156 REPERTORIO AMERICANO COMENTARIOS UN LIBRO CUBANO de intemperie. en fin, algo cuyos elemenDE ESENCIA CRIOLLA los dominantes acaso pudieran hallarse en ta procura de la intimidad sombría contra (Trinidad de Cuba, por Esteban Antonio de Varona. Nota preliminar por el enemigo sol, en la mezcla de una chatez Lydia Cabrera. Ilustrado con cien fotografías inéditas y originales del humilde de pueblo pobre con cierta espaautor. La Habane, octubre 1946, primera edición: Enero, 1947, segunda edición. Encuadernado. Editorial Alfa, Reilly 357, La Habana. ciosidad de suelo y puntal, para acrecentar el oreo contra el enemigo calor, y en la adLAS ESENCIAS CRIOLLAS ministración correspondiente de huecos y. Glosas. de Diario de la Marina, La Habana, de diciembre de 1846. cristales para no dejar pasar demasiado la Es un gozo visual y, si se quiere, patrióti fuerzo si algún día un arquitecto nuestro, enemiga luz, con cuyos estragos luchaba la co sólo hojear aún antes de llegar a leerlo (cascarillas de nuestras abuelas.
que fuese a la vez un poco sociólogo, un el libro Trinidad de Cuba, que publicó ha poco filosofo y un poco literato, intentase el En todo caso, cualquiera que sea su logos, ce poco el doctor Esteban de Varona y análisis espectral de lo criollo a través de lo criollo más genuino nos parece verlo ahí.
que, por misterioso extravío de su dádiva esos genuinos espectros del tiempo viejo que no exagera Lydia Cabrera al decir que primera, hasta ahora no ha venido a las aún nos quedan. Se contemplan algunas eso nos conmueve. El libro cscribe ella manos a que estaba destinado. Gracias le de estas fotografías y se advierte que la está hecho (sin supercherías, con una sinsean dadas por el doble regalo!
escena de ellas la casa, la calle, el patio, ceridad que hace patente la despreocupaVisual es por lo pronto el deleite, porque la torre todavía no acusan el momento es ción absoluta de originalidad forzada que las fotografías de Trinidad que principal tilístico diferencial Lo mismo podría ser lo se advierte en estos documentos, y que sómente componen el libro hecho, además, representado una casa castellana, una calle lo aspiran a conmover con la verdad. Pero de un justo y delicado prefacio de Lydia de la Mancha, o un patio o torre de la An. qué género de verdad? No sólo la verdad Cabrera y de notas históricas y descriptivas dalucía que quiso dejar de ser mora para material de la cosa, que la cámara ha capdel propio autor) son bellas fotografías, en acomodarse a los aires del Renacimiento. tado, sino una verdad impalpable, de auque la villa incomparable resulta captada en Ahí está todavía la matriz hispá aica tal cual.
reola espiritual, de alusión a un complejo imágenes a la vez típicas e insólitas, subli Pero hay otras imágenes del libro las superior de imágenes, de intenciones, de vamándole en ángulos de sorpresa sus lugares más en que se cree ver surgir ya lo difelores.
comunes. patriótico, porque es como si rencial criollo. Es el colgadizo umbrío de a través de esa documentación gráfica tocá la casa de La Barranca. por ejemplo, o ¿Es que sólo nos deleita eso por la mera ramos la sustancia de lo criollo, de aquel algún interior del hidalgo palacio Brunet, o fragancia arqueológica, o por ese sentimienestilo de cosa y costumbre en que concluyó la salona espaciosa y de alto, puntal de los to vacante de nostalgia, según el cual «todo la tradición española con la exigencia tropi Iznaga, o la mampara de colorines adivi tiempo pasado fué mejor. Qué misterioso cal.
nados y de filigranas, o la ventana de pa sentido tiene lo antiguo, que tan fácilmente ¿Qué acentos peculiares, inconfundibles lo (que yo nunca vi en España y que debe tiende a hacerse valor estético. por qué da ese cruzainiento? Valdría mucho el es ser producto de tierra generosa en maderas el estilo, en que a veces cuaja, además de simplemente gustarnos cosa del paladar artístico, nos conmueve, que es más bien experiencia moral? Los materialistas historicos dirían que la razón es clara: estas co«conmueven) solamente a los que tenemos la nostalgia de do colonial. Una de sus burdas simplificaciones. Más atinado sería decir que nos emocionan porque aluden a lo que sentimos como la miz de nosotros mismos, aquello que nos da antecente, sustancia y continuidad en el tiempo y por lo cual no somos meras improvisaciones de cultura.
Lo tonto es suponer que la estimación de eso esté en ningún sentido reñida con el espíritu de progreso, con la vocación de porvenir, con el ansia de perfil propio sobre el fondo común. aquela tradición españ la extremeña castellana, andaluza le hemos ido y le seguiremos superponiendo nuestros propios acentos. El primero, ese inexorable del clima, que nos invita a ser más abiertos y empinados, menos gente telúrica y más gente aérea, menos dramáticos y más luminosos. Después, el acento étnico de lo poco indio y lo mucho negro que se mezcló a aquella sustancia, y que nos lleva a sutiles combinaciones de simplismo ingenuo y de énfasis plástico y cró.
mático, de lasitud y de magia. Finalmente, el acento de tierra que ha ido pasando por trechos de aventura, de utilitarismo provisional y, finalmente, hasta ahora, de angustiosa y torpe creación.
Con todo eso y más se va formando la En Trinidad de Cuba, Esteban Antonio de Varona, tras el encanto de la Cuba del futuro, que algún día se acercará poesía en las huellas del pasado, ha recorrido un itinerario de siglos. Féa lo definitivo en la medida en que lo hislix Lizaso, en el Boletin de Informaciones Culturales del Ministerio de Educación de Cuba, Enero Febrero, 1947. tórico puede acercarse; pero en el principio, Si nos BAIXEN Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica