242 REPERTORIO AMBRICANO tina virilidad de su emoción, como tal no de actuación y de conducta. Excesos y de fensa del Libertador y de nuestra patria hissólo abrió brecha y marcó huella, sí que fectos geniales.
toria. Del Libertador, a quien profesó vivo también no es pequeña sino grande su En nuestra historia, su temperamento se y permanente culto, y rindió una de las opera lírica, inconfundible y hermosa. No hermana con el de Juan Vicente González, bras de estudio, de comprensión, de valoravelista, contribuyó al desarrollo del géne cuya obra, desde luego, supera aquél en la ción y de divulgación más valiosas y cuanro en la literatura nacional, con libros como cuantía; y en la americana, se confunde en tiosas de cuantas como homenaje haya reEl Hombre de Hierro, El Hombre de similitud de impulso y de expresión con la cibido el Padre de la nacionalidad. Ha muerOro, La Bella y la Fiera, fijadores del de Sarmiento. Los tres pertenecen a una to en Buenos Aires. Si hubiera escogido, ambiente, personajes y sucesos criollos, vis misma familia de creadores pasionales, de fuera de Venezuela, el lugar de su fallecitos a veces en grotesca y desparpajante ca siguales, rebeldes y proteiformes, revelación miento, sin duda sus despojos habrían sido ricatura: y si allí no culminó hasta alcanzar y encarnación del genio salvaje de America, enterrados en el Paraguay, la briosa y en la emancipación de la novelística america sobreviviendo e imponiéndose a través de to hiesta porción del Sur, a la cual sirvió gena, hazaña reservada después a otro vene das las capas y estratos de la cultura.
nerosamente con su pluma, con el ímpetu zolano, culpa no fué de sus capacidades si La vida de Rufino Blanco Fombona se más desinteresado y entusiasta.
no de la falta de tradición nacional en el presta como ninguna a una biografia sin Ha muerto el último cruzado de esta tiegénero durante la época en que él lo culti gular. Desde la selva amazónica hasta las rra, capaz de ir en militancia campal a resvó, cuando aún precisaba desarrollarse más capitales europeas y americanas, discurre en catar el sepulcro de Alonso Quijano. Ha el necesario proceso evolutivo de esta forma apasionantes trances de heroísmo y de le muerto el último caballero del Renacimienliteraria. Crítico literario, sus estudios sobre yenda. Su obra, tan dinámica y atrayente to, y ha muerto, cuando sobre su tumba, a figuras ejemplares del continente. Bello, como su vida, es uno de los monumentos las riberas del Plata, no puede exaltarse, Hostos, Sarmiento, y sus trabajos sobre el definitivos de la cultura continental. Ese al unísono con su nombre, el de la LiberModernismo y sus representativos, quedarán hombre fué un espectácul: de la naturaleza, tad, por la que tanto lucho sufrió, meta siempre como acervo de doctrina y juicio suerte de Amazonas o de Aconcagua, y co de sus desvelos y lumbre de sus fervores.
originales. Crítico histórico, sus prólogos a la mo éllos, señero, soberbio, y eterno Fue uno de los varones más excelsos de Colección Ayacucho. esclarecieron puntos Ha muerto en Buenos Aires, en la tierra cuantos haya producido el suelo venezolano, de dificultosa apreciación en la exégesis pre del Plata, en la Argentina de San Martín, el suelo americano. Por ahora, vayan apecisa del pasado. Libelista, como tal lo estuvo de Mitre y de Lugones, en la nación don nas hasta sus manes distantes, que han de a la altura de los Montalvo, tanto se compla de tanto se discutieron sus ideas y su per ser recabados para el Panteón de nuestros cía su impetuoso temperamento en la franca sonalidad, con cuyos más descollantes va inmortales, estos toques de duelo de una lid de imprecaciones y dicterios certeros, lores sostuvo encendidas polémicas en de herrumbrosa campana aldeana.
contu. dentes, deshacedores, contra tiranos malandrines y fulleros: si alguna vez fue injusto el dardo, y la saeta cayó en pechos Contar el cuento que del todo no merecían la lanzada, jamás Por Antonio Gallo fué aleve ni a mansalva la acometida. En el Rep. Amer. No obstante tan disímiles cualidades La lumbre crepita y el chisporrote, lumi su marchamo tu las creencias de la gente.
Facultades tan antagónicas el juicio y la noso provocado por la consunción de un leño Las fábulas esópicas por excepción contienen pasión, la acción y el lirismo. esas misnias es tar regular como las interrupciones, el apre una trama clasificable de cuento. Sin embar.
cualidades se conjuntan en armoniosa sín suramiento o las variaciones en el tono de la go, Dorothy Sayers (en la introducción de Voz del narrador. La crepitación acompaña The Omnibus of Crime) sostiene que el gertesis y en equilibrio magnífico en verdaderas desde hace millones de años las versiones ora. men del cuento policial se encuentra en la fá.
obras maestras: así, El Conquistador Es les de los cuentos. Los auditores se retrepan bula del león viejo y la zorra. El león invita pañol del Siglo xvi, en nuestro concepto, en el tronco del árbol, en la piedra o en el sie ba a los elegidos a su cueva, para dar cuenta el más logrado de sus libros.
llón y sólo los distrae la impericia del relator de ellos; la zorra desdeñó sus instancias, ar o la escasa imaginación del autor; es insólito guyendo amablemente que sólo veía huellas que un cuento de inventiva feliz, en el mom de entrada y ninguna de salida. Heródoto (libro Amó la justicia y por ella no escatimó mento y el lugar oportuno, no sostenga indee II de la Historia, capítulo CXXXI. refiere vida ni hacienda en ocasiones incontables; clinablemente la atención de los oyentes. el cuento del macabro ladrón que despojó el amó la verdad, a su modo entendida, su De antiquísimo origen oral, el cuento es un soro del rey: el delincuente dejó en la cámaverdad. y tampoco por élla mezquino sagénero literariu de autonomía delimitada y ra real el cuerpo sin cabeza de su hermano, crificio alguno; amó la belleza, y en sus comparte atributos sino para impedir la identificación; obedeciendo a novela, cronológicamente su hermana los ruegos de la madre, recuperó el tronco con aras quemó las esencias más puras de su esnor. El escriba Anena, que preservó el cuen la añagaza de derramar a la vista de los centi píritu; amó la vida, y a éila se entregó, con to de los avatares de Anpu y Bata, los her. nelas unos pellejos de vino; el encomendo frenesí dionisíaco, en el amor, en la aven manos egipcios de catorce siglos antes de la a su hija que sonsacara la verdad a posibles tura y en la tragedia. Nunca juzgóse a sí era cristiana, lo inicia con el ritual: Había una delincuentes; el ladrón buscó a la princesa, la vez dos hermanos. Diez siglos más tare enteró exactamente de los hechos y le dejó un mismo modelo plutarquiano, ni blasonó de de, los chinos se complacían en oír Enfermedad brazo sin cuerpo, haciéndole creer que le perte fementidas moralidades: creíase más allá y curación, de Liebsu, cuyo personaje malde necía.
del bien y del mal conforme a su nitzchea cía la hora en que lo sacaron de una comoda En La Eneida Virgilio cuenta el abigeato na presunción. Camino de Imperfección, amnesia, pues la recuperación de la memoria Perpetrado por Caco, pobre cuatrero, en perllamó él mismo sus memorias, y allí se confué el principio de sus calamidades. Los cuen juicio de Hércules; Ovidio dice en Las Meratros chino. son víctimas de la calumnia históri. morfosis el suplicio de Orfeo, que perdió a Eu.
signan desde las mínimas particularidades ca: no albergan la mentira ni el chisme y no rídice después de rescatarla con la lira, por familiares que exhiben sus alteraciones do sacan conclusiones morales con menoscabo de volverse a mirarla.
Al mésticas, hasta otras más retumbantes ex sus méritos artísticos ni de su fantasía, Según cuentan las Escrituras apócrifas, Da plosiones de su carácter, que lo muestran tal contrario, una reputada fábula de La Fontaine ha denigrado a la laboriosa y sonora cigarra y niel, el profeta, aplicó el ingenio de un buen cual era, genio y figura característicos, con enaltecido a la hormiga, subterránea y muda detective para comprobar la castidad de Su.
grandes, con enormes, con geniales cualida aprovechadora del trabajo ajeno. Pero calume sana: hizo confesar por separado a dos acusades, y no menos enormes lagunas y vacíos niosos o calumniados, cuentos y fábulas dejan dores, que obraron de consuno, que el hecho no sus con la me rey Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica