DemocracyYolanda Oreamuno

Repertorio Americano Tomo XLI CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1945 Lunes 12 de Febrero Año XXV. No. 981 No. 15 Recado para Julio Barrenechea Por Gabriela Mistral. En el Rep. Amer. La lectura de Rumor del Mundo me ha traído varias fiestas: la de la vista, por su acarreo vivo de las criaturas vivas; la de su variedad, parecida a la del Edén en el Sexto día, cuando Dios mató la monotonía, lanzando los géneros y las especies; y especialmente la fiesta de lo nativo, que se lleva de arrastre a las otras.
Corrimos riesgo muy grande en el Pa cífico cuando los futurismos cayeron en altamares sobre nuestros valles ingenuos.
Los mozos recibían esa marejada de pie y con los brazos abiertos, sin reservas y sin defensa; no querían sino perderse, como unos Ulises sin Penélopes. La sensibilidad, la lengua poética y el reper torio de los temas que traía la avalancha, tenían poco o nada que hacer con nosotros. Ella había partido del Mediterráneo, de la Mancha, del Atlántico yanqui. de Kamanchatca (según el chiste de Cocteau) talvez hasta de Casiopea, de todos partes menos de nuestras propias entrañas. Aquello era un furor de extranjería, una especie de rabia contra nosotros mismos. Fué el primer momento de la poesía nueva. Los que habíamos acogido el modernismo con el mismo frenesí, ya sabíamos cuánto tiempo tardan en pasar esas tercianas y cuántos años perdemos los indígenas (1) en trocar la plata de nuestro temperamento poético por las cuentas de vidrio de los viajeros. Pero la aventura de manufacturar lo ajeno, de resobarlo, de domarlo y ceñirlo al cuerpo, se tardó menos en la generación futurista que en la modernista. Ustedes no han dilapidado sino unos diez años en ella.
La hazaña no era nada chica ni fácil y por eso mismo hay que celebrarla. Si 0los discípulos de Marinetti, de Apolli cambio no conozco la aldea Monte Panaire, de Cocteau, de García Lorca, de tria. donde la luna parece una criatura Neruda Huidobro Ud. entre ellos municipal o parroquial. Casi no es la luno hubiesen tenido los tercos dientes del na del cielo, ella es. algo así como una araucano y la dignidad arisca del crio luna abajada, por amor de un pueblo, y llo, que no quieren durar en el coloniaje vuelta la oveja querenciosa. que en sino arrebatarle al invasor las armas de vez de caminar las alturas, rasa las cala mano, habríamos perdido, igual que lles y se entra por los huertos.
con el modernismo, unos cuarenta años en El poema sobre Augusto Winter la liquidación del stock de tanta mercan primer poeta nativista de Chile. mucía exótica.
cho me conmueve. través de dos geA usted como a Juvencio Valle, como neraciones no poco descastadas literariaa Oscar Castro y a unos tres más, les de mente, Ud. responde al muerto, con cierbemos el acriollamiento rápido del futu ta semejanza de acento, como si la tierra rismo en Chile. Los débiles se quedarían de Cautin cobrase palabra en un vivo y con el rótulo de los deudores a la vista, en él volviese la cara para hablar a su que siguen llevando a su pesar. Dominar muerto esencial.
a maestros europeos es as to mayor: es La Virgen de la Cascada se la cepelear contra ellos teniéndolos ya me lebrarán menos sus camaradas porque tidos en la carne como la aguja en la pide haber sido vista para ser celebrainyección. Salen bien del trance solamen da. Yo, andariega, me tengo en los ojos te aquellos que, como el hindú contra el tres cascadas australes, de escarchas aninglés, son tan racés como ellos: los gélicas, tres, como en las teologías, y muy castizos y los de sentidos bastante ellas juntas me ayudan a ver la suya: ricos para aceptar sin desnaturalizarse y rcibir sin perder. En la montaña verde y heladacuando el agua se pone dura queda Rumor del Mundo es libro chileni en suspenso la cascada y le aparece la simo. Los lectores de adentro no pueden cintura.
saber hasta dónde él lleva tuétanos y piel criollos, porque la medusa no se sorprenCuenta usted, amigo mío, el alto esde mucho de la estrella de mar, su ve pectáculo con la misma familiaridad con cina. Pero los chilenos de afuera disfru que cuenta al manjar blanco de su metamos con júbilo el hecho bienaventura sa y esta carencia total de grandilocuendo. Yo he recobrado de golpe en el poe cia me parece una de sus virtudes carma magistral que es la Camelia. al dinales.
gunos patios de Traiguén, donde vi a la La Joya Centolla se me apareja, en flor ariana escandalosamente indigeni la perfección, con la Camelia. Tiene zada: su prosperidad era tal que no pausted válida la ojeada para lo plural perecía haber vivido nunca sino en el Chi ro su mirada mejor es para las unidades, le austral. Eran muy prósperas y señotalvez por apetito de lo consumado, por riles, no tocadas de degeneración por regodeo en lo único. Usted ha transficlima ni mestizaje aquellas camelias blan gurado la Centolla, pobre jaiva de nuesco estelares de Traiguén, vecinas de las tra agua marina, lo mismo que los autosuyas de Imperial. Pero respecto de su res folklóricos del Zodíaco glorificaron Camelia. yo le diré sin adulación que a su camarón, aventándolo hacia el cienadie, ni la Dama de Dumas chico (1) lo. Esta es la caridad paulina del poeha tenido en la mano camelia más autén ta, es decir, su amor cargado de dática que la que usted nos da en sus cua divas.
tro estrofas magnificas. Te he visto levantar por mano. Quién da sustento a la Camelia. pobre sobre el nivel austral, lejano y ¿Quién la mantiene viva en su blanca frío como una helada lámpara de cofatiga?
bre o una antorcha de fuego someDe qué triste país helado y bello, tido.
asoma en esta vida su pupila. El esmero formal que hay en la CaConocí, pues, sus flores antárticas; en melia. en la Centolla y otras piezas, que son una especie de Islas Galápagos. 2) Alejandro Dumas bijo, autor de La Dama de las es decir, de territorio clásico diferente de Camelias.
la costa futurista que es su país, me ha(1) Indígenas el sentido real de la palabra.
SUMARIO: Recado para Julio Barrenechea. Por Gabriela Mis tral.
Sobre la maledicencia. Por Luis Villaronga.
Son cuentos. Por Mercedes Maiti.
Democracia en Guatemala, Por Arturo Torres Rioseco.
Convulsiones del Hemisferio Americano. Por Eduardo Salazar. El Rey de los cielos ha nacido ya. Por Alicia Prado Sacasa.
Safo, mi guia de siempre. Por Vera Yamuni.
Hombres fuertes y hombres débiles. Por Vie, ra Altamirano.
Carta abierta a un ex candidato. Por Alberto Guerra Trigueros.
Noticia de libros.
México es mio Por Yolanda Oreamuno.
El millonario y eu proletatio. Por Luis de Zu.
loeta.
Solá. Por Fresia Hilarova.
Cafetales y hambre. Por Viera Altamirano.
Ricardo Jiménez, Oreamuno. Por Manuel Zúñiga Pallais.
Xochimilco. Por Lilia Ramos. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica