Bourgeoisie

94 REPERTORIO AMERICANO Oh, seres de la Tierra, no os asombréis, sabedlo!
Este universo en falso se dsemorona en ruinas.
Somos el mismo hombre de hace trescientos siglos, con los mismos rencores, con la misma tristeza, la misma flecha herida retoñada en fusiles, el pecho en flor de sangre para sembrar la muerte.
Nada ha mudado en torno: la misma desventura y un haz de angustia ardiendo para el que siente y sufre, y una oscilante espada de vibración y llanto y una inquietud constante de angustia en el poeta. Oh, pobladores tristes de la Tierra, sabedlo. El hombre es el oscuro devorador del hombre!
11 VIII 43.
RETRATO DE MI MADRE Alta de corazón como alta era su figura gallarda de palmera, alcanzó las estrellas en su anhelo. Era alta. En su frente alabastrina un lirio su blancura traslucía; on sus ojos de luz amanecía por sobre su elegancia de colina. se fué de la Tierra, presurosa, como ese aroma blanco de la rosa, que en el alba se fuga rumbo al cielo.
19 IV 43.
Alta, como azucena que confina con un cielo de sombras, ya sin día: que en su cabello bruno anochecía, y su voz era fresca y cantarina.
SURTIDOR DE LA SANGRE En su cintura grácil y delgada yo vi en mis sueños la primera hada y en su regazo yo aprendi ternura.
La sangre es algo material que yergue su espada oscura de tiniebla densa, es una espada tétrica, indefensa, que encuentra en nuestro sér vida y albergue.
Así mi madre: alma y tez de lírio, alumbrando mi vida como un cirio, en poema de luz y de dulzura.
La sangre bulle prisionera nuestraen cárceles de amor, casi escondida, flor de nostalgia, flor de nueva vida y corazón de pétalo en la diestra.
II Era copo de luz, aura serena, corazón de cristal y de paloma, arrebol de bondad, ternura, aroma, y su alma a un tiempo lirio y azucena.
la vida: la ilusión del arte proyectada sobre las vastas dimensiones de la vida. Hay momentos en que el artista siente el agobio delicioso de su mundo interior y se inclina hacia adelante como si estuviera fatigado. La respiración se hace más rápida y los labios sonsien. Quizás los ojos están humedecidos y hay en las manos un ligero temblor. Es la hora de la máxima receptividad del espíritu.
Decimos que el artista sonríe. Qué inte1esante sería el análisis químico de esa sonrisa! Interpretar luego la fórmula química ácido, sales, azúcar en términos psicológicos. Se hallaría en ella gozo, pero un gozo alquitarado y complejo al mismo tiempo; un gozo hecho de ansiedad, de ternura, de escepticismo, de desconsuelo. En ella está toda la vida espiritual del artista. Ella es resumen y compendio de su intimo sentir. Ella es esencia del alma del artista. Del artista solo?
Del artista y de la humanidad. De la vida toda de la humanidad. Qué es el arte sino universalidad? Universalidad en el tiempo y en el espacio. El artista vive el pasado y el presente y se sabe de memoria el futuro. el artista vive aquí y en los antípodas y en el infinito. El artista se apropia todos los gozos, todas las ansiedades, todos los dolores del mundo. El sufre y goza por todos. El ríe como nadie y él llora como nadie. nadie le ve reir ni llorar. El artista, que es toda la humanidad, es al mismo tiempo, un solitario.
Su risa y su llanto es una risa y un llanto inéditos; inéditos para el mundo. Qué poco de todo eso se trasluce en su arte! lo más una sonrisa que quiere ser cordial y cortés. El artista no puede entregarse al mundo, porque el mundo no le comprendería; le negaría. no hay pudor femenino comparable a ese pudor del alma del artista, que, ante el mundo indiferente y frívolo, trata de aparecer, a lo sumo, cordial y cortés, impasible e irreprochable.
Lucena mira hacia la casa. Marisabel sigue paseándose por el balcón. De un lado a otro se mueve Marisabel omo un péndulo. Como un péndulo! El péndulo es símbolo de la duración. Tic tac, tic tac, tic tac. El tic tac del reloj, el tic tac de nuestro corazón, el tic tac de los mundos transitorios. El tictac de la mujer amada que hoy es y mañana no es! Lucena mira a Marisabel y se siente invadido por una onda de ternura. Se levanta y se acerca a la casa. No me llevaste al cine. Está bien!
dice Marisabel con acento mimoso y quejoso al recibirle en la escalera.
Se sientan en la sala junto a la lámpara, que da una tenue luz. En ese momento llega Horta, que, por lo visto, ha estado también de paseante nocturno, como los cocuyos. No me llevaste al cine repite Marisabel. No me llevaste, y ahora me tienes que contar el argumento de la película. El argumento de la película. Bah. Cuál es el argumento de todas las películas? El amor. eso te contraría. No, no me contraría. Pero a veces debieran abordarse otros temas. En la variación está el gusto. Cómo es eso. Que en la variación está el gusto? 1A ver. ver! Explique usted el sentido de esa frase exige Marisabel entre broma y serio, adelantando su busto hacia Lucena.
Lucena y Horta ríen. He querido decir que el cine debiera abordar los demás temas. Podría reproducir las obras maestras de la literatura. Pero deLa sangre tiene corazón alegre y corre bulliciosa cual la fiebre.
2n vaporosos círculos de danza; Era su corazón áurea colmena, suavidad olorosa, fresca poma, y un venero de amor río de aromaaía de su alma noble y buena.
y sube a nuestro canto, emocionada, y deja al deshojarse, honda balada, y muere como muere la esperanza. VIII 44.
LA RISA, UN MODO DE CLARIVIDENCIA Por Luis Villaronga. En el Rep. Amer. Jorge Lucena ha estado esta noche en el pequeño cine de Voladoras. Luego, el escritor ha recorrido a pie, a través de la gran noche estrellada, la distancia que separa al poblado de Voladoras del rincón veraniego de Piedras Blancas. Cuando Lucena se acerca a la casa. nota la forma esbelta y grácil de Marisabel. que se pasea por el balcón. Le está esperando. Lucena siente el deseo de estar solo por más tiempo y se sienta en el ribazo enmedio de la vasta sombra de la noche. Es el momerto grande de la marea alta del espíritu. quietados los nervios por la sedancia de la hora nocturna, dormidas las pasiones, el espíritu recobra su plenitud. La quietud y el silencio favorecen la insulación del espíritu.
El espíritu se aisla y alcanza la máxima posesión de sí mismo. Sentirse a sí mismo, cuando se está libre de cuidados y preocupaciones, es el goce supremo del artista. El espíritu se contempla a sí mismo en la vastedad del Universo y en la magnificencia de la noche. esta degustación lenta de uno mismo es una embriaguez como cualquiera otra. Se siente gozo, ternura, fiebre, exaltación. Pero todo interior, callado, silencioso, sin que se mueva un solo músculo del cuerpo. La procesión espléndida, exquisita, inefable, de las emociones va por dentro. Por eso el artista, en un parque, en una retreta, en la calle, puede darse. inadvertido el gusto de una gran orgía espiritual. Su gozo es mayor que el de toda la gente de la plaza. El goza por él y por todos los de la plaza. Cada cual, en la plaza, experimenta su gozo particular; el artista experimenta el gozo de todos, el gozo de la tarde soberbia, el gozo de la gran noche estrellada. Cada cual, en el parque, se goza con su ilusión del momento; el artista se goza con la ilusión global, inmensa, de la vida poderosa. El burgués, mientras oye la música, acaricia su proyectito de amor, de aventura, de dinero; el artista, en cambio, siente en ese momento la formidable síntesis del arte y Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica