348 REPERTORIO AMERICANO mantendrán contra el hombro la culata de tu rebelde afán adolescido.
Mareas permanentes encenderán espumas agrestes animosas a los pies de tu gesto solitario.
Para ti cantarán sus verdes hojas los ávidos cafetos.
Por ti florecerán blandas colmenas los de las virgenes enhiestas.
Para tu amor de candido guijarro abrirán su custodia los altares donde adoramos todos a nuestros propios hijos y no tengas noticias. y ya no haya esperanzas de que exista, te pido que me esperes confiada.
Hazlo asi hasta que vuelva. y tu mano retira Tel que pierda su fe! Oye bien: yo te pido que aunque mi hijo y mi madre te dijeran que he muerto, no me olvides espérame con tu cirio encendido. aunque beban brinden por mi eterno reposo los amigos queridos. déjales que en su exceso con las copas expresen su pesar por mi ausencia; iú no lo hagas: espérame hasta el día del regreso.
Está bien Paco Cháves.
Aquí nos estaremos junto al sueño que te mantiene alerta, junto al hondo misterio de tu nacer constante, junto al parto que te entrega amanecido rural y familiar cotidianosemilla de oración en el silencio. si tú asi me esperas, aunque todos me lloren resignados al fin por mi suerte fatal, curlaré yo la muerte con la fe de tu espera y vendré hasta ti misma, hecho lus de tu ideal!
Sorprendidos entonces quedarán sin saber que del fuego volví a virtud del fervor que me supo esperar en serena confianza con las fuerzas eternas que produce el Dolor!
Está bien Paco Cháves.
Todos venimos para gritar tu nombre Paco Cháves.
Para nombrar tu grito Paco Chávez.
Para decirle al mundo que has nacido que no morirás nunca Paco Chávez.
Pedro Geoffroy Rivas Guatemala, 16 II 45. Cuál la causa, Señor, de este santo milag?
del que pudo vencer de la muerte el rigor?
Muy sencillo, diré; ella supo esperarmt como nadie lo supo, con la fe de su Amor!
Alfredo Saborio San José, Costa Rica, 29 de enero de 1945.
de Constantin Simonov. Versión en forma. Poema (En el Rep. Amer. Yo persigo el declive espumoso de tu cuerpo, tu distancia de caminos sumergidos y esenciales, el fulgor exacto de una fecha perdida en el laberinto de los calendarios.
Espérame (Poema poética libre por José Bergamin. Espérame hasta que yo vuelva. Espérame siempre.
Cuando la lluvia triste vista los días de duelo: espérame.
Con el viento y la helada o bajo el cielo ardiente luminoso. espérame y hasta cuando los más fieles se hayan ido, porque olvidaron. espérame.
Espérame aunque no te lleguen noticias mías; cuando ya nin guna esperanza aliente los corazones abatidos, Espérame hasta que yo vuelva.
Retirales tu mano a quienes no sepan recordar más que sin es peransa.
Hasta cuando mi hijo y mi madre crean que estoy muerto. espérame. cuando por mi eterno reposo bajo la tierra beban mis amigos. déjales vaciar sus vasos por mi recuerdo: y espérame.
Espérame siempre: hasta que vuelva Espérame hasta que yo vuelva, burlando todas las muertes. cuando hasta los que me lloraban se digan, resigna dos: la suerte lo quiso. Cómo podrán comprender ellos nunca que porque tú lo quie res, porque me supiste esperar, volví yo del fuego?
Si la muerte no pudo conmigo. quién lo sabrá nunca? es muy sencillo: tú supiste esperarme como nadie sabe esperar.
Te amo. como a una mar argarita trémula en la piel de los deseos, y en cada manantial que se define sobre la palabra siempre: con la alegría lógica y profunda de decirte, en el surco de espera donde vivo, que tu aventura ha sido semilla para mi tierra.
Ah, tu voz de libélula serena para el cális de las letras; tu creciente arroyuelo de recuerdos en la hilaza del tiempo entretejido.
Yo te busco, ante el nombre que encierra su pregunta en el mundo sencillo de una burbuja; y el retaso de nube que aprisiona en su vuelo la gota de rocío.
Mi corazón, refugio de la llama, hecho cauce a la ola de perfumes y de besos que se agolpa en los pétalos de una flor, al paisaje que escribe su tratado de colores sobre la página del río y el lienzo del artista. Porque llevas en tu sangre el horizonte de un oleaje amanecido. yo amo esa tu ausencia que vela junto a mi, como a una margarita que se alza en la estela de los huertos.
Espérame (Versión poética por Alfredo Saborio, quien la dedica a su dilecto amigo el Magistrado Lic. don Enrique Guier. Envio del autor Que me esperes te pido y que siempre me esperes: ya en la lluvia tan triste de los días de duelo, o en las alas del viento, al rigor de la helada, 1: también bajo el sol luminoso del Cielo.
Eduardo Jenkins Dobles Mas si ya me olvidaron los que fueron más fieles, que me esperes, te pido. Que aunque no sepas nada Costa Rica, 1945 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica