiente acti cia humana son extrahistóricos, mientras que el tud. El conocimiento, por ejemplo, aspira a Occidental sólo da sentido a su vida históricacaptar objetos parciales; pero también aspira mente y aun llega a concebir esencialmente a a un saber absoluto y perfecto; y lo mismo su la historia como la faena de dar sentido a la cede en el campo de la ética cuando se aspira vida, como la realización temporal del espíen cada acción ética particular al logro pleno ritu en cuanto persona y en cuanto convivendel valor ético. En resumen: el espíritu indi cia de personas.
vidual se realiza trascendiendo en cada uno de Lo histórico, que la filosofía contemposus actos parciales hacia el objeto o fin respec ránea considera como lo esencial al hombre tivo, y además trascendiendo desde su realidad queda así negado por la tesis de Romero a actual, imperfecta e insegura, hacia el espíritu los orientales. Resultando así que, o los orienconcebido como realidad plena y triunfante. tales no son hombres, o la historicidad no es De esta actitud del occidental saca Romero sino el modo de ser de un determinado homconsecuencias importantes para la Metafísica de bre, el occidental. La esencia del hombre en nuestros días que tiene como punto de parti general tendrá entonces que ser encontrada atenda al hombre. La antropología existencial pue diendo a estas posibles diferencias. El activisde resultar ser una antropología regional, refe mo, el temporalismo, el historicismo dijo rente tan sólo al hombre de Occidente. La fe Romero son, por lo tanto, notas capitales nomenología que sobre la existencia humana del occidente y se refieren a su manera espeha realizado Heidegger puede referirse tan sólo cial de dar sentido a la vida. Frente a la a la experiencia que le fué más cercana, la oc Lutoinmolación del oriental, el occidental es cidental. Evidentemente se trata aquí dijo cl constructor de sí mismo y de un orden que Romero refiriéndose al hombre occidental imperiosamente se le manifiesta como debido, de una concepción de la postura espiritual co como obligatorio. En oposición al Oriente, mo faena, como trabajo. De aquí el activismo que realiza una metafísica cósmico metafísica, del hombre de Occidente, su valoración del el Occidente realiza la lógica y la ética pura, tiempo como el campo necesario para la actua porque ambas son esenciales a la doctrina del lización espiritual; de aquí que conciba la vida espíritu individual. Por otro lado, grandes y como historia, como proceso acumulativo, co altas filosofías del Occidente se han limitado mo sucesión de superaciones e integraciones. a ser filosofías de la persona o del espíritu inLa afirmación de que sólo el Occidente tiene dividual, como la de Kant y otras muchas. El verdadera historia me parece inconmovible Occidente ha podido renunciar algunas veces aunque el estancamiento o la lentitud de los a la metafísica cósmica, nunca a la metafísica procesos colectivos en Asia fuera una equivoca de la persona. Mientras el oriental para lida apreciación nuestra, fruto de nuestra escasa garse al infinito empieza negándose a sí misdocumentación. Mi tesis es que aunque hubie ino, el hombre de Occidente concilia la afirma.
Ta en las dos grandes culturas asiáticas una agi ción de su individualidad con la de lo absotación y una serie de mutaciones equivalentes luto.
ANTONIO URBANO EL GREMIO TELEFONO 2157 APARTADO 480 ALMACEN DE ABARROTES AL POR MAYOR San José, Costa Rica Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica