Nazism

50 REPERTORIO AMERICANO Beba cervera SELECTA De malta y lúpulo. Echa el anzuelo, dijo el Peje Sapo, y salieron los arenques uno tras otro davdo brincos en la arena El Pescador los llevó a la casa, le dio uno para la mesa a su mujer, que lo salió a encontrar ciertamente, pero con una arruga honda en el entrecejo y el labio inferior un poco estirado. Son arenques, hijita, valen mucha plata, te compraré más cosas, dijo Rosendo.
Cetaron juntos, la señora sonrió mirando y cantó una canción extraña que jamás se la había oído el marido. Con el dinero de los arenques le compró zapatillas de charol, polvos, pintura y perfumes. Ella habló al recibir el regalo: Yo quería zapatillas de gamuza, estos polvos son de mala clase y el perfume es una porqueria.
Guardó todo en un cajón y sin despegar S, los labios le sirvió la cena, luego se fue a sentar en un rincón de la cocina. Era tal el silencio que había en la casa que podían buscar a su esposa encontrando nueva.
oirse los pasos de las hormigas merodeando polainas de charol con hebillas de oro, etc.
en los armarios. El pobre Rosendo tuvo esa La pescadora se puso a preparar la cena mente el puro esqueleto. En eso oyó el noche malos sueños y al amanecer le pesaba contenta porque vio que era un señor rico ruido del vuelo de un ave enorme. Salió al la cabeza. Se fue triste a la orilla del mar, y desde luego pagaría bien.
patio preocupodo en el momento que esta buscó al amigo Peje Sapo y le habló: Esta Más tarde, cuando ya dormían, se levantó caia. Vió que era como un gran cóndor y vez quiero langostas, pero muchas, para el forastero, entró al dormitorio del pesca que se paseaba de aquí para allá diciendo: dor y le echó unos polvos en los ojos. Al Con Dios y con María. En el mismo comprar unos zarcillos de brillantes y poder asi encontrar el alma de mi esposa.
instante se levantó el muchacho y vió que niomento va saliendo del cuarto el esqueleto Pescador! Pescador. dijo el Peje Sasólo estaba el esqueleto de su esposa cu con su ruido característico. crac. crac.
po. enojado, ten cuidado, el dinero hace bierto con las cobijas. Asustado la buscó mientras de una tina saltaban los músculos mucho ruido y espanta las virtudes que enpor todas partes hasta que cansado y triste y se iban colocando rigurosamente en su noblecen las almas. Pero tú lo quieres y ahí se volvió a su cama. El forastero le quitó lugar. El ave sólo fué una sombra que se los polvos.
desvaneció a la luz de la aurora. El Pescavap las langostas. Diciendo esto se hundió la mañana siguiente le contó a su es en su elemento.
dor lleno de espanto corrió a ocultarse entre posa: Vieras hija, qué sueño tuve. Vi tu Varias carretas fueron necesarias para lle.
suis cobijas. El forastero tuvo el cuidado esqueleto envuelto en las cobijas.
var las langostas al mercado. La pescadora de quitarle los polvos y de hacerlo dormir Mala digestión, dijo la Juanita, es que prestó atención al cargamento y calculó el profundamente el resto de la madrugada.
producto de la venta, apenas suficiente para vos comés mucho a la cena; hoy te daré. Vieras qué sueño tuve, dijo Rosendo comprar los soñados zarcillos. En el mercapoquito y haceme el favor de no contarme a su mujer, cuando sentados a la mesa desdo le dieron a Rosendo tanto dinero por las tonterías. Estaba tan enojada que no le ayunaban. Vi tu esqueleto vistiéndose con langostas que sobrepasó a lo calculado.
habló durante el día. Por la noche, vuelta los músculos como quien se pone la ropa. No lo gastaré se dijo. Lo llevaré a mi el forastero a ponerle los polvos en los ojos Cállate, no hables torterías, eso es mujer para que ella lo cuente y vengamos al Pescador y éste se levantó al instante a porque estás bilioso, déjame comer a gusto.
juntos a comprar lo que desee. De re le respondió la Juanita tan enoj da que greso en el camino encontró un viejecito se le qu rían saltar los ojos. Ese día a la harapiento y tembloroso que le pidió lihora de la cena sólo le dio agua dulce, con mosna llorando porque se le había muerto unas gotas narcotizantes para que no desla única hija y no tenía cómo pagar las cepertara en toda la noche; pero el forastero remonias fúnebres. Ayúdame, hermano, le puso los polvos temprano y así pudo ver le dijo, hoy por mí, mañana por ti.
ASUALES Rosendo a su esposa que aún dormia con Donde hay hombre no muere hombre su cuerpo completo. Al poco rato la vio replicó el Pescador y agregó: Aquí está levantarse, salir al patio y ahí dijo. Sin mi dinero para los honores de la muerta, Dios y sin Maria. al instante fueron cavete a tu casa y ruega por mí. En ese yendo los músculos dentro de la tina y el momento olvidó su propio sufrir y contento esqueleto volvió, crac. crac. a su lecho.
de haber enjugado las lágrimas del anciano, De las sombras apareció el ave graznando corrió a contarle a su mujer lo que había y levantó el vuelo hacia lo lejos. fun.
hecho del dinero.
fun. fun. Muy bien! Bonita cosa! dijo ella.
Rosendo estuvo en vigilia hasta altas hoUno aguantando necesidades para ver su ras de la noche; vió regresar el ave, la vió cinco, y otro que no es arte pi parte es el caer en el patio y la oyó repetir el estribillo: que lo goza. Tú eres nada menos que un «Con Dios, y con María. Salió en eso el calabazo seco. siguió habla que habla.
esqueleto, se vi tió los músculos, regresó al Por la noche llegó un caballero pidiendo lecho, se vistió las ropas y se dispuso a posada; montaba una mula que sólo se veía dormir. El forastero quitó los polvos al pes.
brillar de adornada con ricos arneses. El cador. Al amanecer, el pobre Rosendo no caballero llevaba pulsera y reloj de oro, Precio del ejpr. en el extsrior: dolar.
tuvo valor de contarle a su mujer el sueño Pídalo al Adr. de: Rep. Amer. Correo, Letra anillos con brillantes, espuelas de plata, San José, Costa Rica.
que, según él, había tenido esa noche. Por GENTES GEATECILLAS 11 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica