Anti-nazi

REPERTORIO AMERICANO 227 EDUCACIÓN INSTRUCCIÓN Por Louis De Potter.
Dr. García Carrillo Corazón y Vasos Consulta por cita Oficina en San José Electrocardiografía Metabolismo Basal Radioscopia (Traducción y envío de Paul Deliens. Cartago, noviembre. 1947. Yo había tomado a mi cargo la difícil y protección y mi amor.
larga tarea de educar e instruir a mis hijos. Después, cuando ellos razonaran por sí Había reconocido la inutilidad y aun el peli mismos, debería yo demostrarles que mi mogro de darles la primera educación que yo ha ral era verdadera, real; en otros términos, que bía recibido; es decir, de imponerles como san. el cumplimiento de los deberes, aun de los más ción real del Deber, una religión cuya verdad penosos, durante esta vida, tenía por motivo no puede ser demostrada a las inteligencias, y y por finalidad su dicha verdadera, personalademás, es negada por la razón desde que el mente para cada uno de ellos. Yo debería, enexamen ya no ha podido ser evitado por la tonces, demostrarles de modo incontestable: Sociedad. Que el orden moral es una realidad; enSin embargo, yo no desconocía la necesi tendiendo por orden moral la certeza de que dad de darle a la Moral una sanción inevita ninguna acción buena, ninguna acción racioble, sin la cual ningún deber puede ser obliga nal, efectuada con detrimento de las exigentorio y ninguna Sociedad puede existir. Tam cias del organismo, queda sin recompensa, de bién comprendía yo que, para que la sanción modo igual que ninguna acción mala, o sea fuera inevitable, debía ser religiosa, es decir. conforme a las tendencias orgánicas y contraultra vital, porque ¿qué es lo cierto en esta ria a los consejos de la razón, queda sin exvida, fugitiva ella misma bajo la forma de un piación. II. Que la vida presente no es la Presente que se nos escapa sin cesar, de un única que puede ofrecer esa armonía entre nuesPasado que ya no nos pertenece, y de un Por tros actos libres y sus consecuencias fatales, sivenir que puede no llegar a pertenecernos? no que esa vida ha sido precedida y será seYo no he querido engañar a mis hijos, a guida por otras. III. Que hay en nosotros mis discípulos, ni engañarme a mí mismo. una substancia eterna, que sufre o disfruta las Mientras mis hijos han estado en la infan consecuencias de esa armonía, a la cual esa cia, les he prescrito una regla de conducta a misma substancia tiende, puesto que tal subsla que ellos debían sujetarse, no para obedecer tancia es la fuente real de la Razón y del Raa un ser llamado Dios, cuyo absurdo habría zonamiento. IV. Que esta realidad es de nade serles demostrado por la instrucción que turaleza esencialmente distinta a la de todo ellos recibirían más tarde; no para evitar un aquello que percibimos; es decir, opuesta a la infierno atroz o ganar un paraíso ridículo, si naturaleza de la Materia que existe en todos no para merecer mi aprobación y conservar mi los organismos, inclusive el nuestro.
LEA DE MAX JIMENEZ EL JAUL (Prosa)
EL Domador de Pulgas (Prosa)
REVENAR (Versos)
Obténgalos en el Repertorio Americano REFLEXIONES DEL MOMENTO EXTERIOR: Precio del ejemplar: 00 le ro(De Antinazi. Bs. Aires, 18 octubre 1945. Lucio López presenta en su novela La tirano debe hacer. Cuenta Aristóteles que DioGran Aldea, un pintoresco personaje, el docnisio de Siracusa obtuvo la tiranía porque el tor Trevexo, que alardeaba de no haber leido odio que profesó a los ciudadanos opulentos, nunca libros y de que con sólo la lectura de le sirvió para ganar la confianza del pueblo, los diarios había llegado a ser una importante que le consideraba como su amigo más sinfigura de la política nacional. La dictadura cero. Pero también advierte los peligros de militar nos obsequió otro personaje político tal actitud, que no nace de un sentimiento de que hacía el mismo alarde y que quiso justi justicia sino de un resentimiento rencoroso y ficarlo con una cita de Plutarco relativa a subalterno.
quien se había negado a oír a uno que imita Entre los consejos de Aristóteles el coronel ba muy bien al ruiseñor diciendo: Yo he Perón hubiera podido escoger estos dos: Deoido al mismo ruiseñor, muchas veces. be guardarse mucho (el tirano) de insultar a Claro está que Plutarco no tiene la culpa la juventud de uno y otro sexo, e impedir de la aplicación que de su referencia hizo el cuidadosamente que lo hagan los que coronel Perón, pero nos complacemos en ima dean; y las mujeres de que disponga deben ginar en respuesta, señalando al autor del en mostrar la misma reserva con las demás mujetuerto la utilidad de lecturas como la de Aris res, porque las querellas femeninas han pertóteles, por ejemplo, que, en su libro Politica dido a más de un tirano. El tirano no dehabía escrito cuatro siglos antes: be permitirse nunca ultraje de ningún género Antiguamente, cuando un mismo persoy sobre todo ha de evitar dos: el poner la manaje era demagogo y general, el gobierno de no en nadie, quien quiera que sea, y el insulgeneraba fácilmente en tiranía, y casi todos tar a la juventud.
los antiguos tiranos comenzaron por ser demagogos. Estas usurpaciones eran en aquel La lectura de Aristóteles no solamente es tiempo mucho más frecuentes que lo son hoy, útil a los tiranos, sino también a los ciudadapor una razón muy sencilla: en aquella épo nos honrados y sinceros. Hasta los jueces, los ca, para ser demagogo, era indispensable pro que se creen más sabios y prudentes, pueden ceder de las filas del ejército, porque entonces obtener de él provechosas enseñanzas. Enconno se sabía todavía utilizar hábilmente la patrarían en su libro Política palabras como eslabra. En la actualidad, gracias a los progresos tas: Lo más funesto para las repúblicas es de la retórica, basta saber hablar bien para llela infracción del derecho político, consagragar a ser jefe del pueblo; pero los oradores no do en la misma Constitución y luego: Rese convierten nunca, o raras veces, en usurpa cuérdese que, al tratar del principio general dores, a causa de su ignorancia militar. de las revoluciones, dijimos que era preciso Allí habría aprendido el coronel Perón que contar entre las causas que las producen, las la demagogia puede conducir a la tiranía me desviaciones, hasta las más ligeras, de los prindiante el engaño del pueblo, pero también ha cipios. Se comienza por despreciar un punto bría aprendido cuáles son las cosas que ningún de la Constitución que, al parecer, no tiene importancia; después se llega con menos dificultad a mudar otro, que es un poco más grave; hasta que, por último, se llega a mudar su mismo principio y por entero.
Veintidos siglos después de escritas, estas palabras conservan toda su fuerza y toda su eficacia. Ojalá fueran escuchadas entre nosotros!
Los términos medios en materia jurídica y, niuy especialmente en materia constitucional, son inaceptables. No se puede conciliar la fuerza y el derecho, la ilegalidad y la legalidad, la arbitrariedad y la justicia. Cuando se rompe el cerco de la juricidad, pasan por la brecha abi sta todas las calamidades que el desorden trae consigo.
Los que se determinan por razones politicas se creen realistas, prácticos y advertidos.
La elasticidad oportunista de sus convicciones suele confiar menos en las instituciones que en los hombres y más en el presente fugitivo que en la permanencia de los altos intereses humanos. Luego, a la postre, y siempre un poco tarde, los hechos confirman la lección de Aristóteles: Nada más funesto que apartarse de los principios.
Carlos Sánchez Viamonte.
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