REPERTORIO AMERICANO 219 LOS LIBROS REQUIEM. DE HUMBERTO DIAZ CASANUEVA (En las ediciones de Cuadernos Americanos. México. 1945. El dolor ha sido, en todos los tiempos, la fuente mayor que acción, con apoderamiento vital y magnífico, se acerca y maneja los ha alimentado la sed inapagable del hombre que crea, del artista. Pu temas básicos y eternos del amor y la muerte, con intuición esturificándose en su interno fuego, el hombre, el poeta, logra expresar penda, alucinada: estados cercanos a lo inefable. En toda la historia del arte hallaremos que es el dolor forma aguda del más entrañable amor lo que ¿A quiért pedir. quién decirle?
mueve al hombre a dejar huella de su paso perecedero, lo que le no la apuren, ha sufrido tanto y luego puede acerca al infinito.
vivir dentro de la muerte sin mirarnos.
El dolor, expresando la angustia de la muerte, posee en el hisHe de buscar un monte, una ribera, una piedra de ermita torial de la poesía las más bellas y sentidas páginas. Este es el caso salvaje en que yo pueda estar solo, de pie en el éxtasis de la del poeta chileno Humberto Díaz Casanueva: el tema de la muerte noche inmensa, de su madre, le hace arrancar quejidos y lamentos de agudísima desolo frente a los alambrados acechando a los guardianes en sesperanza. El ambiente bíblico del poema, se mantiene encendido. sus rondas, llameante de duelo profundo.
lamido por silenciosos animales, rondando por los sueños de El tema del dolor y la muerte confundidos estrechamente los niños le hace al artista, al poeta, arribar a la zona de la más alta sinceriy vea pasar claramente el carro entre las estrellas, la palma dad. Allí ya no cabe el fraude, el truco lírico; allí la verdad se da que te conduce ancha como firmamento.
desnuda y virgen en el aliento de la poesía: llorar, nada más que llorar, ver como te pierdes en el mar, como una llamarada entre los témpanos. Ay, ya sé por qué me brotan lágrimas! Por qué el perro y sentir que permaneces, sin embargo. no calla y permaneces como una respiración contenida en la tierra, araña los troncos de la tierra, por qué el enjambre de abejas llorar y esperar que pasen los años me encierra y de la cara en llanto salga un destello y todo zumba como un despeñadero y un dia venga mi hija corriendo entre la yerba y me y mi ser desolado tiembla como un gajo.
muestre la granada vertiginosa, la paloma encendida, el Ahora claramente veo a la que duerme. Ay, tan pálida, su sueño arcano cata como una que renace del fondo de la tierra!
nube desgarrada. Ay, madre, alli tendida, es tu mano que están tatuando, Los cantos que integran tan hermoso poema están conmovidos son tus besos que están devorando.
del mismo intenso duelo, del mismo sostenido pavor. La poesía, no ¡Ay, madre. es cierto entonces? te has dormido tan decae sino se mantiene esbelta, erguida, victoriosa. La poesía, en Ré profundamente que quiem, es victoriosa sobre la muerte. Ella le permite a poeta, azotado has despertado más allá de la noche, en la fuente invisible por vientos de furia, rehacer la imagen de la madre perdida, resca y hambrienta? tarla del sueño de la muerte. En su lucha apasionada contra el olviHiéreme, roh viento del cielo! con ayunos, con azotes, con do, el poeta, sumergiéndose en la otra realidad del sueño, nos logra puntas de árbol negro. entregar una imagen nueva, rejuvenecida de la que le dió la vida.
Hiéreme memoria de los años perdidos, trechos de légamo, Esta vuelta hacia el origen, hacia la fuerza primera, elevándola en yugo de los dioses. magníficos cantos, es la más ardua prueba de la lucha que sostiene el poeta amparándose en la poesía, contra la muerte.
Ante las oscuras fuerzas de la destrucción y del aniquilamienLa poesía chilena, que cuenta ya con varios seguros nombres.
to, ante el horror del mundo, el poeta, por medio de su magia an se enriquece nuevamente con el diáfano acento de Díaz Casanueva.
gélica, opone el reino deslumbrante del amor. Una magia milena Su obra, como la de José Gorostiza nos permite adentrarnos en el ria y desconocida le agita en su raíz más honda: por ella le es dable abisma sin fin, en el más allá siempre fresco de inédita sombra. Vicrehacer, sirviéndose del embrujo de la palabra, la realidad que le ro toria de la poesía sobre la muerte; rescate vengador que acrecienta su dea. Ante el asombro del mundo que vive en perpetua agonía, mu inapagable sed, su nítido fulgor, alumbrando su misma acongo jada riendo y amaneciendo sin cesar, él, como cantor y actor supremo, esperanza!
como espectador absorto, testimonia la cambiante marca de los días.
Raúl LEIVA.
Ante la muerte, su nostalgia se ramifica y conduele, asomándose.
llama viva, a lo ignorado. Como iluminado de la pasión y de la (De Revista de Guatemala. Nº Julio Agosto Setbre. 1945. LAS CUMBRES DESOLADAS. DE MOISES VINCENZI. Envío del autor. abruma. Al piélago de la vida, en medio del cual el poeta, con más fe que la de Poe, exclama: Mas aunque el hombre se ofusca como en verano en estío, algo es algo en el vacío que la razón no pregunta. Aguilar Machado.
San José, noviembre de 1947.
Profano como soy en las naves del cristalino templo de la Poesía, ascendí a las Cumbres Desoladas, de Vincenzi, con temores. ¿por qué no decirlo. con la timidez del neofito en los legendarios y austeros centros de esotéricas iniciaciones. Ascendi aquellas cumbres, eso sí, con la devoción que profeso al privilegiado cerebro del pensador que en más de cuarenta producciones de variado género y densidad uniforme, ha lanzado, aquí y allá, regueros de luz. La luz purísima de sus impulsos creadores, en gesta perpetua de milagros de arte y de pensamiento!
Un libro de versos, para alterar la nociva inquietud del ambiente. Poca cosa, dirán Intrascendente novedad. exclamaran otros. los demás, aquellos que deambulan por esas calles de Dios, sin un destello en el alma, se encogerán de hombros, o harán sonar, como un cascabel de carnaval, su escéptica carcajada de aburridos disconformes. Po bres almas las suyas!
El país que espera, el que cree y crea, está ahora de placemes. Nuestro filósofo Vincenzi, ha engastado en un fino collar no po.
cas gemas que, al convertirse en versos, han dado de sí un libro de poesía, de excelente poe.
sía. Es la poesía de quien describe, con la misma mano maestra, el paisaje interno y el de afuera, lo que brota de lo más recóndito del alma y lo que palpita entre la convulsión prodigiosa del cosmos. Poesía completa y circular es esta. Entrelazados espíritu y naturaleza en la excelsa comunión de sus mejores reservas, alcanzan así esa unidad vital que sólo es atributo de quienes como Lucrecio o Goethe, lograr fundir el haz del universal milagro. Este mismo haz es el legado que ahora hace el pensador Vincenzi al poeta Vincenzi. Péndulo y Nunca, entre otros poemas, vienen en apoyo de este juicio. El primero de esos poemas, adéntrase en la interna lucha, que es admirable, del artista. El segundo, arrebata al poeta de esa lucha, para lanzarlo al mundo que unos.
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