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REPERTORIO AMERICANO 315 PRESENCIA SIGNO DE COSTA RICA (En el Rep. Amer. a la aurora tus cantos y al golpe de la tarde firmamento encendido sacudiendo las alas de todas las edades.
He llegado a tu orilla de llanto y manantial, traigo la voz salobre y las huellas oscuras transitadas atrás.
He tocado la forma de tu sombra agitada, tu sombra perseguida por el viento furioso que azota los trigales.
Tu sombra donde posa la sombra de los pájaros, la sombra de las nubes y los temporales, la sombra de tus olas y tus arenales.
La sombra de otras sombras que inundan las gargantas y hacen transparentes los nombres de la Patria.
II IV He llegado a tus orillas de manantial y sueño, traigo un sabor amargo de historia y de martirio. tocar tus sienes, vengo, de azucena y a derrotar la angustia y a sentir en mis manos la semilla que rompe tu viviente corteza.
En cada espiga tuya una mujer se alza, maduran tus mujeres la luz de las espigas y en la luz y en el trigo y en la tierra y el agua un canto claro y limpio como las madrugadas. Del arado a la luna, de la luna al camino, del camino a las plantas sembradas de silencios y presentimiento, corriendo en la ignorada entraña del volcán, gritando en el secreto sexual de la simiente, en la esencia infinita de todas tus verdades, de la tierra a la luz, de la luz a las líneas de la mano surges desnuda y limpia como las espadas que llevan a la sangre el mensaje del lirio.
III En la patria en que estoy, los niños y las flores y los frutos y el mar y el campo y los volcanes y la luz y la sal y la sombra y el tiempo, el amor, la verdad, tienen vida, una vida que rompe el mutismo de la piedra y la voz del cristal y que llena de palabras el silencio cobarde y castiga a la ortiga y a la tempestad.
Más allá de la sombra se extiende tu figura y en la playa en espuma precipítase al mar.
La grama tiende su césped de esperanzas de Norte a Sur, de sol a oscuridad.
No saben tus raíces lo que son las fronteras, joh Patria iluminada de luz universal!
Una brisa de algas y de orquídeas ha tejido tu nombre de trópico y de mar.
Eres como la música de todas las corrientes: al norte selva y sal y al sur el dulce mar. Oh Patria estremecida!
Oh tierra del amor que fecunda la lágrima!
Al alba tus estrellas, León Alfonso PINO.
San José de Costa Rica: 21 de febrero de 1946. de los hogares para llevarse toda la energía humana convertida en tesoro de la patriay la mujer quedaba tras ellas, bajando los ojos llenos de lágrimas, o trasponiendo los cristales con una mirada trágica.
Desde la madre salvaje, hasta la más evolucionada, todas vivieron en su tiempo, la pena de perder un hijo. Claro está que su dolor debió ser en la proporción que su conciencia permitía. Pero si las bestias irracionales, aúllan al perder a sus cachorros. qué no hará una mujer, que, por rudimentaria que sea, discierne en la esfera de su intelecto y puede, para su desgracia, dar el alcance trágico a los asesinatos que se cometían en sus hijos por diferencias de múltiples orígenes.
Los hombres han luchado siempre por su causa y han unido a sus mujeres a ella, haciéndola víctima y coparticipe de penalidades sin cuento.
Todo ello está bien; bien, no porque lo sea, sino porque ya se ha hecho y así ha sido.
Sólo que. ha sido demasiadas veces. las necesarias para producir cansancio y reacción.
El resultado de las guerras es una de tantas fases de inconformidad para la mujer que se levanta ahora a la lucha. Por amor ha hecho grandes sacrificios y para poder seguir amando necesita creer.
Mucho se ha abusado de ella; de su fe, de su ternura, de su apoyo y de su abnegación. Ya no. No más. No es posible más. Han sido rebasados los límites de la paciencia femenina! Ya su fe no puede estar en quienes la han obligado a tener hijos para aumentar la población léase los elementos humanos de la guerra. ni en aquellos que la convirtieron en objeto de placer. Es preciso acabar con una situación denigrante. Con una incomprensión absoluta!
Dar hijos. para qué. por qué. hijos que asesinen. Héroes de guerra que cubran sus delitos con medallas. Eso es lo que quiere la Patria. Lo que fomentan todas las Patrias?
Dar hijos. una misión tan noble convertida en el más vergonzoso de todos los cultivos experimentales de seres biológicos. Procrear. para matar. Eso es lo que hace la Humanidad!
Crecer en poder y en número. para hacer decrecer al prójimo, para cambiar en ese devenir constante. de vencedor a vencido.
En todos los países, movimientos feministas postulan los mismos principios y lanzan a los hombres una pregunta terrible que rasga el velo de la Historia. Para qué quieren los hombres que tengamos hijos. Qué van a hacer con ellos. Carne de cañón. Medallas. Lápidas en serie. No. No, no. Cruzan las fronteras cientos de manifiestos femeninos, de cartas abiertas, de convocatorias. emplazamientos al hombre. Todos ellos tendientes a la unificación. Piden paros de protesta, manifestaciones, carteles.
Ay, ay de la Humanidad si las mujeres llegan a negarse a tener más hijos, a convertirse en fábricas humanas para perpetuar una especie que se dedicará como las reses, al matadero.
Por ahí, recorriendo los mares, está una convocatoria dirigida a todas las mujeres del mundo. Encierra la más terrible, la más espantosa y trascendente de todas las actitudes humanas. y quizá, la más justa: Huelga de vientres. Carmen VILCHIS BAZ.
Cultivos humanos o HUELGA DE VIENTRES. En el Rep. Amer. Envío de la autora, en México, enero de 1948)
Por ahí, en la conciencia social, latente la personalidad, a veces inexistente, de los y lesiva, está la certidumbre de cosas terri grandes héroes de las guerras.
bles. Vana gloria la de matar. Habría que Cosas. que dejan las guerras, los enga buscar la verdadera causa en el interior de los ños. los tratados. y las traiciones.
caudillos!
Hace mucho, mucho tiempo, otros hom. Nombres rojos en la Historia, escritos con bres como los de hoy anudaron sus promesas sangre de infelices!
con alianzas matrimoniales, con tributos eco través del tiempo la Humanidad se desnómicos todavía de moda o doctrinas re truyó a sí misma. El ansia de creer cambio de ligiosas. Hace mucho tiempo. les verdad. corazones, pero no de fines.
pero ese tiempo. ino ha pasado todavía. Así fué!
La lucha fué en la horda, igual en su sen Así fué hasta que un pecho de mujer se tido que la de la armada o la del escua desgarró en la lid. Hasta que hubo una que drón; la del feudo, que la de las dictaduras. pudo rebelarse y gritar a los cuatro vientos La naturaleza del alma humana es siempre todo el dolor que embargaba su alma; hasta única; sujeta a sus errores, a sus vibraciones, que no sólo perdió a sus hijos, sino que ayuy a sus sueños.
dó a que ellos matasen y vió que otras muSiempre todo lo siempre que esta pa jeres prestaban sus energías físicas y molabra significa se ha jugado con la paz sin rales para que los suyos también muriesen.
poder alcanzarla nunca. La lucha fué en todo Las medallas de guerra se prendieron en tiempo enconada; aniquiló al débil, encumbro los pechos femeninos sustituyendo al hijo que al fuerte; levantó al rebelde y hundió al su amamantaron; las pensiones miserables de las miso. Los hombres quebraron sus diferencias viudas de guerra, pagaron la compañía en con artefactos variados, cada vez más morti la vida, del ser amado; y los sacrificios de alferos, pero esgrimidos en nombre de una paz bajas y víveres, se tradujeron en mínimas raque estaban y estuvieron siempre muy lejos ciones alimenticias.
de alcanzar y más aún de comprender.
Para que no tuvieran hijos indeseados por Todo eso se ha dicho mucho. En todos las situaciones de guerras, esterilizaron sus enlos sentidos, en todos los idiomas y en todos trañas y las convirtieron en objeto de placer los rumbos. Los tratados sobre la guerra y o en mínimos satisfactores sexuales.
sobre la paz, se han sucedido encadenados a Las guerras fueron y volvieron siempre través de los siglos. Para ello se ha exaltado con su mensaje rojo, y llamaron a las puertas Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica