REPERTORIO AMERICANO 183 LOS INDIOS DE COSTA RICA Por Doris Stone. Atención de la autora, en San José de Costa Rica. Para quienes conocemos el país en su geografía o en cualquiera otro de sus aspectos, el tema Los indios de Costa Rica, constituye una verdadera interrogación.
Desde luego la existencia de indios en Costa Rica data desde muy remotos tiempos y llega hasta la actualidad; así nos lo informa su geología y su historia y actualmente, el hecho enterrados en tumbas hechas de piedras alinealo señalan los programas oficiales que en bien de los indios se están impulsando.
das, especialmente en el litoral del Caribe del país. Estos variados objetos expresan por sí Desde el punto de vista de la arqueología, mismos su empleo, ya son simples adornos o Costa Rica es fabulosamente abundante en ya son ofrendas o representaciones ceremomagníficos objetos de oro de hechura inmejoniales.
rable. Es curioso que en un país en donde liEn el Suroeste, sin embargo, aparece un teralmente no se han encontrado hasta hoy, elemento misterioso, tan notable y relevante en minas de oro de verdadera importancia, abunsí mismo, que hace impenetrable su misterio de en piezas de este metal de manufactura prepor cuanto no ha habido hasta hoy una excolombina. Hay piezas de éstas que figuran plicación satisfactoria de su presencia. Nos repersonas, animales, aves, reptiles y peces, así refimos a un conjunto de esferas de piedra, como también ciertas orquídeas silvestres; otras perfectamente talladas, o mejor dicho, bolas son pectorales, diademas, anzuelos, etc. todas redondas de sólida roca, cuyas dimensiones vayacen esparcidas en el suelo o en antiguas tumrían entre cinco y siete pies de circunferencia.
bas, en las sinuosas laderas de las colinas. En lo que es más asombroso aún, esas bolas no menos de cien mil dólares puede apreciarse el metal de oro de las figuras que se han exse encuentran hacinadas en una extensa planicie, en una región en donde, a excepción de traído de un sólo cementerio indígena, situado en el suroeste del país, y esto sin tomar en algunas rocas pequeñas del río, no hay piedras de gran magnitud en estado natural. pesar cuenta su valor arqueológico. Aun hoy a esta de su tamaño y de su enorme peso no conocesección del Pacífico, en la Península de Osa, se nios ningún relato de la época colonial o prellevan maquinarias y técnicos expertos para colombina que se refiera a ellas y menos aún del extraer oro de las arenas del mar cuando baja objeto de las mismas. Cuando a los actuales la marea, oro en polvo y, ocasionalmente, obindios de esas regiones se les interroga acerca jetos del mismo metal.
de esas bolas de piedra simplemente se encogen ¿Qué significa todo esot? En todo tiempo de hombros y apáticamente responden: sael arte de la metalurgia ha sido muy apreciado: ber.
desde la primitiva civilización europea y asiáDejemos a los arqueólogos y a la meditatica hasta nuestros días. En América alcanzó ción de los visionarios la explicación de este su más alto desarrollo en el Sur, en la relatihecho prehistórico, tan desconocido y en parvamente poco conocida cultura de Colombia te inexplicable.
y en la magnificente altiplanicie peruana. PoLa conquista de España trajo a Costa Risiblemente, como un primitivo despliegue haca otros problemas y grandes conocimientos.
cia el Norte, o también como resultado del coHubo un nuevo concepto de los valores y un mercio o de la emigración de las tribus, el arte tipo de civilización que no fué comprendido ni de la metalurgia, complicado con el empleo tampoco asimilado por los indígenas de aleaciones de cobre y hasta de diferentes claEn cierto sentido parte de la tragedia de ses de oro, en una misma pieza, llegó a terriCosta Rica consistió en que los primeros colotorio de la América Central y se instaló en la nizadores, que llegaron tras los conquistadores parte occidental de Costa Rica, desde donde a trabajar las fincas en su propio beneficio (al fué disminuyendo en importancia conforme igual de lo que aconteció a los padres peregriavanzaba hacia las regiones occidentales, fuera nos que poblaron Nueva Inglaterra) no tuvieya de los límites de la república.
ron esclavos. No se hicieron ricos de un día Los adornos de piedra verde constituyen además otro aspecto singular de la prehistoria de Costa Rica. Hechos de fluorita, talco, cuar El traje hace al caballero zo yn de jadeita (jade americano. estos ornamentos se encuentran en forma de collay lo caracteriza res, en figuras parecidas a las de oro, o como la SASTRERIA reproducciones en minatura de utensilios de uso doméstico cotidiano, tales como vasijas, hachas, cascabeles y aun máscaras ceremoniales.
Las figuras de jade están talladas y pulidas con de FRANCISCO GOMEZ e HIJO instrumentos de piedra y mediante el empleo le hace el traje en pagos semanales de arena fina. diferencia de los objetos de o mensuales o al contado. Acaba oro, los jades se encuentran concentrados en el de recibir un surtido de casimires Oeste, muy lejos de la América del Sur y haen todos los colores, y cuenta con cia la región de la cultura mexicana, que se exoperarios competentes para la contendió hasta las cercanías de Nicaragua y más fección de sus trajes.
cerca aún de la misteriosa cultura Maya situada en la parte occidental de Centro América.
Especialidad en trajes de etiqueta Pero no es sólo el hallazgo de pequeños Tel. 3283 30 vs. Sur Chelles objetos lo que hace interesante el pasado de Paseo de los Estudiantes Costa Rica. Rostros de piedra y figuras, másmarcas individuales características, Sucursal en Cartago: todos estos objetos cuidadosamente confeccio 50 vs. al Norte del Teatro Apolo.
nados, se encuentran esparcidos en la selva o para otro con el trabajo de los indios, como ocurrió en los grandes virreinatos de México, Guatemala y Perú. Las fabulosas minas de oro que en Costa Rica no existían, contribuyeron a crear esta situación. El español llegó a Costa Rica a sembrar su propia tierra, a vivir, a trabajar, en la misma forma en que lo hacía en sus solares de la Madre España. consigo trajo sus vacas y las carretas pintadas con que nos heredó. En el proceso de su afincamiento fué matando a los indios de las regiones altas en donde el clima templado les recordaba el de la Europa meridional. así los indios fueron desapareciendo hasta su total extinción en la Meseta Central. En rigor el colono adoptó un procedimiento de absorción que vino a terminar en la actualidad, procedimiento en mucho semejante a lo que sucedió en la historia de Nueva Inglaterra.
Con la desaparición de los indios en las regiones altas, desapareció también su cultura y desaparecieron sus artículos alimenticios. Es curioso, pero todos esos recursos alimenticios llamaron la atención de aquellos prominentes caudillos de la conquista, como Juan Vásquez de Coronado, el padre Juan Estrada Rávago y fray Agustín de Ceballos. El árbol del pimiento, el árbol cuyo fruto sirvió para aliviar jaquecas y dolores, desempeñando el papel de la aspirina de nuestros días; la hoja que se empleó como sal, cuando ésta no podía conseguirse y así como los anteriores, muchos otros recursos alimenticios desaparecieron, habiendo sido del conocimiento de aquellos colonizadores. La mayoría de los colonos no podía conseguir sus artículos alimenticios de España; la pimienta y en general las especias de las Indias Orientales sólo estaban al alcance de los potentados, reyes y nobles, y por lo tanto eran inasequibles para los pobres colonos.
Lejos de la Meseta Central, allá en la ardiente humedad de la costa y en las poco conocidas selvas del Sur y del Oeste, los indios fueron a plantar sus rancherías, precisamente en lugares en los que difícilmente pudieran penetrar los conquistadores. En efecto, hacia las postrimerías de la época colonial, pocas incursiones se hicieron en la región de Boruca, en donde se tejían preciosas mantas de púrpura propias para reyes o papas; ni en las serranías de Talamanca, donde la existencia de legendarias minas de esmeralda y de oro fué trasmitida de los labios de los padres a los oídos de los hijos.
Más adelante se hicieron pequeños esfuerzos para abandonar la Meseta Central y hasta los prinitivos colonizadores, establecidos en el Suroeste de la Península de Nicoya, se fueron esparciendo hacia el Norte en busca del agradable clima de las alturas.
En verdad, fué más bien la Iglesia y los dispersos aventureros que andaban tras el oro, los que persistieron en el mantenimiento de sus posesiones en el Este. Cuando en los siglos xvii y xviii, la bravia tribu de los Talamancas se levantó una vez más, después de que había sido vencida por la confusión de una conquista hecha mediante las armas de fuego, hasta entonces desconocidas del indio, y el terrible animal, el caballo, e incendió las misiones y los poblados de la región, asesinando a todos aquellos que no fuesen indios, ni la Iglesia ni el Estado se cuidaron de abstenerse de tan peligroso e innecesario intento de recolonización.
Había muchas tierras por doquiera en el país, tierras de mejores climas, más planas y menos quebradas por montañas. Se fijaron en que Chirripó, 21 pico más alto de Costa Rica, el segundo en altitud en Centro América, de unos trece mil pies, se encuentra en el corazón de Ta LA COLOMBIANA caras con Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica