Socialism

REPERTORIO AMERICANO 123 North Cohocton, New York Con esta acreditada Agencia obtiene Ud. la suscrición al Repertorio Americano: The Moore Cottrell Susbcription Agencies Incorporated En el Perú, consigue la suscrición al Repertorio con la AGENCIA MODERNA En Arequipa. Casilla Correos Nº 102 0En Chile, la consigue con GEORGE NASCIMENTO y Cía.
Santiago, Casilla NO 2298. 0En Guatemala, con Doña MARTA DE TORRES En la ciudad de Guatemala. Callejón Escuintlilla, 0En El Salvador, con el Prof. ML. VICENTE GAVIDIA En Santa Ana (Liceo Alberto Masferrer. cosas glesa durante el curso de la última guerra, es intereses y posesiones materiales, sólo atinadecir, de la actual. al decir sociedad no mos en esos dramáticos instantes a no separarempleamos la palabra en el sentido de alta nos de nuestro mundo. de lo que conocesociedad o sociedad distinguida. socie mos y amamos, de lo que ambicionamos y ty. sino simplemente en su verdadera acep poseemos. Las numerosas páginas que Aldous ción de conglomerado social de la nación. Por Huxley consagra a describir la lucha de Eussus páginas desfilan gentes de diversas capas tace Barnack. después de muerto por rey sectores de la vida inglesa, aunque dominan sistir a su desintegración, por no separarse del las gentes de la high class. tradicionalistas ambiente en que vivió y murió, son lo mejor unos, en abierta rebelión otros, déclassés. del libro, lo más dramático y apasionante.
todavía algunos más. Pero, evitando disper Están escritas un poco a la manera del mosarnos en un enfoque demasiado amplio del nólogo interior de los surrealistas, como Joytentador asunto, preferimos limitar nuestro co ce, Desnos y el Luis Aragón de antiguos tiemmentario al hallazgo de las religiones orienta pos. Son cuadros y visiones que desfilan, se les como acento dominante de la ética del li superponen y se imbrican unas en otras. No bro. Huxley, en diálogos y acciones múlti podría, en verdad, emplearse otro estilo que ples, nos ofrece primero un contraste entre la el que el ágil autor de Yellow Crome ha usavida materialista y sensual de Eustace Barnack do en esas páginas. La conciencia del muerto, y el misticismo apasionante y evangélico del tan pronto se acerca a las cosas del mundo anti fascista Bruno Rontini. Luego, otro con material, sus muebles, las gente que hablan trate queda planteado entre el fervor socialis en torno a su cadáver, sucesos lejanos de inta y austero, heroico casi, de John Barnack fancia que aparecen inesperadamente, etc. coy el esteticismo un poco decadente y dan mo se aleja de ellas y planea en un mundo dysta de su hijo Sebastián, etc. etc. Pero, misterioso y desconocido en que sólo una enseguida, haciendo gala de un coraje y de luz. grata e imperativa al mismo tiempo, una seguridad en sí mismo, que hasta ahora se ofrece a su visión. De esa luz vamos a ningún novelista había mostrado, el autor se hablar más adelante. En esos momentos sin lanza en la descripción de estados que ningu dimensión de tiempo ni espacio, la conciencia na pluma había ensayado. Nos referimos a los de Eustace Barnack ve o conoce estados que suceden inmediatamente a la muer que no han sucedido todavía, como la muerte del individuo, a su muerte física y que te de su sobrino Poulshot en un lejano campreceden al desprendimiento de su alma. po de batalla de Burma, a manos de los jaconciencia. en los momentos o siglos poneses; entra en contacto con la conciencia. en que entra a fundirse con lo eterno. Hay de Bruno Rontini, el místico, quien durmiendos de estos temas tratados por el autor de do en una oscura pieza de hotel de otra ciuTime Must Have Stop, sobre los cuales qui dad, sabe esa noche que Fastace ha muerto.
siéramos detener la atención nuestra y la de Es verdad, Bruno veía la muerte pintada en nuestros lectores; a saber: la del llamado por el rostro de Eustace desde hacía meses, y se eslos tibetanos bardo dohl o espacio inter forzaba por convertirlo, no a una fe determimedio y la visión mística de lo Absolu nada, sino simplemente por encaminarlo a to, la comunión con Dios, la fusión en el una vida espiritual, libre de la corrupción senseno de Brabma.
sual en que Eustace vivía.
Al describir con lujo de detalles la muerte Al hojear las páginas del libro, enconde Eustace Barnack, relatando con minucia tramos decenas de fragmentos que quisiéramos todo lo que pasaba por la conciencia del per citar, pero preferimos resistir a la tentación sonaje antes de que la angina pectoris le en aras de la brevedad y amenidad de nuestro paralizara el corazón, luego todo lo que sin artículo.
tió o pensó en los momentos mismos de mo llegamos, con esto al otro tema, el de rir, y enseguida, todo lo que ese núcleo la visión mística de lo Absoluto, con lo de conciencia sentía o pensaba depués de muercual toda conciencia tiene que enfrentarse, anto, mientras luchaba todavía afanosamente tes de su absorción o fusión en el seno de por aferrarse a la vida y a las cosas materia Dios o en el seno de Brahma. Huxley les que lo rodeaban, Huxley ha entrado de describe esta visión como la de una luz. lleno aunque sin decirlo en uno de los un gran centro lumíneo que invita hacia él, capítulos más secretos y oscuros de las reli pero al cual el alma de Eustace no desea giones de Oriente. En nuestro libro El Tibet acercarse porque presiente que ese es su fin, Misterioso y sus Lamas, hemos tratado, aun que allí va a desaparecer. En nuestro libro que superficialmente, este apasionante y turChina, hemos descrito el éxtasis místico bador asunto del espacio intermedio. Creen de los grandes iluminados Taoistas, que cullos bompos y místicos tibetanos, que a mina también en una visión lumínea. Este fuerza de entrenamiento y concentración men trance místico que los grandes iniciados obtietal, se puede llegar a influenciar los designios nen en vida, como un anticipo de la sabiduría del propio Karma durante ese estado in eterna, es descrito casi con idénticas palabras por termedio que sucede a la muerte física. los Taoistas como por los sants Cristianos. El De allí, la ciencia de bien morir. es decir, lenguaje usado por Lao Tszé, Chuang Tszé, sin perder la conciencia (aunque la expreHuai Nan Tszú, etc. en sus descripciones de sión correcta no sería propiamente esta) pa la visión última. no sólo es extraordinariara guiar uno mismo su alma hacia una mejor mente semejante al empleado por San Juan re encarnación. Se supone que, en esto, uno de la Cruz, Sor Juana Inés, etc. sino que puede también ser ayudado por un buen maescoincide con ciertas estados descritos por autotro, mago o sacerdote y de allí que siempre de res modernos como William James, Thouba haber un Lama a la cabecera del paciente less y H. Rivers, en sus exploraciones de cuando se acerca la hora de partir. Natural los estados religiosos y del inconsciente psimente, la acción del oficiante es bien precaria coanalítico. Tampoco vamos a citar aquí trosi se la compara con la que uno mismo po zos que calzarían admirablemente, en coincidría desarrollar, si estuviera preparado para dencia casi fiel, con los trozos del libro de hacerlo. Pero, la mayoría de los mortales, pre Huxley. Ellos se encuentran en el capítulo sos como estamos en la red de los apetitos, Extasis Místico Taoista de nuestra obra ya citada.
Los místicos Budistas describen la misma luz o samadhi como el momento de la unión del Yo con Brahma. En nuestro libro China, hemos citado extensamente, como ejemplo típico de éxtasis búdico, el que nos ha sido trasmitido por el monje HiuanHsang, llamado Maestro de la Ley. en sus Memorias de un viaje a la India. La luz de que hablan Novalis y el tibetano Milarespa, Swendemborg y Ramakrishna, constituye el centro sensible de esa comunión del hombre con el Infinito que Huxley nos describe tan admirablemente en el proceso post mortem de Eustace Barnack.
Hemos leído en diarios y revistas norteamericanas y aun en revistas recién llegadas de Londres, críticas un tanto acerbas al libro comentado. Se reprocha a Huxley ese misticismo en que parece ir entrando y que, al decir del crítico de Punch (Londres, abril de 1945. no convence porque carece de sinceridad. Se critica al autor de Antic Hay, el trasladar a su libro último, los conflictos enque él quisiera creer y lo que realmente siente. Pero. no constituye, acaso, esto justamente, la mayor honradez de un escritor. No es el deber de todos cuantos escribimos, el de plantearnos en público. en pleno tablado de la plaza ciudadana, nuestras dudas y conflictos de ideas, sentimientos y creencias? Tal crítica se transforma, a nuestro juicio, en un elogio de la obra: Huxley que ha explorado, en sus libros anteriores, todas las direcciones y dimensiones de la sociología y de la ciencia occidental, antigua y moderna, vuelve ahora sus ojos hacia las milenarias religiones de Oriente, tratando de encontrar en ellas fórmulas éticas para la vida terrena y certidumbres imposibles para después de la muerte.
Stiembre de 1945.
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