REPERTORIO AMERICANO 53 sonido bordado de estrellas, mapaches, calandrias y flores de río.
Sonido de lluvia de tierra morada, sonido de lluvia de viboras sordas, sonido de lluvia de shutes de avispas, sonido de lluvia de pelo de elote, sonido de lluvia de musgo dormido, cascabel, granizo.
AHORRAR es condición sine qua non de una vida disciplinada DISCIPLINA ¡La Juana conmigo!
es la más firme base del buen éxito LA SECCION DE AHORROS del Caen los refajos. Huyen las mujeres a tuto a teta los críos. Plomazos, caballos Asamblea de corvos tenidos de sangre, Parihuela de hojas teñidas de sangre.
Tierra de por medio teñida de sangre.
Gusano de teclas que sirve de puente teñido de sangre. Quién te hizo las teclas con brazos de cruces teñidas de sangre?
BANCO ANGLO COSTARRICENSE Para un huevo que ponés tanta bulla que metés. Veni ponelo, vos, pues. el más antiguo del país)
está a la orden para que usted realice este sano propósito AHORRAR La marimba pone huevos en los astros.
El sol la desangra, la monta, es su gallo.
Tamal de choreques. Almáciga verde de loros que vuelan. Torre a mecapal. Pereza de innúmeras teclas. Grito de madera que se batd en jícaras como el chocolate. El Himno es el Indio. Algarabía de cotorritas. Tejado de ocote sobre las casas de la luna. Carpintero en la carpintería de la selva. Abuela con sexo de manzana rosa!
Vendaval en dulce de guardabarranca!
iCenzontle borracho de aguardiente blanco!
Miguel Angel ASTURIAS.
EL PECADO DE LA VIRTUD Por Alfonso REYES (En el Boletín del Instituto Español Londres, febrero de 1948. El pecado de la virtud! exclamó con cierta impaciencia Teodoro Malio, cuando le dije que, según el popular antropólogo de Harvard, Ernest Albert Hooton (por antonomasia, Hooton de Harvard. consideraba como el pecado original biológico del hombre el haberse incorporado un día sobre las piernas, abandonando la postura cuadrúpeda. Hooton observa expliqué sin mucho entusiasmo que las vísceras humanas todavía no se adaptan, a pesar de tantos siglos; a la postura erecta, y que nuestro cuerpo todavía padece las consecuencias de esta verdadera contravención biológica, que esto y no otra cosa vino a ser el incorporarse en dos pies. No quiero ni puedo entrar en detalles.
Parece que el cuerpo ha tenido que llenarse de estorbosos tabiques y ligas para evitar el derrumbe de unos órganos sobre otros. Parece que con esta audacia de enderezar el cuerpo ban venido a padecer singularmente algunas funciones esenciales, como la respiración y la circulación. La misma trombosis, terrible accidente que puede ser mortal y es siempre grave, merece todavía cargarse a cuenta de aquella audacia, ya que no pecado, original. Pues ¿qué pretende el antropólogo. Que volvamos a la estación cudrúpeda? Con algo hemos de pagar el ser humanos y no animales. la postura erecta debemos la liberación del tren anterior, el uso en desarrollo de las manos y brazos, la emancipación de lo zoológico, la supremacía de la vista sobre el olfato como sentido de dominio y orientación. el hombre, animal óptico. dice y explica Juan Cuatrecasas en reciente artículo de los Cuadernos Americanos, México. y en suma, a esa jugada que le hicimos al aparente destino natural debemos el ser hombres. Tal vez Hooton quiera decir repliqué que también debemos el ser hombres, en el estado de postración teológica en que hoy está el hombre al pecado original de que habla la Escritura. También en este orden hemos perdido la gracia para luchar por la salvación igual que en el orden biológico. Después de uno y otro pecado originales, el hombre tiene que vivir en situación de peligro y tiene que combatir diariamente por superarse ¿no es así. En efecto reflexionó Teodoro Malio. Qué espantable camino ha emprendido el hombre! Es de concebirse que en el orden biológico, al dejarse caer del árbol e incorporarse definitivamente, haya tenido que enfrentarse con una guerra semejante a la que, en otro orden más sublime, le esperaba al ser expulsado del Paraíso. Guerra de dos frentes le dije. De dos frentes. Sí: en alguna parte he leído, o bien lo be soñado por mi cuenta, o así lo he entendido, que, al ser expulsado del Paraíso, el hombre se encuentra entre dos frentes enemigos. la espalda, los arcángeles con la espada de fuego le impiden retroceder. delante de sus ojos, se extiende, inmensa, cruel y salvaje, la naturaleza feroz. entonces el hombre emprende esa lucha, de que ha de resultar su virtud (la virtud de su pecado) hasta no convertir al Arcángel enemigo en el Angel de la Guarda, amigo y defensor, y al lobo sanguinario en el perro fiel compañero. Es una doble domesticación. Muy hermosa imagen, en efecto. El parangón en el orden de la biología ya lo hemos dejado entender, viendo lo que se pierde y lo que se gana al romper con la postura animal.
Pero no me agrada que se llame pecado a nuestra más insigne aventura. También he advertido que esos pedantescos autores de semántica. ciencia a la moda, al estudiar las confusiones, errores y trampas que el hombre padece como consecuencia de la palabra, dicen muy satisfechos. No os da vergüenza. Semejantes humanas torpezas no las cometería el gato! En efecto, pero el gato es gato y el hombre es hombre, y no veo que la condición del gato nos sea más apetecible que la humana. Nuestras mismas equivocaciones humanas valen más que los aciertos gatunos. Basta ya de predicarnos las excelencias del cuadrúpedo, exento de pecados! cambio de eso, le falta lo único que a nosotros nos importa: el cielo y el infierno humanos. Ya veo. concluí. Cuanto hemos dicho se resume en cierto epigrama de un contemporáneo autor mexicano que reza así. Oh, quién tuviera el pulgar oponible, acostumbraba decir cierto cuadrúpedo amigo mío!
Pero me han asegurado que ese autor se refería a alguno de sus malquerientes, incapaz de empuñar una pluma al modo humano. Ah, sí! Aquél solía escribir con el pie izquierdo.
México, enero. 1948. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica