RBPBRTORIO AMERICANO 217 a Recados (En el Rep. Amer. Su describir eta crudamente (expre pedrusco blanco, allá abajo, se hace humus al sivo, más sanguinoso que el cordero pie de envejecidos árboles. La geografía de Abierto. Gabriela Mistral.
mérica es ompleja y su topografía, accidenRecados, podría titularse un libro de Ga tada.
briela Mistral formado con su producción de Gabriela Mistral ha dado cuenta, con perancha palabra familiar que escribe desde su re sonal testimonio de la estructura terrestre americiro, en Brasil La escritora gana, en rudo des cana. Ha ido desde Anáhuac la América cribir, una batalla impuesta consigo mismo, Central y de ésta, caminando hacia el Sur, ha desde en sus años mozos de maestra rufal. AI vuelto a su patria. En su peregrinar fué miprincipio fué el verso oscuro y sanguinolento diendo y palpando con la mirada, asociando en las magras carnes de Cristo, el de las car imágenes, trayendo su paisaje para ponerlo a nes en gajos abiertas. Fué Isaías hablando por la par de este otro que ve casi con asombro; su voz. Su lastimadura se apagó en leve valle aprendiendo los nombres de las plantas que no al hablar de las mujeres de la Biblia. Pero su crecen en su morte; tocando el mineral que lucha fué después, y siempre la misma: Un sube de la tierra y la corteza rugosa que es piel acercarse a la realidad verdadera, sin falsos re anciana curtida de leyenda.
pujos ni oropeles que tienen brillo de baracija, De allí su acercarse cada día más a la tierra; Su acercamiento a las cosas tiernas niño, su ofrecer la palabra pesada, mineral, firme en nube, cordero, fué po: doloroso y rodalloso su estructura. Fué el ver en tierra azteca la camino. La fuerte mujer andina baja al valle cálida mejilla del maguey pegada al suelo; fué y el ojo acostumbrado al risco se posa larga al contemplar, en El Salvador, las alturas lamente en la meseta. Su mano aspereza de gadas de fumarolas, humeando lentamente en montaña se ablanda al ir tocando las cosas azufrado espacio; fué la corriente montañera sin aristas. fluye río manso la frase que arrastra pepitas de oro y el árbol de copa reposada, gravida, sin nervioso parpadeo; es alta, mantenida en verde nube. El paisaje amecribe entonces los Poemas de la Madre. ricano dió a Gabriela Mistral la más rica maEl viajar la lleva a otros climas, y a posar teria para tallar, como en escultura, su obra.
su mirada en otros paisajes. Chile, su larga De allí ese río de ímpetu que llega a su patria nutrida de minerales, se prolonga en retiro; esas palabras quemándose que le asalAmérica llevando su sal y aire que salpica las tan; esa cálida y áspera dulzura de fruto troco tas ardientes el cálido litoral ceñido de mon pical; ese color que lo derrama a bocanadas.
tañas. El paisaje se agranda y cobra fisono Escribe onociendo, peso y talla, sus matemía especial, color propio en cada latitud, riales; dándoles el lugar que corresponde; conatmósfera amplia de soles, quentadura del jugando sus valores.
trópico. La tierra reseca, agrietada de las regio Ultimamente, en La Nación. de Buenos nes desérticas se cambia por húmeda arcilla ve Aires, Gabriela ha publicado sus Recados.
getal en las partes montañosas: y lo que fué Uno de ellos sobre el Maestro Juan Francisco Gabriela Mistral (1931)
a González, es muestra exacta de su realismo.
Inicia su recado sobre el pintor, con las siguientes palabras: Cuando me viene a los sentidos el hambre de la patria corporal se me ponen delante los rasgones de tal o cual quebrada o se me echan los pies las lonjas de nuestra costa majada por el Pacífico. Y, luego, expresiones como éstas: ojos sietemesinos asustados de su luz capitana. Un amor probado al fuego como las espadas.
Ninguna palabra cuadra mejor para calificar la obra de Gabriela. que la de ella misma: Su describir era crudamente expresivo, más sanguinoso que el cordero abierto.
Trigueros de León.
San Salvador, El Salvador, Setbre, de 1944.
en las horas crepusculares, abren sus corola, precisas y penetrantes y la sazona con parado tolicidad, Torrês Rioseco se le entregó una sin perfume los don diego de noches. deli jas y dogmatismos medio siniestros o las ilu vez al Cristo, pero luego echó por otras sen.
cados y efímeros.
mina con luces de Bengala, para darse el gusto das, hasta perderse en la encrucijada de la Allá nació y soñó Torres Rioseco, su poeta, de arremeter y también el de sonreír ante la duda y en la horrenda noche de la afirma.
sorpresa de los prevenidos y los incautos. La ción del Yo. Al negar al Cristo, bebió en co.
III palte poética, no tan extensa como la otra, es pa de roble las sales y el veneno que le brin Rimaré en parla dura un despliegue algo desconcertante de formas dara Nietszche. el loco y broncineo germano y en ropo sedar; contradictorias. crudas algunas y otras de que soltó por el mundo sus pasiones desnusobre la esfinge muda licadas y exquisitas, alegres o dolientes, clási das y desmelenadas como una manada de ye.
me pordré a trovar. cas, románticas y modernistas a veces, y más guas en celo. Tiró entonces al suelo la moa menudo ultramodernistas en el cual se per neda de su inocencia, y se dió a gustar de to Seré cantor die América, ciben diversos matices y se oyen ecos y voces dos los placeres. Ahora, como poco sabe de fuerte y vibrador, de ayer, do hoy y de mañana.
rezo; y abstinencias, se da a la busca de la be.
con emoción ibérica lleza, que él considera efímera e inexpresa y nativo temblor Torres Rioseco no ha buscado modelo que ble. Enbeleñado de ideas y de recuerdos, los imitar, ni se ha matriculado en ninguna escuela A, R, va hilando en versos que en ocasiones tienen o camarilla literaria, ni ha querido cultivar insospechadas suavidades. o si no, le canta Los viajes y los libros han enriquecido a ni una sola modalidad especial de su espíri su profana lira de noble cuerda inTaures Rioseco, y su dutiosidad intelectual tu. Es independiente y aventurero. Mas no caica. a este su siglo xx descreído y negro, su Cosmopolitisma a veces risueño, o esquiere esto decir que él se aparte de los que él ama como a una hembra canalla céptico y pesimitsa, y casi siempre americano temas poéticos ya conocidos, ni de las técnicas que le aduerme su dolor de arrabal.
y futurador le han ofrecido buenas opor del verso. Es cierto que desdeña a los poetas sin embargo, Torres Rioseco suspira por tunidades de acercarse a los hombres de to cortesanos, y los parnasianos puros, pero el Cristo, y conoce Su Libertad y Su Justicia, das las razas y a las culturas todas del mun también lo es que les rinde pleitesía a los grany canta para el hombre libre, y le entrega su do. Sin embargo, no ha perdido su emoción des poetas de la raza: en los versos de Arturo Verso, para que pueda vibrar en la entraña original ni la visión juvenil de Talca. Ade fulgen imágenes bailan ritmos y decires que más. la profesión de catedrático de literatuja bailan y fulgen en el Romancero, y en Ber fogosa de este siglo de acero. que anuncia ya el futuro reinado del Hombre.
ha agudizado su sentido crítico, y lo ba pie.
el Arcipreste de Hita, Góngora, Machado, pesar de su cosmopolitismo y de la essentado el devenir histórico del alma ibero, Juan Ramón y García Lorca entre los penin céptica actitud sulares, así como en Darío, Lugones, Herrera que asume ante el esfuerzo americana y los rumbos y calidades que en creador del artista contemporáneo que se ale.
ella se cruzan y pugnan entre sí, ya afirmán.
y Rdissig, Mistral y Luis López, entre ja del mundo de la acción, Torres Rioseco tieclose ya negándose sin cesar, sin lograr todalos hispanoamericanos. El mismo se ha defivía ni el equilibrio ni la orientación nido al llamarse pordiosero de la belleza. y ne fe en el porvenir de Iberoamérica, pues bien sabe que en ella se está forjando el nuevo HuExtensa y compleja es la obra literaria de al decir que su alma es una barca sin rumbo manismo Tedentor, y que él también es obrero Torres Rioseco En la parte crítica se revela que va hria lejanías. sin llegar a parte al del Espíritu.
siempre el ardido luchador indoamericano que guna.
Carlos García Prada.
escribe ensayos y libros ricos en valoraciones Criado en un ambiente de tradicional ca. University of Washington, Seattle. 1944.
Ceo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica