Trotsky

10 REPERTORIO AMERICANO.
ar MONUMENTUM. Atención de la autora) MAX JIMÉNEZ.
Poeta!
Entre la vida y un sueño. nos dejaste. bajo una voz ahogada. que no pudo llegar. Tenias. entre las manos el alma autorizada con la intuición amable de ser siempre capaz.
Tenías como los Incas la mente despejada.
luciendo el lado intenso de tu visión mayor.
y fuiste como un Hércules de fuerza deslumbrada para inducir las Artes con un muevo fulgor.
Domaste de la piedra sus rústicas entrañas.
para enseñarle al mundo la forma en recio (altar.
porque quisiste darnos esa vasta alboradabañada de los astros. más ancha que la mar. Ilustración de dec)
Artista!
De tus sienes brotaste justiciero. como un ejemplo ilustre de poder, y alcanzar. SOLO TU, MUSIKE.
enarbolando empeños ite nos fuiste primero. En el Rep. Amer. por la ruta extendida de esa esfera Ideal. Conocimos a Max Jiménez en París duran Max era alto, bien construido, de fuerte ISOLA GÓMEZ Costa Rica, 1947.
te los años que precedieron a la guerra. De complexión, atlético; su voz recia que acenesta época guardamos tantos y tan numero tuaba algunas veces, con gustos muy suyos. Durante el día su vista se fijaba en el horisos recuerdos, que desgraciadamente es im Una fuerte personalidad irradiaba de su zonte, mostrándose con frecuencia desconposible resumirlos en una breve noticia como presencia, la misma que trasmitía a su obra.
tento porque limitaban su visión.
ésta. Enumeraremos sólo los que creemos Nació el 26 de abril de 1900 en San José.
Pero la noche la tenía fija en las estrellas, más interesantes y que marcan rasgos im Fué precoz; una curiosa fotografía nos lo interpretando sus signos y la gran significaportantes en la vida de este gran artista. muestra ya niño haciendo esfuerzos para ción de sus arcanos. Con veneración escuRecordamos de este período su exposición aprender a caminar, lo que explica su futura chábamos el encanto de su voz, que, inchez Berheim Jeunne, que para los que tuvi manía ambulatoria.
terpretaba los fulgores celestes, hechizados mos la suerte de verla, fué una muestra es Salido de esta tierra que le dió su fuerza por el sentido del misterio que nos acudía pléndida de su intensa labor durante esa plástica y lírica, París le atrajo, le dió su terriblemente por llegarnos desde su profunépoca; y la soirée extraordinaria que siguió cuño, lo cautivó, durante largos años trasmido subconsciente Cuántas veces hemos heese día, después de cerrada la exposición, en tiéndole su cultura. Gran lector, sobre todo cho un esfuerzo fijando Orión y su triada que Max, para festejar este acontecimiento, de Montaigne, que conocía de memoria, coCentral para ver lo que él descubría: Rigel.
nos obsequio con una cena en Montparnasse; mentándolo y citándolo con frecuencia.
Vega, Belelgeuese, las Pléyades. Capella, terminó la soirée en Montmartre, en la Cuántos días inolvidables, hemos pasado Aldebarán, que él la veía roja de sangre.
Cabane Cubaine; con frecuencia se repetían sentados a su lado, en el Golfo de Nicoya, asegurándonos ver la Cruz del Sur. Nom estas fiestas, generosidad de Max. Renuncio en la playa frente al mar que tanto quería bres sonoros que se complacía citándoles a describirlas, imposible; todo esto es de y del que extraía su fuerza. Oyéndole con en sus especulaciones metafísicas otra época, entre las dos guerras tan dife versar, a veces hasta muy entrada la noche, Hay que buscar en esa atrac ión que ejerrente de ahora.
y alguna vez hasta despuntar el día, bajo el cía sobre él Puntarenas, la explicación de La guerra nos separó para volvernos a influjo de su plática vagabunda, seguimos muchos enigmas y decisiones que marcaron reunir aquí en nuestra tierra, en donde de su pensamiento atónitos, por las cosas que su destino.
nuevo hemos tenido la suerte de tratarlo con su intuición, su imaginación descubría.
En ese ambiente socrático y nocturno, más intimidad, en nuestros frecuentes viajes Por la noche, cuando las luces se apagamientras lo oíamos discurrir, se nos antojay estadas en Puntarenas.
ban y brillaban las estrellas, un influjo esban analogías; por momentos nos parecía el Hoy día separados completamente, por tablecíase entre el poeta y las constelaciones.
fantasma de Sócrates y con su verbo inquiesu muerte repentina. Qué vacío nos deja, tante y terrible, como poseído del que fué sui cuánta falta nos hace! Para mí la soledad en «Daimon y pensábamos en la coincidencia que nos deja es completa. Muchas afinidades de ciertas vidas. Por qué sería que conos unían. Que yo sepa, sólo él aquí conocía menzó por la escultura como Platón. y apreciaba, por haberlo vivido, el ambiente quién nos explicará que ambos aspiraúnico de París. Ahora me queda como único ban a la música? Sería, quién lo sabe? nosrecurso que contarme a mí mismo, lo que talgia, atracción o embrujamiento de las tanto me falta. Pero es tan agradable y una sirenas siderales, la música de las esferas; gran cosa conversar. Pocos poseían como él lo que anhelaban esas almas que parecían ese sentido tan noble de la conversación, su desterradas. Sólo tú. Musiké» lo sabes, caagudeza, su fino y ágil espíritu en sus horas llada eternamente; no lo dirás nunca.
serenas. Con ese modo tan personal suyo y creemos, es que una corriente tan teligente que se manifestaba en toda mágica y poderosa lo atraía y lo arrastraba su extensa gama ironía, para todo y con incesantemente hacia otro Continente: el todo.
de los grandes pozos negros magallánicos Amigo severo y fiel. Tenía un profundo en donde parece verterse la Vía Láctea.
sentido de la amistad. Pero habíase de poEl de la Cruz del Sur. Donde murió.
ner mucho tacto en ella, y no era cosa fácil cultivarla MANUEL CANO DE CASTRO (Ilustración de deC. San José. Mayo de 1947.
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