Joaquín Gutiérrez

162 REPERTORIO AMERICANO ANILLOS mas nunca tanto como para impedir que cojamos un garrote para defendernos de los (En el Rep. Amer. cuervos. Reitero, de la raíz romántica salta Escribe: EDUARDO JENKINS DOBLES la vida.
Propósito: De cuando en vez me propon robarle su última gota de sangre, y vuelven Pero, señor, una cosa es ser romántico de go publicar artículos que, bajo el nombre luego a recostarse componiendo nuevas cepa, de talón a cabeza, una cosa es desde Anillos y como tales, circunscriban odas, aéreas o venenosas. estos hay que angrarse con alegre amargura y mística alguna dimensión de arte o de ciencia. derribarlos.
fiereza, por extirpar los cánceres y colocar Puede que estas meditaciones acierten, En verdad, que el mundo está plagado de las frutas en su sitio, sencillamente porque como se proponen.
estos soñadores vagabundos o perjuros. Pero se posee un corazón transido, y otra cosa EL ROMANTICISMO se necesitan soñadores vaga mundos, rompe muy diferente es el romanticismo de cartemundos, los que hagan hervir los paisajes lón, inútil en el caso de la pobre alma de SU LUZ, SU SOMBRA, ANTE MÍ.
en los cuatro puntos cardinales con su voz Si algo quiero que me habite, es el roDios que no ve más allá de cuatro varas, o grávida y honda, clarividente. Los que emmanticismo. Si algo quiero arrojar de mí, pujan las cosas adelante. Profetas y apósperverso en el caso del romántico perjuro, es el pseudo romanticismo. Si algo detesto, negociante.
toles.
es el romanticismo perjuro. El primero es Ciertamente, el fermento romántico es lo Guardeme la vida, digo para terminar, una raíz; el segundo, una corteza; el tercero, que nos mantiene en pie. Lo que también de cambiar janás el puñal romántico que una cortina de humo.
se llama inspiración. Lo que nos vuelve hoy quiero por una almohada.
Distingámoslos.
puros, impetuosos, aún tal vez ingenuos, University of Florida, setiembre de 1947.
El romanticismo verdadero suda vida constante. Guarda el sueño y desdeña el sueño, es decir, sueña siempre pero nunca HA MUERTO MAX JIMENEZ duerme. Soñar dormido es sencillamente una estupidez. Yo llamo estupidez lo que (De El Tiempo. Bogotá, 1X 47. no sirve para nada. Pretender soñar es una Por el Repertorio Americano, con tardan de los libros menos trillados, El Domador traición.
za ejemplar, me entero de la muerte de Max de Pulgas, es también suyo. El título y la El romanticismo verdadero sueña des Jiménez, nombre literario de quien en vida indole de este libro traen a mi recuerdo el pierto. Esto es lo necesario. Un sueño que corriente fue Maximiliano Jiménez Huete. título y la indole de otra obra Centroame ponga motores en las manos de la gente y Las agencias cablegráficas se curan poco de ricana: El hombre que parecía un caballo, cave auroras en sus corazones. Esto lo lo que desaparezca un gran escritor. Más les del gran Rafael Arévalo Martínez, gloria gran sólo los sueños que se amasan en lo interesa inventar un infundio escandaloso de Guatemala. El de las pulgas y del cabaamargo y a los que se les ponen alas vigo y salirse, luego, por las peteneras de la ofi ballo practicaban un género de zoología hurosas. Yo entiendo por amargo lo entraña ciosidad y lo impune.
mana, poco común, absolutamente origible, lo lealmente hondo, lo que despierta Era Max, insigne costarricense, un hom nal.
reciales en el alma. Llamo viajero a lo que brachón alto, grueso, melancólico y mordaz, En Europa, en Nueva York, en Chile, en vuela no con el viento sino dentro del vien dueño de todas las artes, pues lo plástico le Buenos Aires, en todas partes a donde su to; a lo que peregrina y se calcina en lo convenía tanto como lo literario. Andaba por inquietud le llevara, Max Jiménez dejó una sub terráneo y en lo sub celeste.
el mundo con su carga de explosivo y crea larga e hirviente estela de expectativas y Los que gastan su vida fabricando sue dor aburrimiento, sembrando inquietudes reconocimiento. Hablaba con voz bronca y ños etéreos, cortezas, podrían evitarse ese y amistades, en su saldo de lo inverso, que fuerte. Nunca opinó a la sordina. Rociaba, costo. Estos son los románticos de cara es lo indispensable en tales menesteres. Acaes cierto, con alcohol mucho de su pensamelo, los vasallos de la luna pálida, las ro baba de publicar Revenar cuando nos en miento y decires, sin que el desequilibrio le sas aromáticas, los cirios mortuorios y las contramos en Chile. Dispendioso de talento hiciera incurrir en otros extremos que los gracias divinas. Son los que memorizan y dineros, reunía a su vera una Corte de los que su propia sobriedad le autorizaba de precisamente todo lo que niega la vital e Milagros. pero con talento. Cada novedad mañana. Fué el contertulio de todas las indestructible fuerza poética, los que asis era un convite a su inquietud. Dibujaba trastiendas de librerías, locales de exposicio ten a las conferencias de cuanto imbécil linóleos, xilografías, grabados, y acuñaba nes, peñas de artistas y tabernas letradas de logra treparse a una tribuna. Los que fre poemas y novelas. Su exposición escultóridonde quiera estuvo. Convencido de las pocuentemente se casan con las niñas ricas. ca en París llamó la atención. Joaquín Gu sibilidades de la Unesco, le consagró parte Los que se titulan soñadores, muy lamen tiérrez, otro gran escritor centroamericano, de sus últimos desvelos. No sé si en relación tablemente equivocados, y se horrorizan recuerda aquello con emocionada ternura. con ella andaba en Buenos Aires, nuevacuando el artista genuino ruge delicadezas Como no sienipre suelen ser muy generosos mente, cuando le falló su eterno enemigo: o cincela violencias. Para ellos, la vida con los colegas, Max compensaba el esfuerzo de el corazón. Se murió durmiendo, dice uno siste en tenderse bajo los árboles, cerrados la admiración profesional con algún ágape de los exégetas de su ausencia. Habria que los ojos a la tragedia que a su vera crepita, sorprendente. No admitía aduladores. Tra completar la frase de esta manera. porque modulando beatíficos cantos. éstos debe taba de hacer grata la compañía de los amivivió soñando.
enseñárseles otro oficio, tal como el de arar gos.
la tierra o el de aprender cómo se maneja La más hermosa de las novelas costarriLUIS ALBERTO SANCHEZ un radar. Algo en lo que puedan rendir censes se debe a su pluma: El Jaúl. Uno Lima, Agosto 12 de 1947.
fruto.
Luego están los románticos perjuros, los que explotan la poca profundidad de la gente promedio, o su poco cuidado, para hacer negocio o cometer crímenes, detrás de su romántico cortinaje. Son los que se tienden a la sombra del mejor árbol, pero no duermen, simulan, y se levantan cuando algún desposeído pasa por el sendero para Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica