REPERTORIO AMERICANO 219 Cuarta elegia El Traje hace al CABALLERO y lo caracteriza. la escapados del agua: te besaré la boca por detenerte un rato viva en el beso: luego te irás como las sombras; te irás como las otras, te irás por siempre y hacia, porque siempre nos vamos, porque por todas partes la ausencia está llamando, y más lejos la muerte también está llamando.
SASTRERIA LA COLOMBIANA DE FRANCISCO GOMEZ HIJO le hace el traje en pagos semanales, mensuales o al contado. Acaba de recibir un surtido de casimires en todos os colores, y cuenta con operarios ompetentes para la confección de sus rajes, Especialidad en Trajes de Etiqueta Tel. 3283 50 vs. Sur Chelles.
PASEO DE LOS ESTUDIANTES Todas las mujeres de la tierra están en los balcones, con mundos invisibles cogidos en los dedos; el viento las envuelve con sus brazos de cal; los aprieta los labios la boca del viento, y en la ilusión del seno florecen niños rubios.
Se cierran las ventanas, y ellas tiran sus cuerpos sobre lechos de arroz y de sollozo; cantan los pájaro, debajo del sollozo y de la lluvia.
Sucursal en Cartago: 50 varas al norte del Teatro Apolo la mujer de Chile, Déjame tu cuerpo largo y frío como un lirio desnudo; déjame tu lenta palabra tan llena de neblinas y de angustia: déjame tus ojos de misterio que buscan el calor de un mar ardiente: tu vida desolada tan rica de ternuras muertas en una arena interminable.
Déjame la ceniza de tu alma y el ritmo do tu cuerpo innumerable.
Mujer de Chile, mujer de sol y nieve ¿qué me ocultas detrás de tu silencio. qué negación tan larga de lo que busco sin saber adónde. qué agua de cumbres Corre en tu piel morena. qué juncos frío van florecidos en tu cabellera?
Tú, hija del alba, de la primera luz que te deslumbra; hecha toda de plata, con un olor de ramas en los dedos, con un olor de rosas en los labios, con un ritmo de angustia en la palabra, con una sensación de que la muerte fría del alba va a besar tu cara.
Yo he caminado junto al mar contigo, y el mar iba en tu boca, y el mar iba en mi canto, y tú ibas en el mar, helada y honda, en ese mar que no era nuestro mar.
Nunca más te veré como esa noche fría de luna, cálida de ensueño; nunca caminaré con tu sonrisa junto al mar de mi tierra, Tú, y todas las mujeres, tú, canario en el hielo, tú, muerte en las estrellas, tú, crepúsculo ardiente con tempestad de nieve; tú, llama absoluta de un amor absoluto muriéndose entre olas de distancia y de noche.
Tú, símbolo de todas las mujeres del mundo; eco de mis sentidos, sollozo de mis ansias, forma de mi recuerdo; tú, nunca recobrada, muerta entre seres vivos y viva entre fantasmas, para ti mi indecible, infinita elegia.
debajo de la luna de mi tierra.
Me llevaré tu cuerpo, tu cuerpo de metal y claras aguas, cuerpo de aurora y piedra, con inquietud de peces que despiertan, Me llevaré tu cuerpo de pájaro dolient en soledad, cuerpo de fresca brisa entre juncos mojados, cuerpo vivo entre algas, hojas azules, lechos sumergidos, Me llevaré tu alma prisionera en nieve, con una sensación de nube y lirio, con la seguridad inconfundible de sentirte en mi muerte poseída en el alba y el rocío. Torres Ráoseco.
Rio de Janeiro, 1944.
Para todas La Filosofía y los pueblos (En el Rep. Amer. las mujeres del mundo mi infinita elegia sin Causa ni sentido: para las Julietas y las Elviras (Para ti, Rosa Elvira)
para las Margaritas y Eloisas (para ti Margarita)
para las Virginias y las Elenas (para ti, dulce Elena)
y par ti, no Nombrada, raíz y flor de mi elegia, la elegia hecha voz, y la voz hecha muerte; para ti, eternamente en mi sombra y mi angustia. para todas las mujeres del mundo que a las tres de la tarde se están muriendo en los cinco continentes.
Sabemos que todos los pueblos viven una fi así, todos los países hacen corresponder losofía más o menos específica, extraída de un sus actos colectivos, con el denominador común denominador común de creencias y de ideas di de su espiritualidad. Pero. la actitud fiferentes. La Gran Bretaña, por ejemplo, asien losá. ica es anterior a la acción de estos pueblos?
ta la suya en Bacon, en Hobbes, en Locke, en ¿O esta acción es el impulso que los conduce a Berkeley, en Hume. aunque estos grandes pansar de una manera particular, aunque im.
hombres pensaron y actuaron de diverso modo, precisa y oscura en sus detalles. No se parece hay algo de común en todos ellos: el empiris este problema al de la gallina y el huevo?
mo, la visión práctica de la vida, que es la mé En mi opinión es el mismo. El acto sugiere dula filosofal de Inglaterra. Su Parlamento e uni actitud mental; y ésta, un acto. Sólo que.
hijo del Puritanismo, del deseo de contrapesar da poner en primer término, el aspecto más al Monarca, impositor de injustos tributos y digno de los dos, aunque en orden de tiempo, conculcador de las libertades que defendiera el lugar no le correspondiera a la filosofía. Es.
Milton, con la voz popular.
to mismo, sin embargo, sería discutible, Alemania, en cambio, hace coincidir su disci Inglaterra, Alemania, Italia, Francia, tienen plina con la de Lutero; y, en cierta forma, con pues, un estilo propio.
la de Kant, Con. de Fichte, con la de Hegel. han alcanzado sus diversas fisonomías, no con la férrea de Bismark y de Nietzsche Italia la sólo por lo que hacen, sino, además. y esto correlaciona, de un lado, con la Edad Media; os lo más interesante por lo que piensan, antes del otro, con el Renacimiento, con la entusias. o después del acto; o en el momento mismo ta visión de Giordano Bruno. Francia, señora en que desenvuelven su conducta. No se con.
del buen tono, ajusta sus métodos con el escep cibe sin una gran filosofía, un gran pueblo, ticisino elegante de Montaigne, con la claridad idelógica de Descartes, con la ironía de Moisés Vincenzi.
Voltaire y de Anatole Franco Costa Rica, 1944. Torres Ríoseco.
Sao Paulo, Brasil, 1944. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica