Democracy

REPERTORIO AMERICANO 189 ¿Y MATEO ALEMAN. Envio del autor, en San José de Costa Rica. Hasta después de muerto, hay quien tiene mala suerte. No es bastante que durante la peregrinación por este cautiverio, el destino maltrate a uno: hasta después de la tumba ha de durar la dureza del sino.
Cervantes bubo de padecer la malquerencia de aquellos que la suerte había colocado en un lugar encumbrado, al cual no permitían que él llegara; pero pudo, con el tiempo, lograr posiciones que aquellos jamás habían imaginado. Mateo Alemán, hasta al nacer, tuvo cierta desgracia: hacerlo un mes antes que Cervantes.
El mundo ha rendido pleitesía a éste, y bien pocos se han acordado de que en septiembre pasado se cumplieron cuatrocientos años de haber nacido el autor de Guzmán de Alfarache.
Y, a fe, que bien merece que allá y acá se le recuerde. Su espíritu inquieto mal podía acomodarse en aquel ambiente de decadencia en que vivió. Erasmista, había de romper con muchas trabas consideradas insalvables por aquella mojigatería del siglo XVI.
La índole de su obra cumbre tal vez haya apartado de ella el interés del lector corriente; pero los que buscan deleites espirituales de rara obtención, en cambio, saborean, al leerla, goces que ahora se hacent difíciles de lograr. No hay duda que el Lazarillo fué más popular, más leído, pues el pícaro no se aparta de su papel; pero Alemán bien intenta hacer obrar a su Guzmán también como simple pícaro, pero no puede: más que relatos de la picaresca española, son, con mucha frecuencia, disertaciones filosóficas.
La que escribe sobre la honra, es una muestra. téngase presente como se abusaba, en el teatro de aquel siglo, del motivo sexual como complejo del honor.
Es inconcebible que aquellos autores con hábito sacerdotal, hasta el mismo Calderón, que tánta facilidad tenía en la exposición de temas de alta filosofía, escribieran hasta fastidiar, a base de lo erótico, fácil y bien poco interesante.
Pero, desde la alta clerecía hasta la nobleza del dinero, y del arriero al posadero, todos se embelesaban con las intrigas de la alcahuetería, y que, según el elogio que el alférez Luis de Valués escribió con motivo de la aparición de la verdadera segunda parte del Guzmán, dejó de su voluntad la casa real, donde sirvió casi veinte años, los mejores de su edad. Sin embargo, su obra fué recibida con beneplácito por el mundo pensante. El mismo Luis de Valdés nos dice que: en muy breve tiempo se editaron cincuenta mil ejemplares y se imprimieron veintiséis ediciones. La Universidad de Salamanca lo consideraba como el príncipe de la elocuencia, por haber escrito con tanta soltura y elegancia.
Larga es la narración; pero hecha con gracia, como buen sevillano que era. Hasta la leyenda de Osmín y Daraja se lee con gusto como si hoy hubiera sido escrita. Pocos han logrado, entre los de su tiempo, interesar desde el principio.
Aquel Mateo Luján, como el mal encubierto Avellaneda, tuvieron con su villania, al robar la paternidad de las obras de Alemán y Cervantes, el privilegio de estimularles para que no se fueran de este mundo sin darnos la segunda parte de los libros que tantas ambiciones habían ocasionado.
Muchos serían los que hubieran preferido la narración escueta de las trapacerías del picaro; por esto, muchos traductores, como Lesage, dejan las sentencias y disertaciones morales. Pero, precisamente, el mérito del Guzmán de Alfarache está en tocar lo elevado de una manera regocijada y alegre, como quería Horacio.
Más de sesenta años tenía cuando dejó a España para venir a América, radicándose en México, en donde publicó una Ortografía Castellana. México, pues, le debe algo a nuestro hombre recordado con cariño hoy.
Lorenzo Vives.
San José, Costa Rica, 22 de octubre de 1947, BRIXENCH Mateo Alemán los desplantes de las villanas ante los embates de los deseos del comendador. el mismo Lope, aquel Lopillo que se portó como tal con el pobre Cervantes, nos hubiera podido legar obras de fondo; pero se concreta, también, en hacer equilibrios alrededor del mismo tema.
Mateo Alemán, como su compañero de cárcel en Sevilla, no quieren hablar al vulgo en necio para darle gusto. sino que consideran la pluma como lanza que hay que esgrimir para elevar la conciencia y, con ella la decencia y la mutua consideración. Y, por esto fracasan.
Como fracasó aquel otro, también tan mal tracado, y que dió obras como La Verdad Sospechosa. Eran superiores a su medio y, por consiguiente, resultaba imposible el triunfar, y esto torno a los errores, problemas y conflictos que en las jurisdicciones de unas y otras realidades surgen, se agravan y estallan, muchos de los cuales podrían sin duda evitarse o conciliarse, por medio de transigencias recíprocas y de soluciones equitativas.
Páginas admirables, de gran influjo aleccionador, consagra Molina al análisis de estas cuestiones, hondamente arraigadas a lo más subjetivo de la vida humana, tanto individual como social y múltiple. De una parte, el ejercicio y las regulaciones de la libertad; el cultivo del carácter; el respeto a los derechos justos y a los valores esenciales en la convivencia civilizada; la exaltación de las virtudes morales y cívicas; la dignidad de todo trabajo hecho con devoción y amor; la superioridad del ascetismo sin exageraciones, sobre la vida frívola. de otra parte, las demasías y extralimitaciones del Estado y de los gobernantes en general, especialmente en los regímenes totalitarios; los errores, los vicios y la subversión de la democracia; los desmanes de la demagogia; los resultados funestos, fatalmente retardatarios, del revolucionarismo sistemático.
Sobre todas esas contingencias, resortes y fenómenos del misterio corporal y espiritual humano, traza el Dr. Molina, en el edificante fibro que nos ocupa, sutilidades dialécticas primorosas, críticas y lecciones insuperables, de gran virtud educadora.
Pero donde el talento reflexivo y las luces intuitivas del profundo filósofo chileno se exultan con mayor vehemencia, es al proclamar no ya los derechos inmanentes y la supremacía de mezquindades cotidianas, de vanidades tontas, los valores espirituales por encima de lo fugaz de ambiciones ilegítimas, de intolerancias y prey marcesible de los materiales, sino al reconocer juicios irracionales, de odios de venganzas la perennidad, la inmortalidad de los designios salvajes, de incomprensiones, de fobias y de toespirituales en la vida y en la evolución de la da especie de instintos perversos (tanto en los especie humana.
gobernantes como en los gobernados. contra Acerca de la indestructibilidad sustancial de el orden, la justicia reguladora, la confraterlos valores espirituales, señala Molina que los nidad y la convivencia civilizadas.
hechos pueden contrariarlos, los contrarían en Si carece de este sentido humanista, de esefecto muy a menudo, y no por esto dejan de ta esencia espiritual, de esa chispa divina, la existir. Dictaduras, opresiones, revoluciones y cultura deduce el sabio filósofo chilenoguerras pueden ocultarlos y hacerlos desapare no puede conducir al adelanto interior, a la cer momentáneamente, pero se mantienen y inteligencia y a la estimación recíprocas entre vuelven, clamando por que se les oiga.
personas humanas. He aquí la excelsa lección Corolario optimista de tan profundos y que surge del libro magistral de Enrique Moeducadores conceptos es la excitación fervorosa lina; lección adaptable no sólo a sus alumnos, de que se cuide intensamente, integralmeffte, lo sino en especial a todos los pueblos de Hisparelativo en general a la Cultura, tanto en las noamérica.
personas individuales como en los agregados Este noble apostolado, estas exhortaciones colectivos (sociales o nacionales. y tanto en cálidas en pro de la cultura ética, le inspiraron el orden material, técnico o económico, al ser al Profesor Molina otro libro no menos admivicio del bien, como en el orden moral; cuidan rable, su Confesión Filosófica y Llamado de do siempre de mantener armonizadas las dos Superación a la América Hispana. En las págivaloraciones, las externas y las internas; y de nas de esa Confesión se exponen, con certeros que nunca se apague, por encima de cualquier enfoques, algunas de las realidades más lasti interés o estímulo determinados, la llamarada mosas y funestas del poco respeto en que se tieespiritual que es la iluminadora y orientadora nen los valores y las normas espirituales; y se de las vidas humanas hacia el mejoramiento exalta la urgencia de trabajar sin descanso en evolutivo de las civilizaciones, en todos senti la suprema aventura de buscar y conseguir, por dos.
ese salvador camino, la verdadera liberación y es claro que, dentro de estos respetos la efectiva unidad americana.
esenciales, la cultura, los valores sustantivos de Tanto los dos libros recientes del Dr. Mola cultura, infunden en quien los ejercita ver lina, como el conjunto de sus creaciones, mere.
daderas ansias humanísticas, y lo sustraen de cen, sin duda, algo más que unos sencillos y Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica