1Repertorio Americano Tomo XLI CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1945 Lunes 26 de Febrero Año XXV. No. 982 No. 16 Rufino Blanco Fombona Por Luis Beltrán Guerrero (Envío del autor. Trujillo Venezuela, 21 de octubre de 1944.
Rufino Blanco Fombora Duelo de la cultura hispana, duelo de pues hasta ayer no más salían de su pluma, Venezuela y de América, lo constituye el con el más recio vigor y el juicio más cerfallecimiento de Rufino Blanco Fombona, tero y consciente, libros que, como El Espiacaecido en Buenos Aires. Pocas veces ritu de Bolívar, publicado en 1942, se her.
en barro humano cuajó mejor el genio manan en calidad de forma y de concepto, de la raza, como en este temperamen con El Conquistador Español del Siglo to excepcional por el pensamiento, por la xvi ambos, ensayos de psicología histósensibilidad y por la acción. Figura apolí rica y de análisis social que han de figurar nea en sus mocedades por la física gallar entre las cimeras expresiones del pensamiendía de su apostura y no menos apolínea to americano. Acaso, sí, podría decirse do por el don inmarcesible de las musas; figu lorosamente, que el gran escritor y el homta dionisíaca por el torbellino de pasión y bre sobrevivieron al hombre público, al pode aventura en una vida que no temió ba lítico propiamente, si recordamos que des tallas ni esquivó encrucijadas; en Blanco pués de una vida que comprende veinte y Fombona se mezclaron y consustanciaron los seis años de ostracisomo, cuando, si hubiese dos mágicos alientos, al parecer contradic muerto antes o al mismo tiempo que el Dictorios, del helénico sentir de la existencia. tador, hubiéranse de inmediato erigido en Caballero del Renacimiento, cual gustó en su Caracas nativa, capitalina y capitolina, la prosa ni en el verso, ni menos como falso denominarle Rubén Darío, podía ciertamen mármoles que consagrasen su nombre y su sentidor de paisajes exóticos y de ansias de te dialogar, al través de las edades, con un estatura; en cambio, desorbitado ya del pro cadentes, al miliunanochesco influjo de trasBenvenuto Cellini, puliendo como pulía las pio medio que le vió nacer, crecer y triun plantados Versalles, como el otro chorotega más finas y ricas joyas espirituales, al par far, y por el cual sufrió destierros y cárce con manos de marqués. Nó. Autónomo que, por su honor, por su dama o por la les y libró toda suerte de campañas con la autóctono por propia y predominante fuer Patria, blandía su espada con la misma mente y con el brazo, después, al empuñar za interior, rompe ciertamente con la retó maestría y desenfado con que la pluma es en patrio suelo el bastón del gobernante, rica seudoclasicista o con el romanticismo grimiera. El mismo se comprendió amado que antes había sido también empuñado en sensiblero de la generación inmediatamente de las dioses por la multiplicidad y excelsi la España republicana, la contera no se hin anterior, acuerda el ritmo de sus canciones tud de sus dones, y se anticipó a presumir. có ciertamente con el ponderado ritmo de al despertar de una nueva sensibilidad y dc en una de sus páginas más hermosas, su civilidad que era por todos deseado y es una nueva expresión, pero con acento y mapropia muerte en la dorada apoteosis de la perado.
tiz personalísimo, y por ello profundamente juventud. Se burló el Tiempo de sus auto Fue el primero en oír las trompetas renoamericano. En el Salón Azul de Cosmoprofecías, y la Descarnada se hizo esperar. vadoras del Modernismo. Pero no como polis. mientras Mata aún entona sus arias No podría decirse que sobrevivió a su obra. mitador de arquitecturas preciosistas, ni en sentimentales; Pedro Emilio asocia y disocia ideas, al calor de las más nuevas filosofías importadas de Lutecia; y Dominici, lazarillo de Pierre Louys, se va tras la clámide de las estatuas de Fidias; Urba neja Achelpohl, bohemia corbata de mariposa a usanza de los artistas del Barrio Latino, contradice su indumentaria con la pintura de gentes, cosas y paisajes terruñeros; entonces, recién venido del Norte, Blanco Fombona vuelve por los fueros de la naturaleza, y dice sentir ganas de beber leche, montar un potro y atravesar un río, sentimientos tan distintos de los artríticos devaneos de los académicos, que expresa en límpido verso nuevo o en cuentos de motivos y esencia criollisimos pero con un aire y una levadura universal, que no los hace por eso menos venezolanos, menos america Estación en el camino Por Raquel Cisternas (Venezuela)
Poeta, por la soltura del ritmo y la pris hos. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica