REPERTORIO AMERICANO 29 El libro se nos instala definitivamente en las manos hasta no darle fin a su lectura y ni las gentes que hay en él, ni las gentecillas son tan apreciables o tan despreciables respectivamente, como para que en el paratigón que vamos haciendo al margen de aquélla no vengan a resultar los últimos de primeros. Porque deja esta lectura en la conciencia una disposición reinvidicadora que transforma al fin de cuentas el signifi cado del despreciativo.
Mantiene nuestro interés el valor narrativo de la obra, el continuo decir, relatar, exponer lo que indudablemente fue visto, pero también penetrado hasta lo hondo en el énfasis fuerte de lo tormentoso, de lo cruel y desgarrante. Liberado de argumento, carga inadecuada para un alto vuelo a lo moderno, no puede darse en Gentes y Gentecillas tramas, ni peripecias episódicas que a través de muchos vericuetos desemboquen en desenlace. La obra hace pensar, discriminar de modo que el esfuerzo mental no se desperdicia en hilación, interdependencia de situaciones ni relación novelada de personajes. Lo que antiguamente se llamaba figura principal o protagonista, se redujo a expresión mínima. Jerónimo, que sería una especie de héroe rudimentario, entra tarde y modestamente en el libro, sin estruendo y con su humanidad de proporciones normales y corrientes, con las virtudes y vicios de todos, con cualida les y defectos igualmente legitimos y sin pretensiones de superación. No es más que el hombre utilizable para condensar en núcleos álgidos, cuidadosamente puestos, tanto en la obra como en su propia alma, la reacción, el impetu o el destello que pueden ser de temor o de rabia, de temeridad o esperanza, de ingenuidad, indignación o blasflemia, pero siempre y fatalmente como fenómenos aislados y ocasionales que interrumpen de manera parcial el ambiente eterno de la desesperanza, el hastío, la depresión angustiosa del gran drama indoamericano. La obra de Fallas no viene a ser otra cosa que el fragmento centroamericano. la West Indian Division correspondiente de ese drama.
Pero localizando a Jerónimo con mayor rigor, nos interesa porque es una caracterización fiel del costarrieense, del hombre.
pueblo o del Juan de la calle tico.
Su actitud empírica ante la vida que es muchas veces fracaso y acierto pocas, la acumulación en tan tristes experiencias de ese pesimismo y desaliento que ahogan toda posibilidad de fé y de protesta, dejan como un óxido en el ánimo la burla y la apática indiferencia. Nuestra posición negativa, resiguada, tradicionalista y rutinaria, tipica de una ausencia de análisis que en formulación de causas pondere y determine los efec.
tos, sometiéndolos, examinándolos, aceptándolos en transitorio y no en definitivo, sin ofuscarse ni perder la confianza en las propias y fecundas fuerzas, está patentizada en esta obra porque Jerónimo no halla GENTES GENTECILLAS, POR CARLOS LUIS FALLAS Escribe EMILIA PRIETO (En el Rep. Amer. y mueren, Sólo, alguna vez, la alta presión de la angustia podrá, cuando más, arrancarle a algún don Concho una blasfemia estéril e intrascendente. Somos pobres, y a los pobres hasta Dios los desprecia y los humilla!
Con el éxodo de Jerónimo hacia tierra fronteriza, con una determinación de ausencia y de destierro en su trayectoria deambulante, llega la obra lógicamente a su fin o extinción natural.
Hay a no dudarlo talento en el plan. El autor sabe muy bien lo que hace, lo que quiere y lo que dice. Pero este decir, de una graciosa agilidad festiva, persigue como tábano zumbón e implacable al monstruo negro del dolor. La realidad es la realidad y hay que afrontarla serenamente, adu gallarda y airosamente, porque es de hombres no caer en lamentaciones. Rasgarlas cortinas de humo que cubren esa realidad, levantar Baixech los velos que la ocultan, depurarla ante nuestra visión honestamente sin tendencia ni parcialidad ostensible, sin indiscretas reCarlos Luis Fallas ferencias inoportunas, ni previa intención o ulterior cálculo, es uno de los grandes méritos de la obra, si se quiere tan grande esa salida lógica hacia ellas, se acoge al como el de no haber ahogado en la concienequívoco recutidero escéptico, neutral, concia lo que con nuestra «vista gorda todos formista, imprimiendole rumbo Sur a ese disimulamos un día y otro hasta volvernos cruel destino de los desheredados y los pacómplices.
rias que molidos a golpes por una vida inLas cosas vívidamente expuestas así, en fame y con el dolor preudido en la carne el relato claro sencillo y sugerente, son docomo una ascua, no son capaces de elevar, cumentación auténtica sobre la que el lector los hechos a la justa categoría de fenómehará un juicio hacia cuya justeza está hábilnos mostruosas y absurdos ni de iniciar una mente predispuesto. Por ejemplo, el relato de clasificación de factores que empiecen a esSecundino a propósito de su trágica reliquia establecer algúu tipo de orden razonable y la historia de este personaje de la obra, dentro del pavoroso caos social en que viven nos recuerda clara y fielmente a Aquileo.
pero sin embargo lo que hace que Fallas sea otra cosa distinta a nuestro eximio poeta, es el intenso y apasionante contenido de las entrelineas, el pulso vivo y palpitante que hay en ellas, la tesis vigorosa que, valiéndose de los renglones blancos, como si fuera una nueva técnica, plantea el autor sin rerurrir jamás a una sola letra impresa que trascriba esa tesis en caracteres legibles. sin quedarse impavido ante la bufa superficialidad aparente de los hechos, se ingepia para hacernos oír el inconfundible ruido siniestro de las subterráneas corrientes determinantes.
Luego, cuando ríe lo hace con más autoridad, con un nuevo y más amplio y más fecundo sentido humanista, ya que aporta en la reconstrucción del verdadero ridículo los ricos materiales que hay en Quevedo, en Eca de Queiroz o en Daumier.
No incurre pues Fallas en la candidez de mentar zogas en Nuremberg. Para qué lanzar ante la herejía e incredulidad nombres Precio del ejpr. en el exterior: dólar.
de santos como margaritas a los cerdos si lo Pidalo al Adr. del Rep. Amer. Correo, Letra que hay que explicar solamente y por ahora San José, Costa Rica.
son los milagros. Es lo patente del milaGENTES GEATECILLAS Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional. Costa Rica