Democracy

REPERTORIO AMERICANO 57 Hasta la vista (Envío del autor)
Panne Félix Angel Salas CUANDO EL POETA MURIÓ Excelentísimos señores Jefes de Misión: Cuando ya me acogía a penumbra y silencio en el recuerdo de mis gratas horas transcurridas en compañía de vuestras excelencias, viene esta convivialidad, este nuevo agasajo de cordial despedida tributada por escogidos espíritus que han dedicado a sus pueblos y gobiernos sus más inteligentes intervenciones en la estabilidad y solidez de las esenciales conquistas humanas.
Desde los años rojos de la guerra observé cómo se daban cita en el medio acogedor de esta metropoli diplomáticos de calidad, entendimientos de resalte que en faena acuciosa vigilaban por los fueros de la democracia. me fué dable evidenciar, en el trato frecuente. con los Jefes de Misión, que a México convergen varones que además de ser convencidos adalides de la libertad y de coincidir en propósitos de lucha, proclamaban la urgencia de la conciliación del hombre con el mundo. cabe traer aquí, no con volandera filosofía, la enseñanza desprendida de la anécdota del niño de Inglaterra que al jugar un dia a los cromos dispuso rasgar el mapa universal que aprisionaba entre las manos, reparando después, al pretender ajustar las piezas, que era posible hacerlo formando con el reverso de los pedazos, la figura de un hombre en pie.
Detrás de cada fragmento que dibujaba un continente, una extensión de mar o un núcleo de ciudades, aparecían partes que integraban el cuerpo cabal del hombre. profundo es el sentido que se acrisola si reflexionamos que para componer el mundo, para hacerlo digno de la eternidad de la creación, es preciso componer al hombre, y clarificar sus ideas y acendrar sus sentimientos. Para que alcance realidad la concordia de la tierra debe imperar Abel, porque el cainismo abisma en muerte y terror la marcha del género humano.
En el acercamiento no infrecuente a vuestras personalidades, en la consulta que de tarde en tarde os ice en busca de consejo y camino en el acierto de nuestras comunes encomiendas, fortaleci convicciones y reafirmé experiencia para llevar a cabo empeños orientados al progreso, seguridad y bienestar de las naciones. La solidaridad que auna a los representantes diplomáticos tiene por cimiento la solidaridad de los pueblos. éstos transmiten su luz y acento a sus personeros que van por los continentes, al hombro el mando de armonía, demandando justicia, siembras de paz y una vida a tono con el divino linaje de la Humanidad.
Poco a poco los países se compenetran más de sus necesidades y unimisman sus ideales. Se achican las distancias por las vías aéreas, y el tiempo se rinde a los pies de la ciencia que le hurta muchas horas en sus batallas por el trabajo. La industria va a paso de victoria, agricultura y labores agropecuarias no cesan en sus ensayos de rectificación, a ojos vista adelanta el comercio, la economía de los estados provoca sus reajustes y una cultura más jugosa abre todas las capillas en donde esparce sus oros una lumbre de fe, de promesa, de esperanza cierta, en beneficio de los conglomerados sociales.
Para deciros adiós, o hasta la vista, que es lo que tiene más propiedad en el momento. En el Rep. Amer. Para Félix Angel Salas.
repartiendo el pan del saber, de la bondad permanente, de la alegría generosa, de la fe inquebrantable y del supremo ideal.
Lo imaginaba así sencillo, cariñoso, bien nacido, triunfante, bendecido por las musas, protegido por las gracias dando de sí como un meteoro la luz de sus consejos; su sabiduría plena, la eficacia de su palabra y el esplendor de su espíritu. por eso su pueblo. nuestro querido pueblolevantó el arco triunfal de su recuerdo para que al son de las trompetas de la gloria y con el cántico sonoro de las campanas el poeta al dejar la vida de la materia y al tomar las nuevas formas de otras vidas o de otra nueva vidafijara en su recuerdo esplendoroso el himno funeral de la tierra nativa, de esa madre adorada que siempre, siempre lo habrá de recordar como a uno de sus elegidos, como a uno de sus más amados, como a uno de sus mejores, como a uno de sus inmortales. SALAS PEREZ.
San José, abril, 1948.
Cuando el poeta murió todos los que lo queríamos, todos los que lo admirábamos dimos gracias a Dios porque brindó el descanso a una vida majestuosa en su esplendor, pero colmada al fin, como una ánfora sagrada, por el acabar del dolor.
La voz de las campanas pronunció su más triste elegia para su poeta amado, que un día sublimó, con palabras inmortales su cántico sonoro su cántico profético desde la tierra enhiesta de la iglesia que congrega a las 2! mas de los seres que aun viven.
y a las almas inmortales de quienes traspasaron los umbrales desconocidos de aquel tranquilo valle donde el poeta y nosotros recibimos la luz primera de nuestro padre el sol.
Cuando el poeta murió el alma de su pueblo. de nuestro amado pueblo en silencio quedó.
Lo recordaba joven, esforzado, sereno altivo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica