298 REPERTORIO AMERICANO PASTORAL don Joaquíu García Monge, Director del Repertorio Americano.
El olor de mis campos se vino aquí, conmigo, Había tanto cielo que le temió al olvido y en un árbol de infancia buscó sangre y asilo que los vientos no oreen, lejanos y enemigos, Yo no sé si existieron los campos que son míos.
Otros verdes del mundo no son los que yo digo, De hermosura gustada duelanse, fugitivos, que mis campos olian a un ademán querido, a un rostro, a una mirada que viven mientras vivo.
Paisajes de la tierra serán siempre mentidos: en ellos no se esparce el vaho campesino de un olor a vegazo meciendo el sueño mío.
San José Costa Rica, de setiembre de 1946.
MADRE DE LA TIERRA Los pasos de la india corretean caminos y le ven los volcanes, con su amenaza, al niño, que lo lleva a la espalda, de ojos encendidos, como bulto que fuera corazón perseguido.
El manto que lo envuelve de rojo y amarillo le tuvo igual la tierrapara vivir, en vilo, para su carne, rayas, para sus pies, caminos.
La india lleva fruto que nace sorprendido de andar sobre los lomos de madre terra abismo, sintiéndole los pasos, de América latidos, tan cerca, que es su seno la flor del polvo mismo.
Sin calma de ternuras detrás lleva a su hijo, como la tierra hombres sobre su costra, ergurdos.
Arrullo trajınante.
Que le orga el sentido, y la dulzura arisca del viento, que es camino, la leche del cielo que mana en boca de indio.
Guatemala, marzo de 1946.
SON POEMAS la marcha, que vigila con un brillante ojo De FRYDA SCHULTZ DE MANTOVANI el alma de la niña. Atención de la autora)
Al llegar a la torre de la nube ceniza, EL AIRE de blanca hilanderia.
dudando, preguntaron: La acuciaban los duendes Viene el aire sin prisa Te llamas Margarita. curiosos a la niña.
y en el mundo se está. ella, que se olvidaba, Buscó la voz, la boca de dónde se viene, mintió de nuevo: Alicia.
del ser que así decía, Entonces sintió el pecho para donde se va?
y entre candentes rayos Pulsa cuerdas de seda, mojado de llovizna.
tratando en la neblina huele zumos de azahar.
Alguien llora se dijo. vió que su coche era Es el aire, sin duda, Pero yo tengo prisa una nube plomiza de un país sin nombrar.
y quiero ver el sitio como esas que, en la tierra, donde las nubes se hilan. Tiene forma de nube el viento arremolina.
Desde el balcón enorme o expresión sideral. Pero estaba en lo blando miró, la barandilla Es el aire, es el aire tan cómoda la niña un abrazo sin par.
estaba hecha de aljófar que el corazón, sin peso, Él aventa semillas y el aire la cernía.
deseaba y no latía. Estrellas titilantes que más tarde abrirán. Visitaremos dijo labraban; las veía en corolas y en frutos la voz desconocidahilar los copos finos que acaricie al pasar.
la fábrica celeste, El navega en las alas de nubes que caían.
la fuerza y su guarida. y en las olas del mar Después eran cendales y un peldaño, al vacío, se corona de espumas Igasas coloridas bajó desde la niña.
invisible y fugaz.
para adornar la tierra Quién eres. preguntaron. que, lejos, parecía Se columpia en las ramas, ella dijo: La niña.
una aldea, una casa no se puede tocar. Debes decir tu nombre, Las gaviotas lo quieren pequeña, con el día que el sueño lo repita!
niños, cantos y juegos, y las flores aún más.
Ella, que lo olvidaba, la madre que tejta, Es amante sin brazos, susurro: Margarita. todo brazos, quizá, y de pronto una voz, Se abrió entonces un foso un llamado: Ven, niña, impregnado de nubes y penetro, abatida.
que se hace tarde ya!
y de sol y de sal. Ay, si en el cielo alguien Estremece a la tierra Despiertate, alma mia. supiese que mentia. Ella sonrió en lo alto su canción singular.
Un pasadizo angosto, diciendo: No sabía, Es el aire, es el aire con una estrella encima, disculpen. Yo era sólo el que llega y se va.
a lo alto de una nube aquella que quería en circulos subía.
Sa ha llevado otro día.
visitar el país un costado la noche, Ya la noche vendrá.
donde las nubes se hilan.
la oscuridad maciza, Para el aire y el tiempo Pero ahora recuerdo: y mil ruidos lejanos nada vuelve jamás.
mi nombre es alma mía.
de lluvias, campanillas, El rostro de la madre y graves esquilones, iluminó a la niña.
LA NIÑA QUE OLVIDO tormentas, cierzos, brisa. el sueño huyó, llevándose SU NOMBRE la estrella siguiendo en el ala una caricia. Leyenda infantil)
CARTA UN NIÑO DEL SUR Le llamaremos: ella.
Su nombre lo sabía. Argentina)
pero se le olvido junto con una cinta De lejos, y unos zapatos verdes, se te ve cómo creces, árbol joven, del sueño en una esquina.
inocente del viento aviva lágrimas, Porque la niña, ella, erguido entre galopes, que no quiebran bien sabe que quería la verdura potente de tus ramas.
visitar el país Acaso eres espiga, te sembraron donde las nubes se hilan.
con el sueño que brota en tierra llana.
Pasó por una puerta Alli todo se da, porque es el trigo que sola se le abría, un oro imaginado en la labranza marchó por un sendero y el cielo no contempla en los rebaños cortés, de siemprevivas, más que sombras de nubes germinadas.
de lirios dormilones Tu paisaje bautiza una leyenda, y rosas distraídas.
tus lugares, las fábulas arcaicas: al subir al carruaje y leyendas y fábulas se cumplen que estaba en una orilla en espacio en que cabe la esperanza.
bordada de relámpagos Eres nuevo, tal vez rubio penacho, pensó ella, la niña, trigo alzándose en sangre milenaria, si acaso sin monedas el viaje pagaría.
y tu tez es morena o blanca hostia una voz como el viento que el Pampero de júbilo arrebata.
le contestó: Descuida!
Te veo en ese sur, flecha de América, El oro es de la tierra, proa inquieta de todas las borrascas, y aquí el espacio brilla recogiendo el oleaje que otros hombres y es una escala ardiente hincharon con blasfemias y con lágrimas, de astros que se inclinan.
imprudente de sol, y de aventura Te saludan. Tit eres que en tus venas la sientes arraigada, del mundo aquella niña jugando, niño eterno, con las fuerzas que quiso venir siempre, que en tu pecho se rompen desarmadas, con miedo y con delicia, porque nunca la sombra pudo asirse a visitar la noche de la forma desnuda de una llama. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica