250 REPERTORIO AMERICANO Canta la madre, canta la nina con la carila llena de harina.
Soñando con un árbol de colosal Yamaje 10h dolor, tu radimo de amargura y una casita blanca en medio del paisaje hace mejor gustar de la dulzuru que se empine en la loma por contemplar el rio, cuando la vida es luminosa y bella!
Baila el wulato con la vecina, negra cimbreante, lenta y felina.
PUPILAS wonámbulos sus ojos miran el agua oscura wagan desolados por la escueta llanura para cerrarse luego, cansados del vacío. Ron para todos, que el tambor suena, yon para todos, que es nochchucna!
AL DOLOR Inundados de follajes, Jubilosos de reflejos Tus ojos tienen la suave belleza de los paisajes que contemplan.
Las gallos cantan, falscan las cuerdas bajo la mano que las puntea. Oh dolor por la dicha redimido, sulit memoria de pasadas penas.
Tu recuerdo trasciende del olvido, leve fragancia en campo de aaucenas.
Ya las sombrilas blancas y negras se van borrando sobre la senda.
En ellos quedo cautiva la tierra.
alegre de margaritas y hierbas.
Duerme la madre, duerme la nina con la carita llena de harina.
Pequenito dolor adormecido en la resignación de horas serenas, y otras veces dolor incontenido con un desbordamiento de aguas plenas. Jardincillos diminutos, con caminitos dorados por donde van las carretas. Unos con sweño, otros borvachos parlen los negros hacia sus ranchos. Mercedes De Belloso Te evaporas etéreo en el suspiro Jivas de coracón en raudo giro clevando mi alma hacia la estrella Maracaibo, mayo de 1946.
Ay y el malato con la vecina have a los campos, vereda arriba!
Qué nochebuena la de los campos!
PEDRO JUAN LABARTHE.
Qué nochebuena la de los negros. Viene de la pág. 248)
Tambor, maracas, copla y marco, Yon y pasiones, silencio y sueno!
Labarthe trae en el pecho la esme sus mujeres. La feliz hora en que toralda de su isla, el grito de protesta, dos los niños del mundo teugan lo que PARALELO que clama al cielo por la independen la madre más amorosa haya soñado cia de Puerto Rico y la altivez de las para su hijo.
Fuimos dos pasajeros palmeras que se yerguen frente al La hora en que las estrellas no bricamaradas de viaje mar Caribe: llen sobre los cuerpos ametrallados compartiendo las horas Labarthe ama a su isla, llora por por la diabólica soberbia de los Dioy los mismos paisajes.
la raza abatida y destronada y teje en ses Olímpicos.
sueños con la espuma que fulgura en América exuberante, América virComo dos que sonaron la cresta de las olas embravecidas. Ora, gen, potencialmente indomable, Lacontemplando la luna y espera, mientras llega la hora. barthe, lleva en el alma tu canto y tu desde alguna cubierta escondida en la bruma. Cuál hora? La de la total indepen destino. Labarthe no es tuyo. Tú eres dencia de su Patria amada. La que de él. El es el fuego santo, el ansia Como dos que se alcan está esperando Cristo desde hace mil loca, sublimemente loca de levantar a parses distantes novecientos cuarenta y cinco afios. La el vuelo y recorrerte de polo a polo, y que buscan en vano de la fraternidad universal. La de la liberarte de todas las infamias de la emoción del instante.
justicia que apoyará a los débiles volverte a un mundo como el que soComo dos que crusaron para que de ellos no abusen los fuer fió Jesús.
vagabundos huraños, tes. La hora en que los hombres no CORINA RODRÍGUEZ las callejas tortuosas se crear amos y seflores del alma de de los pueblos lejanos, VOCES POR LA CULTURA Como dos que dejaron (Atención del autor)
naufragar los recuerdos en las aguas profundas Tuvimos el placer de oir en el Colegio en la hora de libertad que se acerca para de los mágicos puertos.
de San Luis Gonzaga de Cartago, al poeta los pueblos, se firme la independencia que portorriqueño Pedro Labarthe Es lástima merece aquella tierra hermana.
Como des que se cuentan que no lo hayan escuchado en su diserta Nosotros estamos, señor Labarthe, para sus quimeras perdidas ción, mayor número de cartagineses. Su acompañarlo en st gesta libertaria. Nosoy se dicen sus nombres y mañana se olvidan cálida palabra es de desear que resuene más tros esperamos que nuestro manifiesto al todavía en aquel centro de enseñanza, como gobierno y pueblo de Estados Unidos, tenCAMPO en la concha marina, el ritmo del mar. ga cálida acogida.
El acento viril de su mensaje, debe en El otro aspecto, es el que puso al desnudo Estériles arenas bajo el sol implacable.
contrar eco en el viril corazón de la juven el conferencista, del desconocimiento que Angustia clamorosa de la tierra desnuda. tud costarricense. Peregrino de un ideal de tenemos de nuestros valores intelectuales.
Entre cardones rectos, la chora miserable libertad como aquel otro, auroleado ya por Proclamó sinceramente como una de las con su techo de palma y su cerca menuda.
la inmortalidad, José Martí.
mejores poetisas de América, a nuestra EuTres aspectos nos interesan por ahora de nice Odio. No la conocíamos. Ojalá que haEl polvo se levanta y en su wwe impalpable su conferencia. El primero, el hecho de ser ya un movimiento para que nuestros valola brisa es una mano que azota firme y ruda. mensajero de un pueblo de nuestra raza, res intelectuales no sigan en el olvido.
Tunto al jagay que abre su pupila inefable, Puerto Rico, que anhela ser libre. Noso. El tercer punto, tiene caracteres de trasu bestia, el campesino en un sareal anuda, tros, maestros de Costa Rica, pedimos que gedia. Se refirió al peligro en que está Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica