Joaquín García Monge

REPERTORIO AMERICANO 249 20 A don Joaquín García Monge, en recuerdo SON DIEZ POEMAS de exquisitos instantes de delectación espiritual, transcurridos en su casa de San José. Sacados del libro en prensa: Perdidos unos, otros inspirados. Respetuosamente.
Mercedes hay mil motivos de tristeza ROMANCE y caben tantas lágrimas DEL FUEGO ALEGRE en un paréntesis breve de sonrisas.
Este ir y venir y este cansancio Crece mi pena de ausencia de buscarnos en nosotros mismos.
mientras arde el fuego alegre.
Este querer llegar a un acuerdo Fuera, la noche tan sola, con el desconocido que llevamos dentro.
más sola y fría parece.
Voy descubriendo tu boca que entre los leños se enciende, ACUARELA boca de ensueño y de flama que entre la sombra se pierde.
Parece un cuadro la ventana Busco anhelante tus manos un caprichoso cuadro chino, que del humo se desprenden, dos líneas vagas la montaña manos que suben y suben y en la niebla se revuelven.
dos pinceladas los dos pinos.
Fuera, los sauces repiten El cielo vasto tiene un tinte su dolor al viento fuerte, de sol ya muerto, desvaldo.
al viento que no retorna, al viento que gime siempre, De un suave azul desfalleciente el que acaso se enamora cuyo matiz se ha presentido.
del árbol de saya verde y después se aleja solo Tan sólo el agua tiene alma, sin poder ya detenerse.
BAIX ENCH sus leves ondas muestran vida; y en la tersura de su calma Arbol alto que tronchado Mercedes de Belloso en débil leño se vuelve, en el remanso adormecida en leño que arde en la noche pule sus verdes la montaña cuando el frío nos estremece, y se contempla estremecida.
cuando los brazos se alargan El instante realiza nuestra unión absoluta.
y un hondo vacío sienten, Percibo tu tristeza, presiento tu nostalgia.
AZOTEA cuando nos duele en el pecho Se encauza el sentimiento de tu memoria un dolor que muerde y muerde. pleno La vieja casa Viento que pasas llorando y sólo tú dominas, fuera y dentro del alma, tenía un teclado y mi ventana golpeas!
La noche en mí, la noche llena de tu presencia de escalinatas, Llévate lejos el humo que asciende en la chimenea, y tú en la noche, tú, arrancado a la ausencia techo empinado humo que arranca en sus grises y entre las sombras, yo, buscándote en la de antiguas tejas, los fragmentos de mi pena. estrella blancas ventanas Arrastra lejos mi angustia con tu nombre y tu voz y tu mirada quieta.
Ilévate todas mis quejas y la azotea.
y enrédalas en los sauces Realidad increíble en medio de las cosas Blancas baldosas.
con un racimo de estrellas.
que se tornan abstractas, sin forma y sin barandas blancas objeto, Fuego alegre, fuego alegre, y aquella vista Estás alli, impasible, como a través de un ¿qué sabes tú de tristezas?
tan luminosa (sueño Bailas tu ronda de llamas.
de días brillantes ries tu risa hechicera Unico ser de luz, llama viva; lucero.
sobre las olas.
y consumes lentamente las resinas que le quedan aquellas noches ESTE IR VENIR al árbol que dió su sombra de luna errante, y el hacha tendió en la hierba.
de estrella en sueño Este ir y venir por la región de lo ignorado.
sobre la espuma.
Tú no escuchabas el llanto Este buscar inútil de causas misteriosas.
de la aurora entre la selva, Este querer desentrañar la raíz del pasado.
del ave que vió su nido NOCHEBUENA Este desear recoger las flores del futuro.
derribado sobre piedras, DE LOS NEGROS de las flores temblorosas Constante ir y venir por un mundo confuso que lució la enredadera sólo a veces refulge la esperanza, cuando adornaba sus ramas Suena que suena la misma cuerda mundo en que caben toda la luz y toda la con campánulas de seda. armonia bajo la mano que la puntea Viento que pasas llorando para luego perderse y apagarse, Fresca la noche, que es nochebuena y mi ventana golpeas.
Sentir a ratos que no somos lo que creemos ser: y la maraca suena que suena.
Entra y extingue la lumbre hoja al viento, piedra en la ladera; que sólo cenizas quedan.
átomo en el aire, onda en el agua.
Sombritas blancas y sombrilas negras Así nosotros pinta la luna sobre la senda PRESENCIA con menos belleza, pero con más dolor.
Cantan los negros que están de fiesta!
En la noche estoy sola, sola pero te veo Sentir esa angustia de no ser lo que Hoy en el rancho nadie se acuesta.
y descubro una estrella rica de tre mirada querríamos ser y pienso que muy lejos, desde alguna ventana, y sabernos culpables cuando estamos alegres Prieta la madre, prieta la niña poseíste conmigo esta visión de cielo.
porque para un motivo de alegría suenan sus pasos en la cocina.
en el que Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica