Repertorio Americano CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA Tomo XLIII San José, Costa Rica 1947 Sábado 30 de Agosto No. Año XXVII. No. 1032 BEN HENRIQUEZ UREÑA, MAESTRO DE MEXICO Por José LUIS MARTÍNEZ (En el Rep. Amer. Hace pocos meses, hablando con podrá volver a este país cuyo desarroAlfonso Reyes sobre asuntos de lite llo espiritual tanto alento. Desde Bueratura hispanoamericana que yo no nos Aires, donde vivía desde 1924, acertaba a aclarar satisfactoriamente, han llegado noticias de su muerte. Ya recordamos las luces insustituibles no será posible que le conozca; y para que Pedro Henríquez Ureña podría mí, como para todos aquellos que hedarnos sobre este y sobre todos aque mos llegado apenas ayer a las letras, llos puntos de nuestras letras que exi su nombre permanecerá como el del gieran el conocimiento y la capacidad maestro mítico que en un lejano 1910 de comprensión que tenía en tan alto dirigió la edificación de nuestra culgrado el maestro dominicano. Enton tura contemporánea.
ces, con sorpresa, escuché a Alfonso En efecto, no fué sólo su obra esReyes hablar de Henríquez Ureña con crita sobre letras mexicanas lo que una admiración y respeto que podía debemos a Henríquez Ureña. Entre corresponder a la admiración y respe los ensayos memorables fundamento que profesamos a quien así hablaba tales sobre nuestra literatura cuenta de su amigo lejano. Aquella noche, aquella conferencia, pronunciada la también, supe la probabilidad de que noche del de diciembre de 1913, soPedro Henriquez Ureña Henríquez Ureña nos visitara próxibre la personalidad de don Juan Ruiz mamente; yo iba a conocerle al fin de Alarcón que él nos hizo compreudespués de una larga y fértil amistad der mexicano. en la que tan fértiles guna obra escrita y para la cual el con sus libros y con las huellas múl conceptos expuso sobre las característi único reconocimiento adecuado que tiples que su presencia dejó en la cul.
cas nacionales de nuestra poesía; sus podemos ofrecer es la fidelidad a la tura mexicana.
trabajos sorjuanísticos continúan sien nobleza de sus lecciones esenciales La mañana del día 12 de mayo, su do de imprescindible consulta para los Reuniendo los variados testimonios pimos que Pedro Henríquez Ureña no estudiosos del tema; su aportación a que he recibido de quienes le conociela ejemplar Antología del Centenario ron, creo que la ección esencial de GLORIA MORENA. al lado de Luis Urbina y Nico Henríquez Ureña para la cultura me(En el Rep. Amer. lás Rangel muestran con qué pre xicana fué ese rigor y austeridad a cision conocía y valoraba nuestra his que aludía antes. Su magisterio socráPara Julio Bonilla González, amigo y colega noblemente generoso toria literaria, y cada uno de sus tico, como tantas veces se le ha llamaapuntes y notas sobre temas mexica do, apoderábase de las mentes de sus Niño indio, moreno nos, nos enseñan tanto de su sabidu discípulos para orientar e incrementar como la terracota bien qucmada, ría como de su pródigo y lúcido inte decisivamente su desarrollo, impocomo la propia tierra, rés por México. sin embargo, por niéndoles una disciplina llena de pertierra de Guatemala, encima de su labor escrita, quedamos suación y sutileza cuya marca conticon que amasaste la figura grávida infinitamente más deudores a Pedro nuaria indeleble sobre aquellos que de familiar tinaja: Henríquez Ureña por ese magisterio recibieron su influjo. La presencia en suiño forjado en yungue de peñascos que ejerció de manera incomparable México de Henríquez Ureña señala en el ardor de las solares fraguas, y afortunada con casi todos aquellos por ella el límite entre dos tipos y dos yo soy el hombre blanco, que hoy forman el cuerpo más ilustre épocas culturales cuyo contraste puemi tiempo fué, mi etapa está sellada: de nuestra cultura. Los frutos que su de advertirse claramente si se examitodo cuanto pensé, todo cuanto hice, po cultivar; las mentes a las que des nan documentos sobre la vida intelecrencores y ambición lo hicieron nada, cubrió su camino y dotó de recursos tual de esos dos períodos tan revelay siento ya que tú pones la huella para su tarea; los afanes que movió y dores como pueden serlo las memorias sobre las osamentas de mi raza.
mantuvo; la lección de rigor y auste de José Juan Tablada o Jesús VaPor el mismo camino, niño indio, ridad que impuso, todo ello podrá ol lenzuela, por una parte, y las crónicas niño de Guatemala, vidarse un día pero hoy sabemos que, ateneístas de Alfonso Reves y José por el mismo camino se desliza en el fiel más justo que pese las crea Vasconcelos. En las primeras puede de los dos la jornada, ciones del espíritu, esa obra invisible, advertirse que el tipo común de escripero mi tiempo fué: voy al pretérito, dispersa en la savia de frutos ajenos, tor finisecular es el de un hombre, tu vas hacia la aurora del mañana. presente como una sombra eu la fir confiado en el brillo de su talento y HERNÁN ZAMORA ELIZONDO meza de una vocación o en el trazo poco cuidado de disciplinas, que pueGuatemala (Chichicastenango. seguro de un pensamiento, tiene un de gastar sus ocios, merecidamente y enero de 1947.
valor que no podría substituirnos pin mientras sea posible, en los placeres Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional. Costa Rica