Eunice Odio

Repertorio Americano Tomo XLII CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1945 Sábado 14 de Julio Año XXV. No. 992 No. 1. Una de las personalidades más múltiSemblanzas Americanas ples, definidas y definitivas con que cuenta ARTURO USLAR PIETRI Venezuela en su hora actual. hora de Por Aquiles Certad deficiones; hora norte, hacia adelante siem(En el Rep. Amer. pre es la de Arturo Uslar Pietri. Recuerdo cuando por primera vez llegó a mis manos adolescentes un libro suyo.
riendo de angustia, sin estímulos. PasaFué en Cumaná, la ciudad de Sucre, ron varios años hasta que Usiar Pietri la que a orillas del rio Manzanares publicó su magnífica novela Las Lanrefleja sus paisajes y tonifica a sus poetas, zas Coloradas, una novela puntal de la y la cual, como cabalmente lo ha dicho el moderna gran novelistica venezolana al Presidente de Venezuela, Gral. Isaías Melado de Doña Bárbara, y que hoy reperdina Angarita, en reciente entrevista con cute en Antonio Arraiz, en Arturo Briceño el ensayista Mariano Picin Salas. e!
y otros jóvenes novelistas. Aquella novela cumanés, que mira el mar azul y la costa presentaba a Uslar Pietri como un escritor más luminosa de nuestro territorio seguro y maduro; toda América la elogio es una ciudad de apacibles remansos poéy de ella se hicieron traducciones a varios ticos. Fue en aquella ciudad de mi infanidiomas. Mi tercer encuentro con este escia donde un riozo de ahumades lentes de critor fué cuando ya lo tuve frente a mi carey, sombrero de anchas alas y albo traje personalmente. Fué una mañana en la matinal, José Salazar Dominguez, quien Redacción de El Universal, en Caracas, venia desde Caracas donde cursaba estudonde yo trabajaba como Redactor; Pedro dios de Derecho, me prestó un libro titulado Sotillo, me presentó a Uslar. Tuve frente a Barrabas 31 otros relatos. Salazar pertemí a un mozetón fornido, de contextura necia al grupo de juveniles escritores de Arturo Uslar Pietri.
fuerte y mirada reposada, que conversaba Elite, la revista de Carlos Eduardo Frías, con cordialidad y con palabras precisas, y su llegada a la provincia desde la capital impreso todo con titulares sin mayúsculas, vestía con impecabilidad inglesa y camiera motivo de curiosidad y alegría para lo leyeron una, dos, tres veces, con avidez. naba fuerte sobre el pavimento; conversé poetas y poéticas de la tranquila ciudad Inmediatamente comenzamos todos a escri con él, guardando al principio ese temor del Manzanares; era como un punto de en bir cuentos como aquellos y a mirar con que siempre nos queda por algo que en lace espiritual inesperado, entre los que en otro sentido lo que antes nos parecía innuestra adolescencia un poco soñadora la provincia nos dábamos de poetas y escri tocable, inimitable, tabú literario. Todos nos produjo admiración, pero tores, con todo un señor cuentista venía queríamos descubrir en nosotros, desnufranca tan sencilla su manera de estar de Caracas, conocía allá a muchos literatos darlo más bien, algo que sentíamos bullir frente a mí que inmediatamente tomé una de renombre y escribía, nada menos que adentro como consecuencia propia de edad grata confianza. Luego, Uslar concurría en Elite. Fué ese mi primer encuentro y época, y que no hallaba su justa expre casi siempre a las tertulias de El Unicon Arturo Uslar Pietri. Sus clientos me sión artística, es decir, que se iba mu ersal, como también a aquellas reunioparecieron magníficos, por nuevos y poénes elitescas de poses poéticas y desenfaticos. Había en ellos uno como lenguaje dos por Vallejo en donde se discutia a Eufresco y exacto, en cuyas líneas cabía muy Sumario: genio (por Eugenio Ors) con una conArturo Uslar Pietri, por Aquiles Certad.
bien el poema, lleno de sonoras metáforas; fianza que cualquiera creería que el GloAlfredo Sierravalle. Por Luis Dobles Segreera la suya una voz completamente distinsario fué escrito en consulta con los muta; algo así como lluvia que se espera chachos de Elite. Luego, a mi regreso Las cartas. Varias firmas.
sobre el campo y cae luego trayendo rede Europa tuve a Uslar de compañero en novación del surco y bonanzas para el Canto de Otoño. Por Roberto Salazar Queel Ministerio de Relaciones zada.
Exteriores.
sembrador. Nosotros estábamos aún aielaAllí intimé más y más con un escritor que Esta carta. Por Eunice Odio dos, sorprendidos, llenos de mie lo ante los se apuntaba ya como todo un político y al Carta abierta. Por Ysola Gómez nombres y los cuentos de ilustres señores cual, caso extraordinario, no han mareado del modernismo. Pero aquel librite que Un discurso. Por Elena Torres.
nunca las alturas de los cargos elevados.
puso en mis manos el cuentista de San Clodomiro Picado Twight. Por Antonio Ze.
Uslar era hombre de la amistad y laya.
telmo, un librito breve como un misal, era confianza del gran internacionalista doctoda Antonio Zelaya. Por Manuel Segura.
una revelación, invitador tor Esteban Gil Borges, para entonces un camino. Lo pasé de mano en mano Siete sonetos y un poema. Por Gonzalo DoCanciller de Venezuela, y a poco éste bles.
a mis amigos. Julio Zerpa, creo que lo designó Director de Política EconoSon cirios. Por Pedro Juan Labarthe.
Adolfo Salvi y un muchacho Villanueva, mica en aquel Despacho, dando asi comienNoticia de libros quien dirigia un periódico vanguardista zo a una de las carreras políticas más era tan da.
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