Eunice OdioJoaquín GutiérrezOmar DengoSocialism

IRepertorio Americano Tomo XLII CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1945 Sábado 29 de Diciembre Año XXV. No. 999 No. (Palabras dichas en el Homenaje al Maestro Omar Dengo. De sus discípulos y amigos en el 17 aniversario de su muerte, el 27 de Noviembre de 1945, a las 20 ho.
ras, en la Escuela Normal de Heredia. PIENSO QUE OMAR VIVE.
Por Juan del Camino (En el Rep. Amer. No hace muchos días me envió una universidad norteamericana un cuestionario que contesté inmediatamente y devolví por correo aéreo, a pesar de no usarse en ningún párrafo de la corta carta que lo acompañaba, el término urgente. Me llenó de alegría aquella petición distante, de la codiciosa alegría a quien se ofrece algo que le gusta profundamente y lo acepta, sin terminar casi el ofrecimiento, temeroso de que, sin su premura.
sea otro el afortunado.
Se me pedía decir si un estudiante, a quien la universidad iba a extender su protección para ampliar estudios avanzados, merecía.
a juicio mío, y fundado en el juicio personal propio, tal magnanimidad. En el más afirmativo inglés que pude formar escribí la respuesta que no permitía más que la brevedad. De sus padres, para quienes había un espacio, dije lo mejor afirmando de!
gran muchacho por quien inquirían. Es hijo de uno de los más eminentes coscarricenses, dije finalmente. seguí pensando en Omar, el padre del estudiante universitario por quien daba mi parecer. Fuimos amigos y fraternizamos. es curioso para mí pensar que esa amistad nació en las aulas del Liceo cuando sus grandes capacidades y merecimientos lo llevaron, todavía muy mozo, a un profesorado en el cual su constante aspiración fué estudiar, más que enseñar. Esta virtud la conservó durante toda su vida. Puedo explicarla diciendo que nos llenó de iraquietudes por la lectura, a nosotros, un grupo de estudiantes de cuarto año que lo eran Omar Dengo Sumario: Pienso que Omar vive. Por Juan del Ca.
mino.
Crímenes de Biblioteca. Por Antonio Gallo.
Frente a la bomba atómica. Por Luis de Zulueta.
La Prensa de ideas. Por Sanín Cano.
In Memoriam. Por Carlos Fernández Mora.
El regalo de Navidad. Por Myriam Francis Eduardo Benes. Por Fernando Campoamor.
Trópico de Pablo Rojas Guardia. Por Aquiles Certad.
El sabanero Miguel Lara. Por Allen Pérez Chaverri.
Cosas vistas. Por Fernando Figuls Quirós.
Dos poemas. Por Pablo Rojas Guardia.
Esta es Panamá y Tamborito. Por Eduardo Maduro.
Versos. Por Joaquín Gutiérrez.
Socialismo de Estado en China hace dos mil años. Por Juan Marín.
Gloria al Brasil. Por Diego Córdoba.
Ya sin guerra pero aún sin paz. Por Fernando Ortiz.
Más allá del dolor. Por Fco. Villalobos Rojas.
Omar Dengo. Por Emma de Gamboa, Sobre la muerte de Fernando Brenes. Po Eunice Odio.
duchos en el arte de memorizar sin capacidad de los orbes; o, dicho de otro modo, no van para asimilar ideas. Nos hizo leer y algunos a despertar los gérmenes de su personalidad seguimos haciéndolo con devoción y discerni física, intelectual, moral, afectiva, a educarse.
miento que perduran.
en suma, en cuerpo y alma, sino a instruirse, Pudo interesarnos precisamente porque nun a aprender lo que oyen.
ca trató de enseñarnos, esto es, no se colocó Años después Oma estampa en palabras perpor encima de nosotros diciendo enfáticamen durables como las de don Francisco Giner su te: Yo soy el que se y ustedes los que apren concepto del estudiante y la escuela. Está en den. No era un profesor más que llegaba a posesión de un campo de la cultura grande y anclarse en la rutina venerada. Siento que su delicado. Dirige esta Escuela Normal y afirpaso por el Liceo fué de empuje, de sacudi ma: suelen merecer, y deben merecer, toda da, para acabar con el camino trillado, no, mas nuestra más devoca atención las inquietudes sí, para indicar que estaba demasiado trillado. de los jóvenes. Ocurre que pueden llegar al Lo aprovechamos mucho y aquel aprendizaje estrado a comentar la palabra del profesor, a siguió en las aulas y después de ellas. En lo confirmarla o refutarla. Tienen derecho de que he leído de don Francisco Giner de los hacerlo, y hay que darles hasta sistemática Ríos subrayé un párrafo que mis reflexiones oportunidad al ejercicio de tal derecho. Sólo de aquella época estudiantil encuentran hoy temen el ejercicio de los derechos de la juvenapropiado al espíritu nuevo con que Omar tud los educadores que apoyan su obra en el hacia su entrada en la enseñanza y educación miedo o en el respeto artificial que a fuerza del país. Gracias a la teoria dominante de convencionalismos imponen. No sabrían dice el gran español. el niño, y aun el hom qué hacer estos buenos hombres si los jóvenes bre, no van a la clase a discutir, a preguntar, les perdieran el respeto. En cambio, los que a meterse en camisa de once varas, a poner en entienden arraigar su obra en el amor, jamás apuros al maestro, a averiguar lo que no les temen la irreverencia. cuando hay conflicto importa y a subvertir la concertada armonía entre las opiniones de los jóvenes y las nues Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica