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REPERTORIO AMERICANO 165 la Facultad de Derecho, Ministro varias veces.
ejercen las artes y oficios, y las artes no prosperan cuando están envilecidas las manos que las manejan.
Murió en Guatemala en 1814, a los 79 años de edad.
AHORRAR es condición sine qua non de una vida disciplinada DISCIPLINA es la más firme base del buen éxito LA SECCION DE AHORROS del BANCO ANGLO COSTARRICENSE (el más antiguo del país)
está a la orden para que usted realice este sano propósito Presbítero don Florencio Nació en Ujarrás, del Castillo pequeña villa de la actual Provincia de Cartago, no se sabe a ciencia cierta si en 1872 o en 1873. Así como algunos de sus compañeros, hizo sus estudios en la Universidad de León, Nicaragua. Gran orador, estudiante acucioso, latinista, Regresó a Costa Rica en 1806, nombrándosele cura de Alajuela. Enviado a España como representante en las Cortes de Cádiz, sobresalió de tal manera en la tribuna parlamentaria, que fué electo Presidente de dichas Cortes en 1813. Se le llamaba el Mirabeau centroamericano. En la propia Península abogó sin desmayo por la causa de América, por los indios, los negros y los mestizos, proclamando la igualdad humana.
Establecido en México durante el régimen de Iturbide, fué llamado a formar parte del Consejo del Imperio; pero por sus ideas revolucionarias en sentido democrático, decepcionado al ver cómo se iniciaba ya en nuestra América la etapa del caos y de la incomprensión, la falta de cristianismo entre los propios cristianos, resolvió seguir ejerciendo su sacerdocio en Oaxaca, primero como canónigo y después al frente del Obispado. Allí lo sorprendió la muerte en 1834.
Juárez discípulo suyo tenía entonces 28 años de edad. Así pudo un costarricense, hace más de cien años, ejercer alguna influencia en quien habría de ser el Benemérito de las Américas!
AHORRAR Como Secretario de Educación Pública reorganizó, de 1885 a 1889, la enseñanza primaria y secundaria. Suprimió la Universidad de Santo Tomás que, con un centenar de alumnos, consumía la mitad del presupuesto dedicado la instrucción pública. Explicó don Mauro que para una minoría de jóvenes acomodados, quienes generalmente sólo buscaban una enseñanza clásica, era preferible cualquier centro educativo extranjero, del que regresarían con ideas nuevas en beneficio del país.
El propio don Mauro, a fuerza de grandes sacraficios, había pasado un año en Londres: y fué en el exterior donde pudo darse cuenta de la necesidad de alfabetizar a su pequeña patria, como base de civilización y de progreso. No puede haber democracia decía sin ciudadanos bien preparados; y al ciudadano no se le prepara bien sino en las escuelas.
En su concepto había que educar al pueblo, a todo el pueblo. Formó maestros; abrió escuelas primarias; estableció nuevos sistemas pedagógicos, logrando que el Presidente don Bernardo Soto quintuplicara las erogaciones fiscales correspondientes. desde aquella fecha imás de 60 años. tenemos en Costa Rica lo que hace un año recomendó la UNESCO, en esta capital mexicana y en esta superculta era de la bomba atómica: la educación primaria gratuita obligatoria.
Cuando don Mauro era un muchacho, a mitad del siglo XIX, sólo el 10 de los ha.
bitantes sabía leer y escribir. Cuando murió, en 1905, esa cofra era del 60 y del 85 en la actualidad. Vale decir, que en una centuria el 90 no es de analfabetos sino de alfabetos.
Hay ahora en Costa Rica cerca de mil escuelas primarias, con casi 000 maestros; doce institutos de segunda enseñanza; y ahora sí, porque ya la educación superior cuenta con la ancha base, con la materia prima indispensable de la enseñanza elemental, secundaria y preparatoria, otra vez la Universidad. Para darse cuenta de lo que esto significa, basta recordar que Costa Rica es una pequeña república, cuya población total apenas pasa de 700. 000 habitantes, distribuídos en 50. 000 kilómetros cuadrados.
La obra de don Mauro Fernández es la de uno de los más insignes varones de nuestra América, realizada sin violencia, sin jacobinismos, pero con firmeza y decisión inquebrantables.
lo que a mi me sucedió: qu en la Junta de Notables me robaron el reló (1)
En Concherías se recogen sus Romances y sus Misceláneas. lo que nos queda de su obra poética, de la cual. personificada en el aeda dijo Rubén Darío: Costa Rica tiene un poeta. Tiene, en verdad, otros poetas; pero su poeta, el poeta nacional, el poeta regional, el poeta familiar, se llama Aquileo Echeverría. su vez el ilustre tribuno y maestro cubano, doctor don Antonio Zambrana, escribió lo siguiente sobre nuestro Aquileo: Su musa es una muchacha alegre, fresca y coloradota, si ligera de lengua, de muchas libras de peso.
De imaginación traviesa, pero que sabe ponerse seria si le conviene.
Juan Rafael Mora. Ocupaba la Presidencia 1814 1860) de Costa Rica esta gloriosa figura centroamericana, cuando tuvo lugar la invasión de Nicaragua por fuerzas del filibustero William Walker. El Presidente Mora acudió en defensa del país hermano, durante la guerra que en 1856 y 1857 desató aquella invasión.
Walker fué reconocido por el Gobierno norteamericano como Presidente legítimo de Nicaragua. Pero supieron pelear y defender su independencia los centroamericanos, logrando al fin dominar a los invasores extranjeros, quienes abandonaron todo intento de reconquista cuando vieron a su jefe fusilado.
Don Juan Rafael Mora no titubeó un solo momento en cumplir con su deber como costarricense y como centroamericano, y el pueblo de Costa Rica lo siguió con heroísmo en la histórica jornada.
Como símbolo de la entraña popular costarricense queda grabado en los anales patrios el humilde tambor de Alajuela, Juan Santamaría, muerto gloriosamente en Rivas, cuan.
do logró dar fuego al mesón en que estaban sitiados los filibusteros.
Aquileo Echeverría Nuestro gran poeta nacional. Vivió 43 años de bohemia incorregible, hasta su muerte en Barcelona (1866 1909. Su libro Concherías refleja el alma del pueblo, del concho. sus costumbres, sus penas, sus ilusiones, su ingenio, todo expresado en la propia lengua del campesino costarricense, llena de colorido, de arcaismos maravillosos, de provincialismos. Escribió además notables epigramas: Roberto Brenes Mesén Filólogo, poeta de (1874 1947) gran vuelo, escritor, político de altura, filósofo esotérico. Todo eso y mucho más fué Brenes Mesén para la cultura costarricense; pero, sobre todo, un maestro insigne en el país y veinte años en los Estados Unidos, a donde prefirió expatriarse voluntariamente, después de servir el Ministerio de Educación Pública durante el régimen de los Tinoco. Grave error y tremendo sacrificio el suyo, por el deseo de salvar sus avanzadísimos programas de educación primaria, modelo de obra pedagógica!
Graduado en Chile, comienza a ejercer el profesorado en el Liceo de Costa Rica. Sus principales cátedras: Castellano, Lógica, Historia Literaria. Ocupa altas posiciones: Director del Instituto de Cartago, Director de la Escuela Normal de Heredia, Ministro Plenipotenciario en Washington, Secretario de Educación Pública varias veces.
Entre sus mejores libros de poesía, En el silencio es modelo de lo que pudiera llamarse literatura vanguardista, publicado en 1907.
Hacia nuevos umbrales, en 1914, y posteriormente Voces del Angelus, Pastorales y jacintos, las prosas poéticas del Canto de las horas, tantos trabajos más aún no recopilados, le dan Tras de cien colones ando; útgenme de tal manera, que conseguirlos quisiera aunque fuera trabajando.
Licenciado don Abogado, político y triMauro Fernández buno, ya figuraba en (1843 1905) 1874 (31 años de edad)
como Magistrado Fiscal de la Corte Suprema de Justicia. Después fué diputado en distintas ocasiones, catedrático en este otro que reconstruyo de memoria: nadie le ha sucedido Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica