Joaquín García Monge

136 REPERTORIO AMERICANO El Amor y la Muerte A qué Entre las jóvenes bellas que conocí en Caracas, descollaba, como un lirio más alto entre las rosas, Isabel Alamo Ibarra, delicado Por Cornelio HISPANO vástago de los fundadores y libertadores de (Envío del autor, en Bogotá. Es el capítulo la nación venezolana. Por derecho de naciIV de Sensaciones de un ateniense, en capímiento y de belleza, era la niña mimada de la tulos cortos. sociedad caraqueña, y en las fiestas centenarias de ese país pidió, de la manera más gentil, reel portón. Calle desierta y en completo silenpresentar a Colombia en un cuadro alegórico.
cio, y lo mismo las que recorrí hasta lleAsí nuestra Patria fué simbolizada ese memogar al Hotel, por lo cual, cavilando, llegué a rable día por la más bella e ilustre joven, la convicción de que los golpes en la puerta nieta del Coronel Diego Ibarra, edecán del Lifueron la más extraordinaria ilusión de los bertador. En Caracas, durante el tiempo de mi sentidos en dos personas de las cuales una Consulado, cultivé con esmero su amistad, y.
dormía tranquila sin sospechar el peligro. Al en 1924, ya esposa de un eminente diplomátiregresar Londoño de Caracas, después de siete co venezolano, antiguo amigo, volví a verla años de vida diplomática, le conté el caso dánvarias veces en París y pude admirar, una vez dole los nombres propios, y Víctor, siempre más, su belleza y su juventud. Por insinuasereno, en esta vez visiblemente impresionado, ción mía, y en honor a Isabel Alamo, el Dr.
habló así: Si hubiera sido él, lo habría maFrancisco José Urrutia invitó a otras damas tado a usted sin oírlo, en el acto.
del gran mundo y nos reunió una tarde en un elegante salón parisiense.
De Caracas a Europa en el vapor PeCon ocasión del centenario de la indepertou, de la Trasatlántica francesa, en compaciencia de Venezuela, e invitado por ese goñía de unas lindas y alegres limeñas que todas bierno a asistir, como Cónsul General de Colas noches cantaban en francés Quand Amour lombia en Caracas, a la peregrinación de San meurt y luego se entregaban al delirio del baiPedro Alejandrino de la Escuela náutica, prole, iqué viaje encantador!
Guncié, en nombre de Colombia, una oración Lorque tout est fini, bajo los históricos tamarindos. Al bajar de la quand se meurt votre beau téve, tribuna se dirigió a mí, saliendo del círculo pourquoi pleurer les jours en fuite, formado por las autoridades civiles y eclesiásregretter les songes partis. ticas, una bella y esbelta señorita, me tendió el 24 de junio de 1911: Su discurso en San la mano y con la más gentil sonrisa me feli Pedro Alejandrino tiene elocuencia sobria y. Cuando todo se acaba Cuando las alecitó por el conmovido elogio que usted ha conmovedora y tal elegancia que hace honor grías Para siempre nos dejan hecho de Bolívar. Era Paulina Salcedo Cam a nuestra literatura. Pero digame usted esto: llorar los días Los sueños que se alejan?
Los besos se marchitan ¿Cómo ni en aquel sitio ni en esa ocasión hapo, nieta del general Campo Serrano, antiguo El idilio conPresidente de la República.
bló usted del Dios misericordioso que recibió cluye aún gime el alma esclava CuanEn compañía de esta preciosa joven reco en su seno aquella grande alma? El lo ilumido todo nos huye Cuando todo se acaba. rri en seguida la quinta de San Pedro, sus pa ne a usted para que las dotes excelsas que le Por el estudio previo de guías y planos, tios con grandes tinajas y sus jardines; subi ha concedido resplandezcan algún día, con llegué a París como a una ciudad conocida y, mos a la terraza y allí, y en los bailes del irradiaciones de lo infinito. Perdóneme estas sin embargo, me deslumbró desde el primer Club y del Crucero Salón apuramos muchas sinceridades y cuénteme usted en el número momento La merveille du monde apres celui copas. Tres días de felicidad perfecta en que de sus amigos y sinceros admiradores. Athenes. Nadie ha sido más feliz que yo en me enbriagué de gloria, de belleza, de gracia, Dos años después, en febrero de 1913, aquellos primaverales meses parisienses en que de patriotismo y del más fino y delicioso jugo Joaquín García Monge, nombre que pronunposeía todo para serlo; juventud, salud perde las viñas de Francia. mi oído repetía cian con admiración, respeto y cariño los más fecta, un anhelo infinito de gozar de la vida, una voz de ángel: Aquí, en las noches es ilustres escritores hispano parlantes, publicó en ocho mil francos en el Crédit Lyonnais y trelladas, cuando soplan fragantes brisas mari San José de Costa Rica un bello tomito de dos libros inéditos que fueron publicados en nas, bajo estos históricos tamarindos, discurre su Colección Ariel con este título: Bolívar seguida. Ningún escritor español ni hispanola sombra pensativa del Libertador. Consagra por José Enrique Rodó, seguido de En San americano había logrado tan excepcional acomos este recinto a la veneración de las genePedro Alejandrino por Cornelio Hispano.
gida de una renombrada casa editora parisienraciones.
Mi oración apareada con la obra cumbre del se como la Librería Ollendorff de la antigua ella dediqué, poco después, una pági preclaro ensayista y estilista de la lengua cas Chaussée Antin. Esos libros eran el Diario nas en El Cojo Ilustrado de Caracas, insertas tellana! Paulina Salcedo Campo, además de de Bucaramanga y las Elegías Caucanas.
en Los Cantores de Bolívar. Paulina me es bella, graciosa, esbelta y elegante era refinada. Cómo vamos a celebrar este día tan cribió entonces una linda carta y años después en cosas de arte, tenía muy buen gusto. Que feliz para mí. aquel en que miré por primemurió en Nueva York joven, como mueren los dioses la mimen en sus Elíseos Campos.
ra vez las Elegías Caucanas en las vitrinas de los amados de los dioses: Santa Marta, juuna gran librería de la Avenida de la Opera. nio 22, 1911. Le agradezco mucho los obEn Caracas mi juventud, ávida de que dije a Lucerin France, esbelta, linda y grasequios de las fotografías y ejemplares de El marse en los rayos de la gloria de Bolívar, corciosa joven francesa, empleada de mi editor el Cojo Ilustrado, que tuvo la amabilidad de en tejó también a los divinos gemelos: el Amor señor Gibbes, y que fué mi compañera ideal viarme, y que conservaré con cariño porque y la Muerte, cuando en el Carnaval de 1912 desde mi llegada a París.
contribuirán a perpetuar los homenajes de gra una enmascarada, con quien había corrido las Con una cena, contestó, en el restautitud y veneración rendidos al Padre de la Pa alegres comparsas, y cuya simpatía se revelaba rante de verano que acaban de abrir en los tria en San Pedro Alejandrino. Reconocemos en su linda voz, me llevó, a media noche, a su Campos Elíseos. en un jardin al aire lien justicia que el buen éxito de esa manifesta casa, situada en la calle del palacio de Mirabre, bajo un cielo estrellado, compartí mi teción patriótica se debió al benévolo carácter flores. Era una bellísima muchacha muy joven soro de júbilo con una amiga complaciente.
del personal de la misión venezolana, entre la y de distinguida familia. Serían las tres de la La dicha es un néctar tan raro, exquisito y cual figuraba usted presidiéndola o, por lo mañana cuando sonaron fuertes golpes en el concentrado que no puede saborearse a solas; menos, guiándola con su celo por la honra portón.
hay que compartirlo para extraerle su recónde Colombia y su admiración por Bolívar. saltó bruscamente y me dijo: Esdita virtud. El placer del éxito, dice Píndaro, Hago votos por la felicidad personal de usted cóndete en el armario.
es el supremo entre todos. Los dolores se muy porque se acreciente su fama de ilustre li. Eso jamás, le contesté. Un Cónsul de dan en deleites cuando la hija de las Musas, terato.
Colombia no muere escondido en un armario.
la sabia Armonía, viene a adularnos con su El malogrado don Hernando Holguín y Pero, como no se repitieran los golpes, mano acariciadora, ya que la orgullosa Fama Caro, exímio escritor y orador, a quien ape ni el menor ruido se oyera en la calle, me desnas conocía de saludo, me escribió a Caracas pedí, no sin sentir temblar la mano al abrir (Concluye en la pág. 138)
11 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica