REPERTORIO AMERICANO 425 El caracol del mar convocará a los rios, que correrán, cantando, a hundirse en sus abismos.
Será igualmente azul el aire limpio; con sus cestas de sol dulces canéforas mañana danzarán, como bailaron hoy sobre los céspedes de luz en los jardines.
Bellas serán esas mujeres, frescas como el agua serán sus risas claras; ebrios de gracia rítmica, sus pasos: tan tentador, su aroma de mujer.
Con el hechizo de correr, gritando, Juan Vte. González la adolescencia jugará mañana al sol de un mundo joven, como jugó nuestra niñez ayer soñarán su vida en un más bello mundo, como a orillas del Torres también nosotro erigimos sueños de un alabastro y de un marfil sutiles tras que corrimos una vida entera. la ciudad se llenará de encantos, de calles nuevas, de suburbios jóvenes donde la vida saltará, riendo, como entre piedras zumba sus miedosas leyendas el Virilla.
La humanidad continuará pensando, JUAN VICENTE GONZALEZ como hoy, y como ayer, también mañana. De El Nacional. Caracas, 23 de Octubre de 1946)
los pensamientos subirán tan alto que rasgarán el seno de los cielos Se me ocurre que el personaje más repre que quiere imperar en su estro, desde el vipara mirar correr su sangre azul.
sentativo de la literatura venezolana es Juan gor de César o la compostura de Virgilio Nuevas filosofías, Vicente González. Lo es por la exuberancia hasta la sagacidad de un Cátulo, la hondura artes y ciencias nuevas, de su estilo, por la desordenada mezcla de de un Lucrecio, el rietus de sarcasmo que milagros de invenciones poderosos elementos heterogéneos que cons asoma a la sonrisa de un Marcial, de un Juse elevarán del bosque de hojas nuertas tituyen su formación intelectual y moral; vepal, de un Apuleyo; ya es, por último, el de cuanto imaginó la humanidad.
pero lo es, más que nada, por su naturaleza viento de fronda que sopla en sus mismos Selvas de las imágenes pensadas contradictoria y turbulenta, que parece re tiempos de los más célebres románticos, retornarán mañana flejar la vida venezolana.
Chateaubriand, Lamartine, Michelet, Hugo, con cabellera de ámbar La fornia literaria de González, como él Byron, el que lo envuelve, lo arrastra y lo para lucir al sol mismo la describe en su la Meseniana que sacude. Se nota, cuando se le lee, el esfuer que no verán mis ojos.
dedicó a Teófilo Rojas, puede ser comparada zo constante que realiza por alcanzar la seVelado el mundo para mí ya lejos, a un bosque de los trópicos, pero a un bos renidad y el equilibrio de aquellos clásicos no he de asistir al florecer de nuevos que agitado por el vendabal. Se encuentran a los que tanto ama y los que se propone renacimientos del ingenio humano aqui apareados los factores más divergentes: como modelo y paradigma; pero la imposial lado de los inmensos árboles, cada uno bilidad en que se halla de imitarlos por la Las civilizaciones que ya despuntan en un mundo nuevo gigantesco como una catedral, hallanse las exaltación de las luchas a que tiene que dar no encenderán sus faros tenues y delicadas orquídeas, de extraña expresión con su pluma. Salpica su prosa ante mis ojos contextura, y el afiligranado encaje de los de alusiones traidas de la majestad de la helechos. Todo esto está agitado por rachas historia: para él, Zamora es un Atila, MoTodas estas cosas tumultuosas. De sus lecturas desaforadas e nagas un Gondebalbo, Antonio Leocadio las miraré a través de una distancia inconexas y de sus estudios inconclusos Guzmán un Catilina ante el cual quiere haque es más sutil que la distancia misma.
conserva desgarrados retazos que retienen cer el papel de Cicerón; pero un Cicerón Volveré a amar cuanto admiré en la vida, una deslumbradora vivacidad gracias a su cargado de violencias. Cuando se compara y mis recuerdos, plúmulas de nieve, extraordinaria memoria. Ya son acentos con un griego, no lo hace con Platón o con flotarán en el aire biblicos, pedazos arrancados a los salmos o Plutarco, ni siqniera con el hiriente Aristoque no respiraré, bajo la lumbre a las profecías, expresiones de Job, de Jo. fanes o con el estoico Epicteto, sino que que no verán mis ojos.
sué, de Esdras, de Jeremías, trozos épicos escoge, precisamente a aquel elegiaco Tirteo Sin mi presencia en este mundo, todo aprendidos en los libros de los Jueces o de cuyo papel fue el de reanimar con sus arrecontinuará en el universo intacto.
los Reyes, largas tiradas de oratoria sagrada; batados cantos el valor de los espartanos sin mi presencia, al parecer, no más, ya es su vasta y amazacotada cultura clásica después de la segunda guerra de Mesenia.
porque siendo inmortal la que pugna por aparecer por todos lados, ésta es la terrible contradicción interior yo ví nacer las tierras siderales.
reminiscencias de los grandes liricos y de que se refleja en su personalidad, y que le en la conciencia misma los grandes trágicos, el aliento homérico, da ese carácter doloroso, casi tocado de donde veré el tramonte de este mundo la grandiosidad de Sófocles o Esquilo, el desesperación, que se desprende tanto de al mundo de los Dioses Inmortales.
vuelo de Hesiodo, el impetu de Píndaro, la su obra como de su propia existencia, semeR. BRENES MESÉN pasión de Safo; ya es la mesurada fuerza jante a una estrella fatal apuntando entre Costa Rica, Nov. 46.
de los maestros de la antigüedad romana la los cárdenos estertores del crepúsculo. He. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional. Costa Rica