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1Repertorio Americano Tomo XLI CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1945 Miércoles 15 de Junio Año XXV. No. 989 No. 24 Exaltación de José Martí Por Julio Enrique Avila (En el Rep. Amer. La Universidad Autónoma de El Salvador y la Academia Salvadoreña de la Historia, correspondiente de la Española, me han concedido su honrosa designación para hablar en este homenaje a uno de los más nobles espíritus del Continente.
Ellas, como organismos de cultura, saben que los pueblos deben ejercitarse en la justicia, y que una de las mamás hermosas de ejercerla mantener viva la memoria de los grandes hombres, y seguir, en lo posible, el ejemplo de su vida, como un camino de perfección; por han querido, juntamente con el Ateneo de El Salvados, rendir este tributo a José Martí hé.
y santo, poeta y maestro. ya Cuba, la tierra de prodigio que él supo enaltecer.
neras es eso roe vó sobre sus espaldas como una cruz, hasta el instante de su muerte.
Había un contraste manifiesto entre su carne débil y achacosa y su voluntad omnipotente, parecía que su cuerpo se inclinara doblegado bajo la carga de tamaño espíritu.
Era esencialmente místico, lindando sus sentimientos con lo absoluto; pero al mismo tiempo la fiebre de la inquietud lo consumía y lo tornaba infatigable, y así unía, en raro consorcio, la meditación y la acción. Era romántico, pero no en el sentido optimista de considerar la vida buena y justa, sino en el de aceptarla como creación deformada por la culpa y el error del hombre y por lo tanto capaz de ser superada por la voluntad y por la fé, llevadas si fuera necesario hasta el sacrificio. eso fué su vida, una dedicación sin tregua para lograr esa superación. Disciplina sin condescendencias personales, trabajo sin ahorro, entrega en cuerpo y alma a su obra, que en este místico activo era nada más que el ideal en vías de realizarse. De allí que el soñador que siempre vivió en él, fué arrastrado a la acción por el hombre práctico, que trató en todo instante de construir y dar forma material al ensueño. Por algo dijo, sin pretender expresarse a sí mismo: el único hombre práctico es aquel cuyo sueño de hoy será ley de mañana.
Como se vé tuvo los rasgos esenciales de los genios y de los santos, y él fué ambas cosas a la vez.
José Martí en 1892. Sumario: José Martí se le ha llamado Apóstol y aún Santo. Si consideramos su vida con el criterio católico, que concibe la santidad no sólo como pureza y desprendimiento sino que también como ascetismo y excensión de toda culpa, no podríamos aplicarle tal calificativo; pero lo aceptamos con un concepto más humano, considerando la elevación de un espíritu que se otorgó entero para el bienestar de los otros, sin egoísmos, hasta el grado de olvidarse de sí propio; que aceptó el deber como una ley sagrada y que amando con frenesí el arte y lo bello, para los que estaba dotado de condiciones excepcionales, no se detuvo a saborear sus goces cuando recibió el llamado de un pueblo que había que redimir.
Sus padres, como casi todos los padres de los santos, vivieron vida de extrema humildad. Humildad que en ciertos moinentos eternos descendió hasta los abismos de la miseria. Desde niño se vió obligado a trabajar, para contribuir al puchero de la casa, y vió y se conmovió con las angustias del hogar desnudo.
La criatura pensativa creció flaca y enfermiza por las privaciones; pero en rostro prematuramente reflexivo, sus ojos inmensos y profundos hablaban de irresistible vitalidad interior. Su sensibilidad, agudizada por las penas que lo rodeaban, se acrecentó enormemente, y el soñador en embrión se preparó para recibir al místico; mas al mismo tiempo enraizó en su espíritu el concepto del deber, el que lleExaltación de José Martí. Por Julio Enrique Avila.
trascenNoticia de libros.
Supervigilancia internacional de las Elecciones. Por Rodrigo Facio.
Max Jiménez, pintor. Por Arturo Echeverría Loría.
Los hombres huecos. Por Eliot, su Lo presento. Por Mis canciones. Por Mora.
Caretas que adoptará el fachismo en su derrota. Por Emilia Prieto.
Todo lo sacrificó al deber. El, que amo tanto, y para quien el amor era dental, algo como una fuerza cósmica engendrada en lo humano, no vacilo en sacrificarlo para que todas sus energías convergieran en un solo fin: el cumplimiento del deber. su deber inmediato fué la libertad de su Patria.
Nosotros no podemos menos, en esta breve exaltación, que seguir su ejemplo. Dejaremos de lado la parte suave y amable de su vida, aquella que fué dorada por la ilusión. No hablaremos de aquel romance primaveral que terminó en tragedia de la preciosa niña de Guatemala, la que murió de amor, y de quien el poeta dijo: una La Unión Soviética en la Conferencia de San Francisco. Por Manuel Crespo.
Estos dos poemas. Por Laporte Soto.
INDICE del tomo XLI.
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