Repertorio Americano Tomo XLIII CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1947 (Sábado 31 de Mayo Año XXVII. No. 1912 No. FOTOGRABADU CABEZAS Murió Max Jiménez: muchos artistas mu.
rieron con él.
Se apagó el autor de El Jaul, la novela de las crudas serranías costarricenses.
En El Jaúl muere la madre de una muchacha. Todas las vecinas comentan: Ya descansó. La muchacha misma llega a decirlo: Ya descanso. Pero agrega después dolorosamente: Ya descanso, pero era mi mama. Así digo ahora frente a su muerte: ya descanso, pero era mi mejor amigo.
Con el murió el autor de Gleba, So.
naja y Revenar: sus tres libros de versos. Max Se calló el vozarrón tremendo que bramaba Jiménez sus propios poemas: Ya te has hecho vieja, pasión de mis veinte años. Quién se mira en tus ojos, tus dos ojos castaños. Qué daño el de los años, pasión de mis veinte años!
Su poesía no fué nunca juego de reflejos y lentejuelas. En sus poemas derramaba su enorme vitalidad, su angustia desgarradora, un misticismo del que se prendía con uñas y dientes pero que no alcanzaba a producirle consuelo. Estoy viejo por dentro, como un viejo cacharro, expuesto a la intemperie, de liqueu patinado Veía llegar la muerte. Cuando sus enormes ojos absortos de niño aturdido se quedaban perdidos en la lejanía, es que la veía acercarse, avanzar paso a paso, inexorablemente. En sus últimos días dió en MURIO MAX JIMENEZ petir una frase que había leído quién sabe (En el Rep. Amer. dónde: Claro que la vivió, y en qué forma! de lo más duro obtenía blandura; de la arista Apagarse como un fósforo y que al día siguientrancos largos, precipitándose, despeñán más áspera, la curva más tierna.
te no me despi rten con la obligación de vivir.
dose por todos los caminos, alegre y vi Murió con él un amigo: un gran amigo.
No lo vamos a despertar. No lo podemos goroso, atormentado y siniestro, esculpien Su gran inteligencia le permitía compren.
despertar. Se apagó como un fósforo; mudo, pintando, escribiendo; pero sobre todo, derlo todo y a todo se adelantaba. Tenía derió durmiendo. Qué bueno que así fuera, viviendo.
licadezas dentro de su amistad que muy Max. Vivió como si cada uno de sus días fuera pocos saben tener. no tuvo ocasión de mirar la muerte a ser el último. Como si decir «mañana. Con Max murió un hombre: un gran honcara a cara. El, que pedía, cruz, más cruz, ya significara morir. Por eso tenía la prebre. Hace poco leí que en esta época en con una inextinguible capacidad de sufrimura angustiosa de quien quiere ganarle la que el oficio más difícil es ser hombre, el miento, pudo por lo menos ahorrarse esa partida a la muerte. Llegar antes, dejar que sólo alcanza a ser artista no pasará al última cruz.
muchas obras concluídas, muchos caminos futuro. El lo fué.
Hace dos semanas partió en un tren cual recorridos. Casi con un sentimiento de venFué un gran pecador y un gran arrepen.
quiera, camino de cualquier parte. Al partir ganza Sabía que tenía que morir, en cualtido. Sus pecados no fueran pecados vulrecordé algo que el mismo contaba a mequier cruce de senderos. donde se vuelve gares; fueron grandes pecados, fuera del alnudo: Una cocinera negra que tuvo en la cance de cualquier infeliz. Lo decía. Hay polvo la flor de los destinos. Habana. amaba a los negros y amaba a que ser un Cervantes para merecer la cárCon Max murió también el mejor pintor cel.
las gentes sencillas un día lo dejó. El le preguntó por última vez. dónde vas, de nuestra tierra: el más humano, el más para sus tremendos arrepentimientos Rosa. seguir mi destino. vigoroso, el más auténtico. Conoció muchas pedía al Señor que creara el mandamiento desde la ventanilla dejó caer una frase glorias, pero las despreció: quería una sola! undécimo. Le sobraba arrepentimiento para como quien comprende que ya la baraja está No la conoció en vida, pero muerto va a ser transgredir un mandamiento más.
terminándose.
alla misma la que lo busque.
El mismo citaba a menudo. Life is too Si me disciplino: un gran porvenir. Si Esculpió. Sus granitos gigantescos, sus short to be little. Sí, Max, la vida es muy no, ya viví mi vida.
jades, sus grandes piedras, fueron como él: corta para que sea pequeña. Tu vida fervo.
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