218 REPERTORIO AMERICANO como José Celestino Mutis LA CULTURA COLOMBIANA (Es un recorte de El Tiempo de Bogotá, noviembre de 1947. Envío del autor. En la excelente réplica que dió reciente enormes pintores, como España, pero sí una mente en Revista de América Sanín Cano al serie de Newtons. Inglaterra no diose cuenta alegato, no bien probado, del señor Giovanni de quién era Shakespeare, mientras España, Papini, sobre la escasa o casi ninguna contri más civilizada, sigue los pasos a su Lope.
bución de la América, llamada malamente la No era el aparecimiento de artistas, de pintina, a la cultura universal, el insigne crítico tores y de poetas lo que requería la Colonia.
colombiano colocó el debate en el preciso te Necesitaba conocer la vida y las cualidades útirreno, cuando afirma que los españoles se tras les de la formidable naturaleza vegetal. No era ladaron al continente descubierto y la filosofía, ni las bellas letras lo que requeaporte de cultura trajeron la lengua, la cruz ría ser fomentado en el Nuevo Reino de Gray los toros. Hay un poco de ironía intrascen nada.
dente en el concepto del ilustre crítico. Traer En 1762 aparece en el reino un hombre la lengua, aquella lengua en la cual habrían superior. Es un sabio naturalista, amigo de de escribir Cervantes y Lope, podía conside Linneo, cuya obra Sistema no halló en rinrarse aporte significativo. En cuanto a la cruz, guna librería de Madrid y de Cádiz, ant. de conducida entre crueles lanzas y fanatismo salir para América. Tal era el atraso de su paodioso a un mundo inocente, todo está di tria en aquel tiempo en materia de estudies de cho en alabanza del cristianismo. En el tiem ciencias naturales. Practica la medicina ese hompo en que se realiza el descubrimiento de Amébre superior y tiene el mismo que extraerse del rica ninguno de los grandes pueblos europeos brazo unos gusanos, que han penetrado en sus era más civilizado que España. La nación in carnes, quizá los que hoy llamamos nuches.
glesa fué infinitamente más bárbara que Es Ese varón está escribiendo una Historia Napaña durante el medioevo. No hay memoria tural, pero destina algunas horas para dictar de que los reyes españoles brindaran en cráte desde la cátedra del Colegio del Rosario lecras hechas de los cráneos de sus enemigos. La ciones públicas de matemáticas y de filosofía lucha entre árabes y castellanos puso de relie newtoniana.
ve en las justas, la más noble caballería an Este es el momento cenital de la vida del dante. Mientras se realizaba la gesta del Cid y espíritu en la Nueva Granada. La cultura era los rapsodas componían el más bello poema una verdad cósmica. Cuando José Celestino de las literaturas europeas, cruel barbarie rei Mutis descendió de la cátedra en que había naba en otras comarcas del antiguo imperio ro expuesto la doctrina sobre la gravitación unimano. Hay un poco de ingratitud bistórica en versal, el espíritu adormecido se despertó. El mezclar la traída del idioma y de la cruz con sabio, sostenido por un inteligente e ilustrado la fiesta taurina. Acaso no cruzaron desola virrey, había roto las cadenas que ataban el esdas comarcas esos conquistadores, llevando pa píritu a la jerga escolástica y a los ídolos del rejas de animales domésticos, y útiles semillas, fanatismo religioso. Fué el momento estelar para propagar sus especies?
del alma granadina. Allí empieza el balbucir Pero volvamos al traslado de la civiliza de la cultura de esta antigua colonia española.
ción escribe el insigne crítico Los espa Nos redescubre José Celestino Mutis, como él ñoles trajeron su lengua y sus costumbres. No mismo lo dice en alguna parte.
trajeron sus bibliotecas, ni sus obras de arte, Al conjuro del sabio humilde surge una ni sus sabios. fines del siglo XVIII los mo pléyade de botánicos, de matemáticos, de geónarcas franceses de España empezaron a preo grafos, de mineralogistas, de dibujantes insigcuparse de la traslación de la cultura cuando nes de plantas americanas.
ya era un poco tarde.
El sabio español mantiene la más hermosa Quizá no era tarde. Nunca será tarde pa y la más pura de las correspondencias con el ra el advenimiento de la cultura. Concretán genio de la botánica, con Carlos Linneo, el donos a la colonia llamada el Nuevo Reino de primer naturalista del mundo. El sabio sueco Granada, tenemos que en 1538, año de la da el nombre de Mutis a una planta bellísifundación de Santa Fe en Bogotá al en que se ma que el autor de estas líneas admiró vapresenta el momento cenical de la cultura gra rias veces en nuestros páramos y que nadie nadina, la Expedición Botánica, transcurrieron ha acogido en sus jardines, sin duda por ser dos siglos y medio. Durante éste que nos pa tan terrígena. El padre de la botánica no varece largo período, apenas logran el gobierno cila en decir a Mutis: Gratulos tibi nomen español y sus colonos reconocer medianamen inmortale, quod nulla aetas numquam delete el territorio, fundar ciudades, algunas in bit.
superables por su posición, como Cartagena; Al conjuro de Mutis surge Caldas, milaenseñar al indígena las artes manuales, el cul gro de la sabiduría, a quien el barón De Humtivo de las plantas alimenticias, el laboreo de boldt, insigne en toda Europa, llama genio.
las minas, etc.
Es innegable que la América ibérica es La zona tórrida, con sus calores excesi deudora a Europa de las más auténticas mavos, sus plagas y sus endemias; con sus ríos nifestaciones de la cultura. Aún no ha tenido poblados de saurios y sus selvas en donde el un Cervantes, ni un Descartes, ni un Marconi.
crotalus horridus reemplazaba las castañuelas Las causas de esta ausencia de valores geniasevillanas; la zona tórrida en toda su magnifi les, son muchas. El señor Papini las enumecencia, agotadora de energías, consumió du ra y el señor Sanin Cano, con gran perspicarante dos siglos y medio las fuerzas vitales de cia, las explica. Si el escritor italiano conolos mayores núcleos de población, si excep ciera a fondo estos países, probablemente se tuamos a Santa Fé, Popayán y algún otro lu daría cuenta de por qué nuestras manifestagar situado en alturas montañosas habitables. ciones de alta cultura son exiguas y por qué Ciertamente que en la distribución de las estamos en deuda con Europa. Es natural que energías vitales correspondióle a España la ma se reclame a los pueblos americanos un valioyor cantidad de pasión. En cambio, en comar so contingente de cultura, en días en que se cas de menos sol. Inglaterra, por ejemplo presiente que, a lo menos el arte, sufre un eclipel hombre se reconcentra con mayores veras se semejante al que padeció Atenas, después sobre sí mismo y el impulso vital se convierte de las incursiones de los bárbaros y de la muen meditación reflexiva. Inglaterra nunca tuvo tilación de las estatuas de su Acrópolis.
No cabe duda que pueblo inclinado en demasia a la imitación de la cultura ajena, es pueblo todavía adolescente.
Ignoramos lo que pueda llegar a producir el hombre libre en estas ciudades americanas cuando el bienestar económico sea preponderante. Qué saldrá de los alambiques que destilan en Buenos Aires, México, Sao Paulo, Santiago y otras ciudades del continente?
En cuanto a nosotros los colombianos se refiere el señor Papini, nos place presentarle un régimen republicano un poco más sólido que la fantasmagonía fascista y un fervoroso culto por la libertad del pensamiento que es signo supremo de cultura. principios del siglo XIX circulaba en la Gran Bretaña un libro, de autor cuyo nombre ya no recuerdo, el cual sostenía que era imposible el aparecimiento de una civilización de los caracteres de la europea en comarcas de la zona tórrida. Recuerdo haber leido el libro de ese sociólogo determinista inglés, entonces en pleno auge y hoy olvidado. En días en que se derrumba silenciosamente el imperio tropical de Inglaterra y la Esfinge le exige que abandone la tierra de Sesostris. quién se acuerda del autor inglés aludido?
Es de esperar que esta zona que el sol enamorado circunscribe (para citar una vez más al insigne Andrés Bello. se convierta en el devenir de un siglo, mediante la técnica manifestación indudable de la cultura de la era atómica en el hogar de la civilización humana.
Mientras tanto, permítanos el señor Papini y quienes como él opinen, que sigamos los indo americanos, que de latinos no tenemos casi nada, contemplando con amor a los grandes pueblos de la cultura occidental en la hora dolorosa de su decadencia.
Max Grillo.
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