214 REPERTORIO AMERICANO cdio y el furor de los tiramos. Esto es suyo popio. El poeta encendido en el fuego de esta América joven y vigorosa, deja el molde antiguo en que ha vaciado su obra, para darle a ésta toques exquisitos, pulimentos y pavón que deslumbran. He ahí el primer cantor del Espléndido principio, y sinembargo es inferior, y muy mucho a ctros pasajes del canto, en los que se deja ver la inspiración en toda su plemikud. Se eleva cuando habla de: Dr. García Carrillo Corazón y Vasos gran Bolívar Bolivar. El gigante cuyo nombre repite la tormenta sobre la faz del turbulento Atlante. José Rivas Groot es después de Olmedo quien se leva la palma. Abigail Lozano y otros apenas si se elevaron un tanto en ala de su lirismo; José Joaquín Ortiz na dantado al genio sin pretender escalar las cumbres de la oda; el correctisilno, donoso e inspirado Rafael Pombo, ha escrito también preciosos versos; pero al igual de Ortiz, no ha querido cantar ardorosamente al Libertador en el clásico y divino metro del entusiasmo, sólo Rivas Groot ha remontado el vuelo, arbo ando el pender de la alta poesía en las cimas de la inspiración heroica.
Es diferente el procedimiento poético de Rivals Groot al de Olmedo; baste decir que el Canto a Junin por lo que dejamos expuesto en párrafos anteriores, bien encaja en el marco de la literatura antigua como cuadros de paslados tiempos, a pesar de ser su asunto de presentes edades imientras que la obra de Rivas Gract es hecha de tal guisa que aunando en ella un refinado lirismo y una corrección ásica y maestra, presenta ciertos rasgos épicos adornados con las preseas de una imaginación ardiente, combinando los finos resortes de la elevación estética, con el brillante Colorido plástico, de gusto exquisito que sabe dar a sus bru ñidas estancias. Canta Como Pindaro, como Quintana; la elegancia de la forma corre pareja con la grandeza del pensamiento; tiene torrentes de ideas que se derraman por los bordes del verso como en las estrofas de oro de Olegario Victor Andrade.
Oigamos a Rivas Groot: Negros años Cruzaron por la tierra como ángeles rebeldes en legiones, Enconando a los hombres la guerra, oponiendo naciones a naciones; y agitando antorcha del espanto dieron al mundo maldecidas leyes, y alzaron trovas o abatieron reyes.
y nuestra patria desolada en tanto sentada en las tinieblas y doliente, inclinaba la frente Arado el rostro por acerbo llanto.
EL que llevó sumisa, encadenada, a las flotantes Crines de su corcel fogoso a la victoria hombre bueno entre los hombres grandes, ei genio colosal entre los buenos, Consulta por cita ci que por pedestal tiene los Andes y por corona la fulgente nube Oficina en San José preñada de relámpagos y truenos.
Una de las grandes ideas que el vate egregio desenvue ve en el curso de su poema, es levantar al vencido para hacer más grande la figura del vencedor. Para él luchan en la liza, un altivo titás, con un coloso: el Mundo nuevo con el viejo Mundo. Los valerosos hispanos, fuertes en Lepanto y en Bailén, llenos de bravura se aprestan al combate. Los hijos de Colombia se hallan frente a los altaneros ene.
Electrocardiografía migos y luchan ambos. con denuedo.
Metabolismo Basal He aquí un fragmento del Canto de Rivas Radioscopía Groot, modelo de descripción, bellamente hecho como los de la Eneida. Todo hay en él: dhomatop ya virgiliana, buen lenguaje y nerviosidad grandiosa Uncidos se avecinan a terruño los bueyes corpulentos. Crece y crece el fragor de la batalla, e llevar con pausados movimientos chocan las huestes, mueren los soldados, y majestuosa calma pe, ecen los ginetes derribados, el reluciente arado, crujen los miembros, llueve la metralla, desgarrando los seños de la tiena con humo negro se oscurece el dia.
donde el gañán arroja la semilla las duyds lanzas y cortantes hojas que a germinar se encierra, en confusión sublime dulce imagen del alma se cruzan con horrisona herrería; que luego se alzará si ora se humilla.
el huracán arrastra las congojas del combatiente herido moribundo Después presenta al Libertador desterrado que muerde su agonía en su propio suelo, abatido, pobre, teniendo el casco del caballo que le oprime; ruge el cañón en horrido estampido. Ante sus ojos enlutado cielo como el león en su caverna umbria; que mudo presenciaba su tristeza, por la vasta Nanura y por el monte y en la tendida arena, rápidos Arolan en tropel los brutos, testigo inquieto de amarguras Yantas, ronco retumba el resonante campo, y de tan honda pena y el estrépito sordo un mar que sollozaba ante sus plantas.
repercute en el cóncavo horisonte; y al dilatarse el eco tremebundo Todo está consumado dice Bolívar como por la mansión desierta Cristo; y al fin, muere abandonado, yendo su del lóbrego infinito, alma a juntarse en regiones superiores, con parece el hondo grito la del gran Colón y con la de Sucre, el mártir de la raza ofendida que despierta.
venerado.
VII Allí está la magnífica inspiración del Poeta.
Sube como el Cóndor de los Andes a altísimas El tiempo pasa. Las naciones que libertó el regiones; trae fuego del cielo para encender su Genio Americano, bendicen la memoria del espíritu vajiente General que les diera vida y altivez: Bolívar está allí a la cabeza de sus combatienentonela un himno a su recuerdo, y entre todas tes, entre el ruido y los fogonazos de las des a za Colombia, la gran Colombia, su voz inscargas; parece cubierto con aquel escudo ma.
pirada en loor de Bolívar, envuelta con el Lavilloso forjado por Vulcano para el héroe manto de su gloria y ciñendo el laurel de su de la Ilíada. La muerte retrocede ante el cual grandeza. Colombia ha ofrecido al Libertador, si estuviese protegido por cerco invisible; a su por boca de sus poetas, gloriosísimos cánticos, lado, Sucre, Páez y otros insignes capitanes resonando lleno de majestad y ardiente fueRivas Groot, pche por fin a la vista la su go, el del vate que nos ocupa, lustre del parblime hecatombe de San Mateo, donde Ricaur naso Latinc Americano, cuyo es el cetro de la te envuelto en llamas, glorioso sube a la in poesia del porvemir.
mortalidad VI Rubén Darío.
El poeta va a conc uir su oda, y para ello Mauagua, Nicaragua, 1886.
canta a la Paz en apacibles estancias que prohi. Publicado en Otro Diario, periódico de Federico jara Bello. Luego canta el trabajo. Allí nos Proaño, ecuatoriano, San José de Costa Rica, marzo dice, como de 1886. Bajo el epígrafe Colaboración. en RUMU!
Ricardo Jiménez Oreamuno. Esta es la columna miliaria del Rep. Amer. En ella inscribimos los nombres de los suscritores que por años, hasta el final de sus días, le dieron apoyo Ricos de espíritu fueron. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica