Sandino

REPERTORIO AMERICANO 189 Osadía En Sandino pienso. En el Rep. Amer. Viene de la pág. 184)
Amo devotamente los ásperos peñascos donde saltando abismos y gigantescas rocas los potros, bajo el ritmo sonoro de los cascos expelen fuego y rabia por las sangrantes bocas.
Manuel Ugarte decía en la tribuna de América: Estamos con Sandino, que defender la libertad de su pueblo, presagia la redención continental.
Los poetas cantaban al héroe y a su epopeya: La tempestad mis ansias de lucha agiganta.
Yo soy ante las olas furiosas el marino que entre el fragor del trueno cantando se levanta y en el zigzag del rayo descubre su camino. vieron las Naciones, en cuenta de Nicaragua, el precio de su venta saldado con su sangre y con su gloria. otro: No temo los zarpazos del odio; estoy blindado como el felino astuto, de impávida osadía.
Mi espada es invencible y yo el mejor soldado que en los combates sabe luchar con valentía. Para llevar al héroe, en la campaña se transformó en litera la montaña y al bosque mismo le nacieron brazos.
Sonrío si estoy al borde de algún profundo abismo porque es así más fácil medir cualquier llanura, y es así más fácil también desde mí mismo ganar de un solo salto cualquier enorme altura.
Me gusta por las noches, trepado en las montañas buscar entre las cuevas morbosas emociones, y como no me asustan fantasmas ni alimañas sostengo rudas luchas con tigres y leones.
Frecuento los picachos más altos donde anida el águila, y si el águila me ataca a picotazos antes de que su pico me cause alguna herida, colgando de las alas la mato a puñetazos.
Desciendo a lo más hondo del mar si está furioso llevando como lámpara la luz de una virtud, y al detenerme encima del fondo luminoso el mar soy yo, y la lámpara: mi eterna juventud.
Al recorrer intrépido los intrincados montes, los llanos, los barrancos con furias de huracán dejo sin contemplarlos atrás los horizontes porque en el vuelo llevo las alas de Satán.
Soy tigre y de un zarpazo destrozo las entrañas del cazador más listo. Soy lobo y soy pante ra; soy lince y por las noches visito las cabañas donde para mi cena la carne humana espera.
Yo sé que a cada instante me acecha la traición y que el peligro aumenta con los que deferentes arrancan de mi pecho con saña el corazón y en la oquedad colocan un nido de serpientes.
Cuando se le propone que reconozca al Gobierno de Moncada, ofreciéndosele a cambio la desocupación inmediata de la piratería yanque, declara: Nunca reconoceré un Gobierno impuesto a mi Patria por una nación extranjera. la actitud valiente y decidida de San.
dino, el imperialismo contestó enviando a Nicaragua más tropas, cañones, ametralladoras y aviones. Recrudeció los feroces bombardeos aéreos y las criminales concentraciones, en las que murió gente indefensa, mujeres, ancianos y niños.
En esos días, febrero de 1928, el arzobispo de la ciudad de Granada, Canuto Reyes y Valladares, bendecía las armas de los invasores que iban a combatir sangrientamente al defensor de la dignidad indoamericana.
En 1929 Sandino viene a México, cruzando los territorios de Honduras, El Salvador y Guatemala. Viaja de incógnito; la persecución directa e indirecta del imperialismo lo requiere así.
En México se entrevista con los simpatizadores y amigos de la causa redentora. El presidente Portes Gil lo recibe con admiración y cariño, lo rodea de toda clase de atencio.
nes y seguridades, como si se tratara de un huésped oficial de la tierra de Juárez.
El relielde ha dejado a sus hombres luchando en las Segovias. Viene a México en busca de elementos para continuar la campaña: rifles, cartuchos y medicinas. Las tierras de Anáhuac, convertidas entonces en estandarte de Indoamérica, acogieron al héreo que venía como águila triunfal a sumar fuerzas para continuar la pelea. La revolución mexicana con sus magníficos capítulos en donde inspirarse, y muchos de sus grandes realizadores vivos todavía física y moralmente robustecieron la fé del paladin de la libertad y le fortalecieron para seguir en la lucha a pesar de las adversidades.
ΕΙ gran patriota sintió que México entero se adueñaba una vez más de su corazón.
La misma emoción que sienten todos los centroamericanos cuando la Patria de Morelospor la comunidad histórica ha respaldado el derecho de los pueblos morazánicos.
Sandino sabe que existen agrupaciones universales de hombres que, apartándose del mundo profano, se reunen fraternalmente bajo determinado simbolismo, a trabajar silenciosamente por el mejoramiento del ser humano; por la libertad, por la igualdad, por la fraternidad. Sabe que esos hombres, que cuentan en la historia del mundo con jornaPor eso nunca duermo. Yo siempre estoy despierto.
Al dar el paso escucho con el fusil cargado; nunca me entrego a nadie y aunque me crean ya muerto mi rifle espera alerta con el gatillo alzado.
No creo en la tristeza ni siento compasión de los que sufren hambre, de los que son mendigos: esos seres esconden con maña el corazón y para sorprenderme se fingen mis amigos.
Por eso los que abusan porque se creen más sabios, al darse por vencidos con sólo oir mi voz me enseñan su iracundia mordiéndose los labios y dicen con sarcasmo que soy un semidios. Francisco VILLALOBOS ROJAS.
San José, Costa Rica, agosto de 1948. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica