Bourgeoisie

REPERTORIO AMERICANO los ojos de nuestros hijos, y que por lo demás no tenemos la loca ambición de influir sobre al State Department, sino la un poco menos loca de actuar sobre la opinión de uestros conciudadanos.
nuestra madre; pero, en lugar de mezclarnos en sus asuntos, la serviremos mejor trabajando en nuestra nueva idea ortodoxa que, más tarde, traerá la felicidad del universo entero. Mientras tanto, seremos más dichosos haciendo alianza con los asiáticos. En Europa no somos más que unos intrusos, y en Asia seremos los amos.
En Europa no somos más que tártaros, en Asia seremos la civilización. La conciencia de nuestra misión civilizadora nos dará esa dignidad que ahora nos falta no siendo más que una caricatura de Europa. Vamos al Asia, a ese país de los santos milagrosos. como le ha llamado uno de los más grandes eslavófilos. De Vida de Dostoiewski, por su hija Amada Dostoiewski. Editorial Mundo Latino. Madrid. Dostoieswski y la Biblia Del mismo libro, esta otra página: en Se trata de uno de los hijos mayores del Gral. Máximo Gómez; también se llamaba Máximo. Martí lo cuenta en el libro Hombres, tomo VI de sus Obras compiladas por Gonzalo de Quesada. Habana. 1908.
Máximo, pálido, escucha en silencio: él se ha leído toda la vida de Bolívar, todos los volúmenes de su padre; él, de catorce años, prefiere a todas las lecturas el Quijote, porque le parece que es el libro donde se han defendido mejor los derechos del hombre pobre.
En el mismo tomo, en la Introducción, Gonzalo de Quesada repite esta memorable advertencia de José Martí a los pueblos de América: No hay más modo seguro y digno de obtener la amistad del pueblo norteamericano, que sobresalir ante sus ojos en sus propias capacidades y virtudes. Los hombres que tienen fc en sí desdeñan a los que no se tienen fe; y el desdén de un pueblo poderoso es mal vecino para un pueblo menor. fuerza de igualdad en el mérito, hay que hacer desaparecer la desigualdad en el tamaño. Adular al fuerte y empequeñecérsele es el modo certero de merecer la punta de su pie más que la palma de su mano. La amistad indispeisable, de Cuba y los Estados Unidos, requiere la demostración continua por los cubanos de su capacidad de crear, de organizar, de combinarse, de entender la libertad y defenderla, de entrar en la lengua y hábitos del Norte con más facilidad y rapidez que los del Norte en las civilizaciones ajenas. Los cubanos viriles y constructores son los únicos que verdaderamente sirven a la amistad durable y deseable de los Estados Unidos y de Cuba. Aprendan esta lección los dirigentes atolondrados de algunas patrias arrimadizas y serviles de nuestra América. No despreciéis al pueblo. decía a los intelectuales rusos. Olvidad que en otro tiempo fué vuestro esciavo; respetad sus ideas, quered las cosas que él ama, admirad lo que admira, pues si os obstináis en despreciar sus creencias, en inocularle por fuerza las instituciones europeas, que no puede comprender y que jamás querrá adoptar, llegará muy pronto un momento en que renegará de vosotros en su cólera, os volverá la espalda y buscará otros guías. Queréis un Parlamento europeo, en donde esperáis asentaros y votar unas leyes sin preguntar al pueblo su opinión. Este Parlamento no será más que un parloteo. No podéis dirigir a Rusia porque no la comprendéis. El único Parlamento posible en nuestro país, es un Parlamento del pueblo. Que se reuna y que anuncie su voluntad. vosotros, intelectuales, escuchad con respeto las humildes palabras de los diputados campesinos y procurad comprenderlas bien, a fin de dar más tarde una forma jurídica a estas palabras. Si dirigís a Rusia siguiendo los deseos emitidos por el pueblo, no cometeréis errores y vuestro país prosperará. Pero si os aisláis de él vuestro mentidero europeo, os moveréis en la oscuridad y, chocando uno con otro, en lugar de alumbrar a Rusia, lo que haréis será levantaros chichones en la frente. Aumentad el número de las escuelas primarias, extended la red de los caminos de hierro, pero, sobre todo, procurad tener un buen ejército, pues Europa os odia y os detesta y no piensa más que en apoderarse de vuestros dominios.
Los europeos saben que el pueblo ruso será siempre hostil a sus ensueños capitalistas de burgueses ávidos. Siente que Rusia trae en sí la nueva palabra de la fraternidad cristiana que pondrá fin a su régimen burgués. No es con los europeos con quienes nosotros debemos trabajar, sino con los asiáticos, pues nosotros, los rusos, somos tar asiáticos como europeos. El error de nuestra política en estos dos últimos siglos consiste en hacer creer a los pueblos de Europa que somos verdaderos europeos. Hemos servido demasiado a Europa; nos hemos ocupado demasiado de sus querellas de vecindad. Al menor grito de angustia, nos hemos apresurado a enviarle nuestros ejércitos, y nuestros pobres soldados morían por una causa que no les decía nada y eran olvidados en seguida por aquellos a quienes habían servido. Nos hemos prosternado como esclavos ante los europeos y no nos hemos ganado más que su odio y su desprecio. Ya es tiempo de abandonar a la ingrata Europa. Nuestro porvenir está en Asia. Europa es, ciertamente, No sólo el alma rusa fué objeto del estudio profundo de mi padre en presidio; hizo también allí un estudio profundo de la Biblia, único libro que se podía leer en la cárcel. Todos nos gloriamos de ser cristianos y, no obstante. quién de nosotros conoce bien el Evangelio? La mayoría de las gentes se contenta con haberlo oído en la iglesia y recuerdan, vagamente, sus lecciones de la primera comunión.
Es posible que, en su juventud, mi padre conociese la Biblia como la conocían los jóvenes de su mundo, es decir, superficialmente. Lo confiesa él mismo en la autobiografía de Socima. que es una especie de autobiografía de Dostoiewski. Yo no leía la Biblia. cuenta Socima, hablando de sus años de juventud. pero yo no me apartaba nunca de ella. Tenía el presentimiento de que algún día la necesitaría. Según las cartas dirigidas a mi tío Miguel, Dostoiewski comenzó el estudio de la Biblia en la fortaleza de Pedro y Pablo. Lo prosiguió en presidio, en donde, durante cuatro años, no tuvo para leer más que el Evangelio.
Estudio el Libro precioso que las mujeres de los decabristas le habían regalado a su llegada a Siberia; meditó cada palabra, lo aprendió de memoria y no lo olvidó nunca más. Ningún escritor de su tiempo ha tenido una cultura cristiana tan vasta como Dostoiewski. Todas sus obras están empapadas de ella y esto es lo que les da fuerza. Qué extraño azar el de que su padre no haya tenido para leer más que el Evangelio durante los cuatro años más importantes de la vida de un hombre, cuando se forma definitivamente su carácter. me han dicho a menudo los admiradores de mi padre. Azar. Hay verdaderamente azar en nuestra vida. No está todo previsto anticipadamente? La obra de Jesús no ha terminado: en cada generación escoge. El sus discípulos, les invita a seguirle y les da sobre el corazón humano el mismo poder que en otro tiempo dió a los pobres pescadores de Galilea.
Dostowieski no quiso separarse jamás de su viejo Evangelio del presidio, de este amigo fiel que le consoló durante el tiempo más triste de su vida. Lo llevaba en sus viajes, lo guardaba en un cajón de su escritorio, al alcance de su mano. Mi padre tomó la costumbre de consultarlo en los momentos importantes de la vida. Abría el Evangelio al azar, leía las primeras líneas que le venían a los ojos y las considera ba como una respuesta a sus dudas, La cuenta Angel Rosenblat en el NO de Enero Febrero de 1948 de la excelente Revista Nacional de Cultura, en Caracas, como edición de la Dirección de Cultura, en el Ministerio de Educación Nacional, en el artículo muy interesante que se titula Fetichismo de la letra.
Unamuno, que consideraba signo de pedantería no sólo la pronunciación, sino también las grafías septiembre, subscriptor, inconsciente, incognoscible, etc. que dice que todas esas letras parásitas son colgajos de los que no saben más que tres maravecies de lenguas clásicas y se indigna contra los que llenan la lengua de barreduras. ha sido el moderno campeón de la ortografía simplificadora. Se cuenta de él la siguiente anécdota. En uno de sus artículos había escrito oscuro. El corrector de pruebas, al enviarle las galeradas, le puso al margen como era tradición en las buenas imprentas una llamada: Ojo: obscuro. Unamuno contestó: Oído: oscuro.
The Soul (Envío del autor)
Light like the winds that chimes wound like the heart of pine.
There are holes that see no more!
There where battles with blood and gore.
There where men that fought in wars.
Fighting for peace And quick release From wars, and life dife to death, eternal rest of men.
We know not life!
Death on a broom stick flew And nobody knew.
When light, turned into darkness Disperse light like gentle bello.
Palabras de Dostoiewski su testamento en enero de 1881. iQué clarividencia la suyal Oigan, mediten: Juan Conor PADILLA VANSTON.
San José, Costa Rica, junio de 1948. Los hermanos Karamazow. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica