70 REPERTORIO AMERICANO Dr. Garcia Carrillo Corazón y Vasos Consulta por cita Oficina en San José narse costra Electrocardiografía Metabolismo Basal Radioscopía que desapaguen las lamparitas de aceite en nuestros Pero poco a poco vino deslizándose, a tiaaltares? Por supuesto que ellas no son a justicia vés de largos plazos, el germen de la grandiosa das en caso de un descuido, pues si tal cosa idea que consistía en fabricar recipientes artisucede. para eso hay fósforos!
ficiales, de origen mineral, de arcilla, que fueEn mis anteriores párrafos, que vienen sienran inmunes ante el dios ígneo. cómo pudo do más bien la historia del descubrimiento del madurar tal idea, por cuáles caminos o deducfuego y de sus aplicaciones, hemos visto que, ciones pudo llegarse a su ejecución? Es imposible contestar a esta última pregunta; pero en en el último aspecto, el principal mérito correspondió por completo a la mujer, así como todo caso sí sabemos quiénes fueron los iniciatan:bién que sobre ella recayó lógicamente el dores y ejecutores de ella: otra vez las mujeres, cargo bien honroso, pero a la vez bien cruel pues ellas, y sólo ellas, eran las únicas interesadas en la feliz solución del problema, gracias de sacerdotisa, vigilante de la veleidosa y frágil divinidad, tan pronto como se establea la imperiosa necesidad, la más fecunda inspi.
ció el culto del fuego; éste culminó, en el munradora de ideas. Podríamos imaginarnos que en alguna ocasión estuvo a punto de quemarsele a do ya civilizado de griegos y romanos, refula cocinera su vasija de coco o de calabaza giándolo en los templos de Hestia y de Vesta que le ocurriera protegerla por fuera y ascendiendo a las vigilantes mujeres al cancon una capa de barro; y que ésta, al coci.
go de vestalas.
a fuego violento, formara una Ahora quiero completar el cuadro de los dura y sólida; luego pudo suceder que tal molmagníficos servicios prestados por la mujer en de, al separarlo del recipiente, se revelara como el nacimiento y desarrollo de la más primitiva uno nuevo y más resistente. No sería esta vacivilización, al llamar la atención de mis lec sija u olla un artefacto perfecto; pero el protoras hacia otras iniciativas de sus más remo. cedimiento había hecho germinar una idea, tas antecesoras, aunque sin relación con el fuego. la cual, como todo germen, tenía Como ya hube de indicar, para que la mu arrollarse, evolucionar, y llegar al grado de jer diera el gran paso que media entre asar los eficiencia requerido.
alimentos y cocerlos o hervir los líquidos, era la mujer había inventado la alfarería!
indispensable el previo descubrimiento de reDe ahí en adelante, con una mejor seleccipientes, en los cuales ejecutar esta última ción de los diferentes barros arcillosos, y meoperación. quién tendremos, forzosamente jorando los métodos de su cocido, vinieron que atribuir tal descubrimiento, si no a la que paulatinamente las variadas clases de cachaestaba necesitada perentoriamente de hacerlo y rros, ollas, cazuelas, jarros, etc. industria que se encontraba en inmediato contacto con las más tarde, mucho más tarde, había de motivar ocasiones que lo habían de provocar? Natural las primeras obras reveladoras de un gusto (smente a la mujer, pues con tales pequeñeces no tético, en forma de ornamentación, tal como se debatían los señores guerreros y cazadores. podemos apreciarlo en los bellos y únicos proYa he dicho, sin embargo, que todo invento ductos artísticos de nuestros indics.
o descubrimiento exige, y de modo imperioso, Todavía hemos de aducir algo más eri resu ulterior perfeccionamiento, porque con moconocimiento de la mujer, si bien sin relación tivo de su aplicación aparecen los defectos, y con el fuego. Desde que ella descubrió que el en virtud de esa misteriosa fuerza que impulsa fuego era necesario para una mejor y más al hombre, que lo empuja, a la perfección: la agradable preparación de la comida, se con.
exigencia de que todo lo que crea ha de ser virtió eo ipso en la cocinera de la familia, lo sin tacha ni defecto.
que la puso en situación de hacer nuevos des cubrimientos. Como cocinera, su actuación Las vasijas naturales, desde luego que eran abarcaba también la tarea de recolectar hier de origen vegetal, adolecían de un grave inbas, raíces, frutos y tallos, en fin los alimen.
conveniente. Si bien no hay peligro de que se tos vegetales (de los animales tenían que proquemen al ponerlas al fuego mientras en su veer los pescadores y los cazadores. Las muinterior haya agua que impida al calor subir jeres tenían, pues, que recorrer las salvas cer.
más allá de su punto de ebullición, en la práccanas en busca de vegetales comestibles.
tica sucederá con frecuencia que ellas queden en seco y se inutilicen por completo, desastre que Pero cuando la vivienda, precisamente por la colocación fija del fuego, debió a nuestras pobres Evas de aquel tiempo tenía volverse algo más estable, la recolección de tales ali.
que ponerlas en un grave aprieto. sustituirmentos fué escaseándose en las cercanías de las con otras no era cosa fácil, pues no cran la choza, y la mujer tenía que ir cada vez abundantes.
más lejos en su busca. Se comprende que, Tal vez fué en esos casos en que se institu bajo la presión de una nueva necesidad, alyera la muy antigua costumbra de calentar guna vez se le ocurriera conservar más frescas fuertemente en las brasas o en las llamas, una las hierbas o los tubérculos traídos desde lejos, piedra y luego echarla en un recipiente con introduciéndolos para eso en un suelo húmedo, agua, que enseguida entraba en hervor. Esto no y que, para sorpresa suya, notara a los pocos era ciertamente un gran progreso, pues el hervor días que ellos retoñaban.
no es de duración, como precisa, por ejemplo, Dado este principio, el procedimiento fué para hervir cereales.
volviéndose familiar y perfeccionándose, y además extendiéndose, mediante nuevas inspiraciones, a toda clase de semillas, incluyendo por fin los granos de los ceerales; así se llegó a la rutina de la siembra de toda clase de ve.
gatales. En resumen, que gracias a la inven.
tiva de la mujer, los alrededores de las chozas se transformaron en huertas o en campos de labranza. y surgió la primera Agricultura!
Esta nueva actividad tuvo por fuerza que contribuir enormemente a civilizar la humanidad. Considérese que, no sólo el fuego sino también en mayor grado el laboreo del suelo.
especialmente para los cereales (con obligada espera para la recolecta. tenían que amarrar literalmente a las tribus a determinadas regiones y con eso convertirlas en sedentarias, en vez de nómadas, cosa que ha sido siempre el más eficiente empuje hacia la civilización.
Otro progreso de gran trascendencia, la posesión de animales domésticos (perros, caballos, vačunos, cabras, etc. se debe ciertamente a la iniciativa de los cazadores, a los varonca Pero a la mujer debemos el descubrimiento de que la leche de algunos de ellos podía apro.
vecharse en la alimentación humana; en esto procedió sin duda, deduciendo de su propia capacidad alimenticia para sus hijos. Por último mencionaré que lógicamente fué la mujer quien decidió inventar el aprovechamiento de materias vegetales, que ella misma había de recoger y preparar, para hacer burdos tejidos o trenzados con los cuales confeccionar vesti dos, tras de haber utilizado las pieles animales con el mismo objeto.
Para concluir, es del caso recapitular todo lo que debemos a la mujer: la domesticación y utilización del fuego, el arte de cocinar. asar, coser, hervir. la fundación del hogar con su vida familiar, la construcción de casas, la al farería, la agricultura, la confección de vestimentas y la utilización de la leche! Se quiere más? pongo aquí punto final a esta relación, agradeciendo a mis amables lectoras su larga paciencia para leerla, conviniendo, eso sí, en que ellas lo habrán hecho con atención hasta con orgullo, al enterarse de que en los tiempos más remotos de la humanidad, aún semi animal fué precisamente su mitad más sentimentalizada, las mujeres, las verdaderas iniciadoras de nuestra civilización: los hombres, con su tosquedad, eran poco adecuados para su arran Oncedereedom OCDC TREN Jupe COMPRE SUS MUEBLES EN LA Mueblería EL HOGAR. Situada 200 vrs. al Este de la Iglesia del Carmen.
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