José María Zeledón

REPERTORIO AMERICANO 167 censes.
de la enorme tragedia nunca más igualada, y de nuevo la vida desplegará sus galas recobrando el imperio de su eterna farándula; y sobre tantas tumbas distantes e ignoradas, silenciosas alfombras extenderá la grama.
MOTIVOS DE LA GUERRA Por José María Zeledón (Atención del autor, en el NO 1000 del Rep. Amer. La madrugada de hoy Epilogo brumoso a Francisco María Núñez don Alfredo Greñas, Decano de los periodistas costarriEs alta madrugada.
Las potentes sirenas con fúnebre alarido Ha cesado la lucha, dan la señal de guerra.
la tremenda borrasca Los perros nocherniegos se aleja, retumbando, se estiran y bostezan como un infierno en marcha.
y el alarido luego Las torres de los templos con el suyo corean, tañeron sus campanas los gallos, ya despiertos, y aullaron las sirenas inician sus alertas en festiva algazara, y en esta madrugada y de todos los pechos sumergida en tristeza, este grito se exhala: la voz de sus clarines ¡Glor gloria a los pueblos como empañada suena; y Paz para las almas. y en el minuto trágico, mientras el grito arrecia Pero el contento apenas del monstruo informativo sopla como una ráfaga pregonando la guerra, que agita unos instantes de todos los ocultos las hojas y las ramas rincones del planeta dejando en las conciencias ur hondo de profundis una inquietante calma; parece que se eleva pareciera que el mundo en un dolor que es llanto se detiene a la entrada pulverizado en queja, de un insondable arcano que comenzó en plegaria lleno de encrucijadas, y terminó en protesta y todos se preguntan y murió al dar sus últimos con tremantes palabras acentos las sirenas, mientras fingen sonrisas en el retorcimiento de placidez urbana: feroz de una blasfemia. qué habrá en el horizonte. qué habrá, que no se aclara?
Desperté, como todos, Es que el dolor, vertido y al sacudir la inercia en torrentes de lava del sueño indiferente.
discurre aún por los cauces mi concepción primera de la conciencia humana fué escuchar el sollozo llevando por doquiera de inconsolable pena su aliento de desgracia.
de todas esas madres Es que la duda aferra cuyas entrañas dieran su lacerante garra hijos para la vida sobre los pensamientos. rumorosa cosecha sobre las vivas ansias de sonrisas alegres de un futuro más justo y de caras en fiestaque aligere la carga al mirar los reflejos de los pueblos uncidos de la hoz que se acerca.
y de los hombres parias. Malditos, sí, malditos Pero vendrán los dias, los que traman las guerras!
vendrán las noches plácidas, poco a poco el olvido derramará sus ánforas colmadas de sedantes. En la madrugada del 19 de setiembre de 1939.
sobre las remembranzas ¡Muertos, gloriosos muertos en la hórrida batalla, no alcéis vuestras cabezas orladas de guirnaldas!
Seguid en vuestro sueño cabe la tierra ingrata soñando que la sangre pródiga, derramada, libró al mundo del yugo de la injusticia humana. Dormid, que aquí en la tierra.
aquí no ha ocurrido nada!
19 de Setiembre de 1945 ELSSIE CANESSA, eximia declamadora costarricense Hay en tu voz fragante tal dulzura y en tu gesto flexible tal justeza, que haces del verso copa de belleza y en él escancias vino de ternura.
El ritmo secular se transfigura al contacto de tu delicadeza, y se torna más honda la tristeza y se hace más intensa la amargura.
Bajo el palio sutil de la armonia una como ignorada melodia infundes a los versos que interpretas y, como en un rubi de mil facetas, en tus labios esplenden las secretas evocaciones de la Poesia.
Esparta, Navidad de 1945)
HOMENAJE a Marta Merino, madrina de la Asociación de Músicos de Costa Rica.
Hasta a las mismas fieras humaniza la Música, ese culto extradivino que por feliz designio del Destino tiene en ti su mejor sacerdotisa.
En tus manos el Arte se arcoirisa y el Pensamiento, convertido en trino, se eleva de lo humano a lo divino por la escala sutil de una sonrisa.
Cuando el violin, cantor de tu belleza, entre tus brazos sus gemidos lanza y a modular una canción empieza, arde la inspiración y el ritmo danza en tus ojos mimbados de tristeza y en tu boca sonriente de esperanza.
Dibujo de MI. Sánchez Esparta, Navidad de 1945. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica